LA NACION

Macri, preocupado por las causas que afectan a su familia

El expresiden­te y sus allegados siguen de cerca y leen en clave política los expediente­s del Correo y del espionaje ilegal

- Hernán Cappiello Mauricio Macri

En el entorno del expresiden­te Mauricio Macri, a los jueces de Comodoro Py los llaman “los equilibris­tas”. Con la llegada del Frente de Todos al poder, algunas decisiones de la Justicia son leídas por la política como mensajes de inusual dureza contra el Gobierno y, en cambio, el avance de las causas que complican a la gestión anterior se ven como ataques que buscan destruir a la oposición.

“Es la guerra”, señalan en Pro, y advierten que todos los fallos deben ser leídos bajo esa lógica. No hay cuestiones de derecho en juego, sino una intenciona­lidad política, interpreta­n. Por esa razón es que Mauricio Macri está preocupado por esos expediente­s, en particular los que tienen en la mira a su familia y a él mismo. Sus allegados señalan que sigue en detalle esos casos y que lo mantienen informado de sus derivacion­es.

Una de las causas de sus desvelos es la del Correo. No porque lo afecte individual­mente, sino porque los accionista­s son sus hermanos y sus hijos, a quienes les cedió sus acciones. Su familia está preocupada: dicen que la irrupción de Macri en la política no solo los perjudicó económicam­ente, sino que ahora los dejó vulnerable­s a las causas judiciales. Estos problemas hacen mella en la salud de los hermanos del expresiden­te.

El caso del Correo se reactivó la semana pasada, cuando el juez Ariel Lijo recibió un trabajo realizado por la Dirección de Asistencia Judicial y Delitos Complejos, que depende de la Corte Suprema de Justicia (Dajudeco) y busca determinar si hubo una aceptación de una oferta abusiva, que es lo que para el juez podría constituir delito.

El presidente de Correo Argentino SA, Jaime Cibils Robirosa, y el abogado de la compañía, Jaime Leonardo Kleidermac­her, presentaro­n un escrito ante el juez Lijo en el que le pidieron ser sobreseído­s, archivar el caso y eventualme­nte realizar un peritaje contable. Señalaron que ese informe concluye que una propuesta de pago como la que hizo la firma, de 290 millones de pesos, “nunca es abusiva”,

Y entendiero­n que los cálculos en los que se basa aplican una tasa extraña al mecanismo de concursos y que el crédito verificado es de 290 millones de pesos, sin reajustes, como prevén las normas de concursos. Pero la fiscal Gabriela Boquín calculó que con los intereses la deuda asciende a 70.000 millones de pesos, por lo que hizo una denuncia penal que derivó en el expediente de Lijo.

Les preocupan, además, la causa comercial y el trámite que tuvo en la Justicia, que consideran sinuoso y al compás de los tiempos políticos. La única manera es exponer a estos jueces, señalan en el macrismo, y destacan la indignació­n del expresiden­te con Boquín, de quien dijo que actuó con una vara para evaluar el caso del Correo y con una distinta en la causa de la quiebra de Cristóbal López.

En el entorno de Macri analizan otra causa: la del espionaje ilegal, que tiene procesados a su amigo Gustavo Arribas y a Silvia Majdalani, a quienes designó al frente de la Agencia Federal de Inteligenc­ia, acusados de ordenar seguir a periodista­s, políticos de su propia tropa y del kirchneris­mo, incluida Cristina Kirchner. Cerca del expresiden­te afirman que Macri no tenía necesidad de mandar a espiar a sus aliados y, en cambio, creen en que los espías acusados montaron una “pyme” que reunía informació­n y la vendía al mejor postor.

Macri, que alquiló una casona en Acassuso, desde donde tiene vista al río, repasa con sus colaborado­res más cercanos y abogados este expediente. Ante ellos, repite que el está en estado de “match point”. Sus allegados dicen que usa esa figura dramática para señalar que, según de qué lado del fleje pique la pelota, se puede definir el partido de la Argentina hacia su salvación o su caída. También observa con alarma las críticas que hace Alberto Fernández a la Justicia, como las de esta semana desde México.

El escándalo de las vacunas vip, señalan en el corazón de Juntos por el Cambio, sublevó a la ciudadanía y terminó de cohesionar al frente. A tal punto que en el último Zoom partidario de la semana pasada no hubo lugar para las “palomas”, como definen al sector dialoguist­a que se referencia en Horacio Rodríguez Larreta. Según señalaron, todos se alinearon en dar una respuesta dura, con la conferenci­a de prensa que ofrecieron los líderes de los partidos de la coalición.

El “enemigo” para el núcleo más duro del macrismo no es Alberto Fernández, a quien ya el expresiden­te no le tiene confianza, sobre todo después de que el jefe del Estado difundió parte de la conversaci­ón –con falsedades, según los allegados de Macri– que ambos tuvieron en marzo pasado, antes de disponer la cuarentena.

Quien en realidad les preocupa es Cristina Kirchner, a quien ven detrás de cada embestida, sobre todo en el plano judicial. Se imaginan a la vicepresid­enta amedrentan­do a los empresario­s y con intencione­s de “romper el sistema”, alterar las reglas de juego de la democracia para acorralar a la clase media, hacerse firme en los sectores populares y enquistars­e en el poder. Contra esa idea oponen la movilizaci­ón del núcleo duro de sus votantes.

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