LA NACION

El día en el que todos fueron Maradona en Boca para la despedida eterna

El club desplegó homenajes algo distantes y nada originales para saludar a su hincha más famoso; el apellido del Diez en todas las camisetas fue un buen gesto, que contrastó con tributos a barrabrava­s en varias banderas

- Pablo Lisotto

Como si hubiera estado guionado para una película, al minuto 10, ni un segundo más y ni un segundo menos, Ramón Ábila cayó en la puerta del área de Newell’s. De ese tiro libre llegó el 1 a 0 de Boca. Edwin Cardona le hizo honor al “Maradona” que tenía impreso en su camiseta número 8 y la colocó con una enorme categoría sobre el palo izquierdo del arquero Macagno. En el festejo, el propio Wanchope, el colombiano y el resto de sus compañeros corrieron hasta el banco de suplentes, pidieron la camiseta argentina que habían usado en la previa, la desplegaro­n sobre el césped y todos aplaudiero­n. Desde el palco familiar, Dalma Maradona no pudo aguantar más las lágrimas.

Esa situación improvisad­a, la gran actuación de Cardona, la presencia y la emoción de su hija mayor fueron tal vez el mejor homenaje a Diego Maradona que se vio en la Bombonera.

En un contexto donde todo el planeta le rindió homenaje, los ojos estaban puestos en lo que haría Boca para rendirle tributo a su hincha más famoso y al que más hizo por la proyección internacio­nal del club por el mundo. A su embajador itinerante.

Pero los reconocimi­entos fueron discretos. Distantes. Alrededor del campo de juego se colgaron diversas banderas con la imagen del ídolo. Detrás del arco que da al Riachuelo una destacaba: “El pueblo no olvida a quien lo hizo feliz. Gracias Diego”. En la popular local se desplegó un telón que el propio ídolo le regaló a la hinchada en 1992.

Pero la que más llamó la atención fue la que mejor ubicada estaba para la transmisió­n de TV. Sobre la platea preferenci­al, justo arriba del juez de línea de ese sector, se desplegó una tela blanca con letras negras que decían: “Gracias Diego por tu fútbol”. A los costados estaban las banderas de dos barrabrava­s fallecidos: de un lado José Barritta (El Abuelo) y del otro, Fernando Di Zeo, hermano de Rafael.

En la previa del partido no hubo nada diferente a lo que se vivió en otros estadios argentinos. Los 22 jugadores y los árbitros entraron en el campo de juego con una camiseta argentina con la imagen de Diego en el pecho y juntos realizaron un minuto de silencio, armando una medialuna sobre el círculo central. No dibujaron ni las iniciales DM, ni el número 10, que por ejemplo formaron los futbolista­s de Rosario Central y River anteanoche en Arroyito. De fondo se escuchó un extracto de ese himno cantado por Rodrigo Bueno y el relato de Víctor Hugo Morales del gol a los ingleses. Y hubo un barrilete celeste y blanco con el número 10 y una pelota inflable, que fueron víctimas del viento.

Brazalete negro en los jugadores de Boca y un 10 negro en el pecho de la casaca leprosa. La bandera que ocupó todo el círculo central utilizó el hashtag #Diegoetern­o y una imagen en azul y amarillo del astro. Pero, primero, la pared de auspicios de la Liga de Fútbol Profesiona­l, y luego, el reflejo sobre el propio brillo de la tela empleada, impidieron que se luciera con claridad.

También sorprendió que mientras Maxi Rodríguez exhibió la camiseta que usó Maradona en su paso por Newell’s en 1993, ningún futbolista de Boca haya mostrado alguna de las que vistió el ídolo en

1981 o en su segunda etapa (19951997). Recién pudo observarse una casaca azul y oro con el número 10 cuando ingresó el cochecito auspiciado con el cual se acerca el balón al círculo central.

Después de descartar, por falta de tiempo, la utilizació­n de una camiseta negra o una idéntica a la que usó Diego en 1981, finalmente Boca salió a jugar con su casaca habitual. Con dos detalles: de Andrada a Zárate, todos tuvieron en su espalda el apellido del ídolo en lugar de los suyos. Anoche, todos fueron Maradona. Además, en el medio del pecho la casaca azul y oro exhibió un parche con la imagen del ídolo y la frase “Diego Eterno”.

En el entretiemp­o se repitió algo que ya había hecho el club el miércoles por la noche, tras conocerse la triste noticia: todas las luces del estadio se apagaron y solo quedó iluminado el palco que la familia Maradona recibió en agradecimi­ento eterno en 2005.

Como si hubiera estado guionado para una película, la última vez que la Bombonera fue testigo de un partido de Boca con público, Maradona estaba allí. De pie. Fue ovacionado en el medio de un campo de juego que tantas tardes lo vio brillar. Esa postal se volvió inmortal.

Aquel 7 de marzo la Bombonera explotó. Los hinchas se rompieron las manos aplaudiénd­olo y dejaron la voz vivándolo. Agradecién­dole. Y, sin saberlo, también despidiénd­olo. Fue, además, el último partido que Diego siguió completo en un banco de suplentes. El “vale 10 palos verdes/ Se llama Maradona” fue la banda de sonido de una jornada única. Una noche con magia en el aire, que además concluyó con triunfo local y vuelta olímpica.

En un 2020 que no tuvo piedad, apenas 267 días después el coliseo xeneize honró otra vez a su hincha más famoso. Sin público. Y sin Diego, que dejó el plano terrenal el miércoles pasado. Y que ya es eterno.

 ??  ??
 ?? Reuters y mauro alfieri ?? Silencio, respeto y emoción: el templo más querido por Maradona, la Bombonera, despidió al Diez que llevó los colores azul y amarillo por el mundo
Reuters y mauro alfieri Silencio, respeto y emoción: el templo más querido por Maradona, la Bombonera, despidió al Diez que llevó los colores azul y amarillo por el mundo

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina