Un explosivo informe tensaría las relaciones con Arabia Saudita
El documento acusa al príncipe heredero de ser cómplice del asesinato del periodista Khashoggi
RIAD.– El presidente norteamericano, Joe Biden, mantuvo ayer una charla por teléfono con el rey de Arabia Saudita Salman mientras se espera la publicación de un informe detallado que vincula al heredero al trono saudita con un asesinato, una iniciativa que tensaría la relaciones entre Washington y Riad.
Biden “afirmó la importancia que Estados Unidos otorga a los derechos humanos universales y al estado de derecho”, según la Casa Blanca, que destacó que los dos líderes discutieron el compromiso de Estados Unidos de ayudar a Arabia Saudita a defenderse de los ataques de grupos alineados con Irán.
Sin embargo, el nombre del heredero al trono del mayor exportador de petróleo en el mundo podría aparecer en un informe de inteligencia desclasificado, que pronto será publicado por la administración de Biden. Muchos expertos consideran que el hijo del rey Salman es cómplice del asesinato del periodista Jamal Khashoggi, columnista del diario norteamericano The Washington Post, en el consulado de su país en Estambul en 2018.
De acuerdo a varios medios de comunicación norteamericanos, las agencias de inteligencia estadounidenses tendrían un grado de confianza de medio a alto de que el príncipe, y gobernante de facto, estuvo implicado en dar la orden de asesinato del opositor saudita en el consulado de Estambul.
“Este es un paso importante hacia la transparencia, y la transparencia es, como a menudo, un elemento para que los responsables rindan cuentas”, dijo el vocero del Departamento de Estado, Ned Price.
De acuerdo con los medios de prensa turcos vinculados con los servicios de inteligencia, Khashoggi fue golpeado, drogado, torturado, asesinado y luego descuartizado por una unidad saudita en
las dependencias del consulado en Estambul en octubre de 2018.
Los asesinos llegaron a la capital turca en jets privados de una empresa vinculada con el heredero saudita.
Comunicación
La Casa Blanca había informado ayer que se esperaba que el presidente Biden se comunicara con el rey Salman de Arabia Saudita, de 85 años, y no con Mohammed, que lleva adelante el gobierno de del país. El anuncio se produjo ante reclamos de activistas de derechos humanos y disidentes sauditas que incitan a la administración a nuevas sanciones que, según dicen, podrían contener la represión del príncipe heredero conocido, como MBS.
Biden aspira a un cambio profundo en su relación con su aliado. En su primer discurso sobre política exterior anunció el fin del apoyo a las “operaciones ofensivas” de Arabia Saudita en Yemen, una “catástrofe humanitaria” a la que Washington contribuyó con armamento.
La tibia reacción del gobierno de Donald Trump ante el escándalo internacional por el asesinato de Jamal Khashoggi fue muy criticado por los activistas y disidentes, quienes ansían que Biden tome medidas más significativas.
“Las sanciones de la administración Trump no disuadieron a MBS de perseguir a otros. La administración de Biden debe tomar medidas más efectivas al sancionar a altos funcionarios y figuras políticas, instituciones y entidades que contribuyeron al asesinato”, sentenció Khalid Aljabri, el hijo de Saad Aljabri, un ex alto funcionario y asistente de Mohammed ben Nayef, el expríncipe heredero que ahora está en la cárcel. Aljabri vive exiliado en Canadá.
Agnes Callamard, especialista de la ONU en ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias, dijo que se espera que el informe de la Oficina del Director de Inteligencia Nacional (DNI) brinde información sobre quién fue el responsable del crimen cometido en octubre de 2018.
“Una vez que tengamos más evidencia, va a ser realmente imposible para el resto del mundo ignorar cualquier tipo de información que proveída”, dijo Callamard en el día de ayer en una conferencia en la Universidad de Columbia.
Añadió que Biden debería ejercer presión sobre los sauditas para identifiquen la ubicación de los restos de Khashoggi, quien fue descuartizado, además de permitirle a sus hijos exiliarse de Arabia Saudita si así lo desean, y detener los compromisos diplomáticos entre Estados Unidos y el príncipe si la evidencia lo condena culpable.