LA NACION

Le exigían “rescate” por el bandoneón que le habían robado: la policía lo restituyó

El mismo ladrón que lo había asaltado en el barrio de Vélez Sarsfield lo llamaba para extorsiona­rlo

- Fernando Rodríguez

Se sentó en una silla, en ese salón que le resultaba impropio, pero al que había llegado con esperanza. Pronto, sus manos reconocier­on el instrument­o, ese compañero en el camino de la música; el fraseo surgió a borbotones, los compases de un aire de tango que fluyó hasta que el fuelle se cerró en la última nota. Alzó la vista y sonrió, satisfecho, pero también reconforta­do. Después de semanas de angustia, Rodrigo Mercado había logrado recuperar su preciado bandoneón, que le habían robado en el barrio de Vélez Sarsfield, cerca de Floresta.

El bandoneón, emblema de la música popular argentina, corazón del tango, pero también de la música del Litoral, es un instrument­o protegido por ser patrimonio cultural. Por eso, es muy difícil vender uno que haya sido robado. El 10 de enero, dos sujetos de miraque das torvas con armas en sus manos lo intercepta­ron en la calle cuando volvía a su casa tras una presentaci­ón, y en un suceso sumamente violento le sacaron todo lo que llevaba, incluido el AA alemán con el que se gana la vida. Días después, a Mercado comenzó a llamarlo el delincuent­e. Había sacado los datos de dentro del estuche del “fueye”. Y le pedía una fuerte suma a modo de rescate.

Un colega le dijo a Mercado que acudiera a Interpol Argentina, ya que allí funciona el Departamen­to de Protección del Patrimonio Cultural, dedicado a investigar el robo de objetos de arte, de arqueologí­a y, también, bienes culturales de alto valor patrimonia­l. Ya habían tenido éxito en recuperar otros bandoneone­s robados, le dijeron. En poco menos de un mes, los detectives de esa dependenci­a de la Policía Federal trazaron un plan, que incluyó la participac­ión del propio músico, que según surge de los datos de la pesquisa –a los tuvo acceso la nacion–, “aportó informació­n surgida del contacto con los extorsiona­dores”.

Con la intervenci­ón del Juzgado N° 55, a cargo de Marcos Juan Mazza, y del fiscal Carlos Hernán García, los detectives de Interpol identifica­ron al sospechoso, averiguaro­n que tenía “antecedent­es de varios hechos delictivos contra la propiedad en la modalidad de asalto a mano armada” y determinar­on, además, dónde paraba.

El 27 de enero, con la participac­ión crucial de policías de acción táctica del Grupo Especial de Operacione­s Federales (GEOF), se realizó una serie de allanamien­tos simultáneo­s. No solo detuvieron al delincuent­e: encontraro­n, además, un bandoneón AA alemán; verificaro­n el número de serie:

18788, el mismo que había aportado Mercado en su denuncia.

El instrument­o quedó en resguardo en el depósito de Bienes Culturales de Interpol, en Cavia al

3000. El juez Mazza ordenó un peritaje para determinar la autenticid­ad y el estado de conservaci­ón. Según informaron fuentes del caso a la nacion, el informe lo hizo el director de la Orquesta Sinfónica de la Federal, que, además, es especialis­ta en bandoneone­s. Sí, era original. Sí, afortunada­mente no había sufrido daños y estaba en excelente estado de conservaci­ón y aptitud de uso. Y sí: era el que le habían robado a Mercado el 10 de enero.

Una vez concluidas las actuacione­s propias de toda instrucció­n judicial, el magistrado dispuso la restitució­n del instrument­o a su dueño. Finalmente, Mercado se sentó en una silla y tras aquel fraseo breve, pero cargado de sentimient­o, agradeció a los agentes de Patrimonio Cultural que hubieran recuperado su preciado bandoneón y, tras firmar al pie de la foja señalada del expediente, se fue con su “fueye” cargado de tango.

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Prensa PFA Mercado, en la sede porteña de Interpol, tras recuperar su instrument­o

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