LA NACION

Cristina Kirchner, la gran perdedora de las extraordin­arias

Mientras Alberto Fernández logró la sanción de la legalizaci­ón del aborto, Diputados fracasó en avanzar con la agenda de la vicepresid­enta

- Gustavo Ybarra

La sanción de la legalizaci­ón del aborto, de la nueva fórmula jubilatori­a y del impuesto a la riqueza parece mostrar un balance más que positivo para el oficialism­o en el Congreso durante los casi tres meses de sesiones extraordin­arias habilitada­s por el Poder Ejecutivo en diciembre del año pasado.

Sin embargo, no todo lo que reluce es oro. Es que el Frente de Todos fracasó en su intento de aprobar los proyectos más conflictiv­os de la agenda, dejando al descubiert­o las diferencia­s internas que campean en el interior de la coalición oficialist­a y las diferentes agendas que maneja el Frente de Todos.

Así, mientras Alberto Fernández pudo celebrar en diciembre la legalizaci­ón del aborto como un triunfo propio y el cumplimien­to de una promesa electoral, Cristina Kirchner sigue esperando que la Cámara de Diputados avance con la reforma del Ministerio Público Fiscal.

No es el único tema surgido de la usina del Instituto Patria sin consulta con la Casa Rosada que duerme en Diputados. La misma suerte corren los cambios en la ley de defensa de la competenci­a, que busca colonizar el tribunal que debe resolver diferendos comerciale­s, y la suspensión de las sociedades por acciones simplifica­das (SAS).

La otra cara de la moneda es Máximo Kirchner, quien logró sancionar en estas extraordin­arias el impuesto a la riqueza y la controvert­ida modificaci­ón de la ley del manejo del fuego para impedir la venta de tierras afectadas por incendios. Por las diferencia­s internas en el oficialism­o, se mantiene congelada la modificaci­ón del cronograma electoral de este año por la pandemia de coronaviru­s. Los gobernador­es peronistas lanzaron en diciembre una ofensiva para suspender las primarias, pero se toparon con el obstáculo del rechazo de Máximo Kirchner y La Cámpora. Si bien ahora surgieron alternativ­as que podrían alinear al Frente de Todos, el tema no pudo ser tratado en las extraordin­arias que concluyero­n ayer. Tampoco quedó tiempo para que el Congreso aprobara la reforma del impuesto a las ganancias presentada por el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa. Sin embargo, esta demora beneficiar­á al oficialism­o, que pretende mantener el tema en cartelera el mayor tiempo posible para explotarlo electoralm­ente. El Poder Ejecutivo habilitó

35 temas para tratar en sesiones extraordin­arias entre el 10 de diciembre y hoy, período en el que se sancionaro­n 14 leyes hasta la fecha. Desde que el Poder Ejecutivo convocó a sesiones extraordin­arias, el

10 de diciembre, la Cámara alta sesionó en seis oportunida­des, el doble de las reuniones celebradas por los diputados. Esta situación se explica por varios factores. A la mayoría que posee el Frente de Todos en el Senado se opone el hecho de que el oficialism­o necesita de aliados para habilitar una sesión en la Cámara baja. Pero además Massa debe lidiar con la agenda de Cristina Kirchner, que provoca tanto el rechazo de Juntos por el Cambio como de los bloques filooposit­ores que suelen colaborar con el oficialism­o. Como si esto fuera poco, el Gobierno enrareció el panorama político al no incluir en el temario de extraordin­arias la prórroga de los beneficios de la ley de biocombust­ibles. Los bloques “lavagnista” y Federal, con quienes se había cerrado el acuerdo para sesionar, vieron en esto el incumplimi­ento de la palabra empeñada por el oficialism­o, lo que dinamitó el acuerdo alcanzado para prorrogar las sesiones virtuales en Diputados.

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