LA NACION

El futuro de Cristina quedó ahora en manos de la Corte

El máximo tribunal tendrá la llave para resolver los planteos de la vicepresid­enta y del resto de los acusados; pero también el TOF 7 podrá avanzar a la etapa previa al juicio

- Hernán Cappiello

Las sentencias dictadas por la Cámara de Casación en el caso de los cuadernos de las coimas tienen tres efectos centrales y el principal es que la Corte Suprema tendrá ahora la llave para decidir la validez del caso.

Primero, la Corte se convertirá en el árbitro final de la validez de la investigac­ión del caso de los cuadernos, incluso antes de que la causa pueda llegar a juicio y tener una sentencia. Será la que decida en última instancia sobre esta nueva versión de la ley del arrepentid­o. Sucede que tras el revés que recibieron en la Cámara de Casación, los acusados van a intentar un recurso para llegar al máximo tribunal.

Los acusados hicieron dos pedidos: que se declare inconstitu­cional la ley del arrepentid­o y que se anule la declaració­n del chofer Oscar Centeno, autor de los cuadernos que describen las rutas del pago de coimas, que terminaban en el departamen­to de Cristina Kirchner.

Segundo: tras los fallos de Casación, la declaració­n de Centeno sigue siendo uno de los elementos en los que la fiscalía puede sustentar su acusación. Y, con esa sentencia, el Tribunal Oral Federal 7 está ahora habilitado a resolver planteos pendientes que habían hecho los abogados defensores. Con el criterio que estableció Casación. Hay unas 100 personas, entre acusados y acusadores, porque al caso principal de cuadernos se suman los acumulados (vinculados con las compras de “gas licuado” y con la Cámara Argentina de la Construcci­ón). Los abogados pueden además reproducir los planteos que ya hicieron durante la investigac­ión, lo que puede generar mucho trabajo previo de los jueces, antes de que puedan poner fecha al juicio oral.

Tercero: con estas sentencias de Casación, el tribunal oral puede entrar en la etapa previa al juicio, vinculada con la prueba, en la que los acusados presentan objeciones, nuevas nulidades, ofrecen a sus testigos y señalan la prueba que resta producir. Uno de los planteos será, segurament­e, la objeción a que el juez Germán Castelli integre el tribunal oral. Los abogados ya analizan si no correspond­e recusarlo.

Castelli es uno de los jueces que el Gobierno quiso desplazar de este tribunal, retrotraye­ndo su traslado al juzgado que ocupaba años atrás. La Corte dispuso que se quede en su lugar hasta que termine el juicio por su situación y se haga un concurso.

El caso de los cuadernos está elevado a juicio oral y público desde diciembre de 2019. Ese expediente está en el Tribunal Oral Federal 7, a cargo de Castelli, Enrique Méndez Signori y Fernando Canero.

Los acusados en el primer tramo de la causa son 52, incluida Cristina Kirchner, a los que acusa de haber integrado una asociación ilícita. En esa lista están también el exministro de Planificac­ión Julio De Vido, el exsecretar­io de Obras Públicas José López y el financista Ernesto Clarens, además de una larga lista de empresario­s de la construcci­ón como Carlos Wagner, Ángelo Calcaterra, Aldo Roggio y Juan Chediack.

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