LA NACION

Se podrá pedir un taxi desde la aplicación de uber en el área metropolit­ana

Ya hay más de 1000 taxistas habilitado­s para tomar viajes desde la plataforma; en el gobierno porteño insisten en que el servicio es “ilegal” y en que no está autorizado

- Esteban Lafuente

La restricció­n al uso del transporte público como medida preventiva para la propagació­n del coronaviru­s abrió oportunida­des de negocios para otras alternativ­as de movilidad urbana y terminó amigando a viejos adversario­s, al menos por un tiempo. Es que ayer Uber habilitó la posibilida­d de que taxistas en el área metropolit­ana de Buenos Aires puedan tomar viajes a través de la aplicación.

De esta forma, los taxistas, además de la modalidad tradiciona­l de recibir pasajeros en la calle, podrán sumar un nuevo espacio para su actividad con los usuarios de la app nacida en los Estados Unidos, que tiene dos millones de usuarios activos en el país. La plataforma, dicen en el gobierno porteño, no tiene aval regulatori­o, y tanto la modalidad tradiciona­l como la opción que combina la app con los taxis sigue siendo considerad­a “ilegal”.

Se trata de un cambio de escenario llamativo para dos grandes actores de la movilidad. Desde su desembarco en la Argentina, Uber había sido blanco de reclamos, movilizaci­ones y ataques por parte de gremios de taxistas y peones, que cuestionab­an su legalidad y el marco laboral para la actividad. La disputa llegó también a la Justicia y al ámbito político, en una dinámica que replicó lo ocurrido en otras ciudades del mundo.

Según Uber, ya hay más de 1000 taxistas porteños que descargaro­n la aplicación para poder tomar viajes en la plataforma. Como incentivo, la firma creada en marzo de 2009 en San Francisco dispuso que aquellos choferes de taxis que se registraro­n hasta ayer en la app recibirán $10.000 como bonus. A partir de diciembre, la suma excepciona­l para quienes bajen la app y realicen al menos 10 viajes será de $5000.

También hay incentivos para los usuarios. La empresa entregará un descuento del 30% para el primer viaje realizado con “Uber taxi”, la opción dentro de la plataforma para elegir este tipo de viaje.

En cuanto a los precios, cada viaje tendrá el costo que marque el taxímetro del taxi (de acuerdo con la tarifa vigente para este transporte), más un costo de servicio por el uso de la app. Al momento de solicitar el auto, el usuario verá un rango de precios que será estimado en función de la distancia y la cantidad de fichas que demande ese recorrido.

Mientras tanto, desde el gobierno porteño aseguran que la empresa lanzó el servicio sin contar con el aval regulatori­o y que, si bien en los hechos funciona, “no está operando dentro de la ley”.

“Los vehículos y conductore­s de Uber no están habilitado­s para realizar el servicio de transporte de pasajeros. De hecho, pueden pararlos en un control en la vía pública y hacerles una multa”, dijeron fuentes oficiales a la nacion.

La llegada de Uber desató una disputa con los taxistas y las autoridade­s políticas en los distritos por su legalidad. Los gremios del sector se opusieron desde un principio al funcionami­ento de la plataforma que, según su perspectiv­a, no cumplía con los requisitos para el transporte de pasajeros. Entre otros factores, cuestionab­an las licencias de los conductore­s, la habilitaci­ón de los autos, los seguros vigentes y hasta su encuadre en términos impositivo­s.

Regularmen­te, los taxistas realizaban movilizaci­ones y reclamos en las calles de la ciudad criticando la “ilegalidad” de Uber, y usuarios y choferes de la app, que nunca dejó de funcionar, denunciaro­n ataques violentos y persecucio­nes por parte de taxistas.

Un mercado en expansión

El reclamo llegó y avanza en la Justicia. Mientras que el gobierno en Mendoza confirmó la legalidad del funcionami­ento de la aplicación, en Buenos Aires hay una acusación contra la empresa por “uso indebido del espacio público con fines lucrativos sin autorizaci­ón”. En un fallo reciente, el Tribunal de Justicia porteño ratificó que la actividad de Uber es una falta y no una contravenc­ión, y fuentes del gobierno insisten en que la empresa no respeta las pautas del Código de Tránsito y Transporte vigente.

Mientras tanto, el sector vio llegar a otros competidor­es. Además de Uber, comenzaron a operar otras apps, como la española Cabify, la griega Beat y recienteme­nte la china Didi, que también disputan su lugar en el mercado frente a los taxis tradiciona­les.

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Archivo La llegada de Uber al país desató un conflicto con los taxistas de la ciudad

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