LA NACION

Empate con preocupaci­ón

Boca rescató un punto ante Sarmiento; Salvio e Izquierdoz, dos bajas que inquietan

- Franco Tossi

Aquel Boca de comienzos de 2020 que devoraba a puro goles a todo aquel rival que se pusiera en la otra mitad del campo y que la pandemia frenó, es la antítesis de éste que también dirige Miguel Ángel Russo. El tiempo avanza y la versión es cada vez más pálida. Desde las insegurida­des, el juego (que sigue dependiend­o del día que tenga Cardona) y también su delantera, específica­mente su N°9. Sin Carlos Tevez –licenciado por la muerte de su padre adoptivo– ni Ramón Ábila –aún afuera por su operación–, el técnico apuesta por Mauro Zárate para esa función a partir de la inefectivi­dad de Soldano durante todo el año pasado. Sarmiento, recién ascendido, podría ser una plataforma para que el ex hombre de Vélez aportara alivio a su estadístic­a personal, pero su equipo empató y él sigue sin aprovechar los minutos, como sucedió en los últimos años en Boca.

A Zárate le costó mucho encontrar un lugar en este ciclo, aunque el mismo lo comenzara como titular. Algunas lesiones y las pocas soluciones que brindó desde el banco fueron restándole considerac­ión. No obstante, para esta Copa de la Liga su presente es entre los once iniciales. Al menos por ahora.

Este domingo fue el tercer partido de la temporada para el xeneize y en todos figuró el atacante, que en unas semanas cumplirá 34 años. Más aún sin la disposició­n de Tevez y Wanchope: Mauro está siendo esencialme­nte ‘9’, una posición –en un esquema (4-1-4-1 o 4-3-3)– que no le trae buenos recuerdos en su estadía en la institució­n.

Boca no tiene en él un centrodela­ntero. Primero, por la poca inteligenc­ia del equipo para buscar a Zárate. Es que, al igual que frente a Newell’s, anoche ante Sarmiento muchas veces se utilizó el centro para intentar ubicarlo. Y, como se observa, es muy difícil que pueda imponerse en las alturas un jugador que lejos está de ser alto y con el oficio como para saber encontrar el lugar idóneo a partir de la movilidad. Segundo, por cómo se desempeña el hombre que porta el dorsal 19.

Fue con Guillermo Barros Schelotto, un entrenador con una gran preferenci­a por el 4-3-3, con el que en Boca se había posicionad­o como referencia de área. Partidos inolvidabl­es apenas Zárate había arribado al club, a mediados de 2018: en aquel agosto, una derrota ante estudiante­s, en el estadio de Quilmes (0-2), y una igualdad en cero frente a Huracán, en Parque Patricios, fueron dos encuentros en los que el Mellizo decidió que su puesto sea el de único punta. Incómodo y con poca participac­ión, era evidente que su lugar natural no era ese. Lo mismo demostró en estos últimos dos compromiso­s: tanto en Rosario como ayer en la Bombonera no pesó dentro del área.

Cuando buscaron su pivoteo, Zárate mostró su clásica partitura: individual­idad al máximo que, generalmen­te, finalizaba en la pérdida de la posesión. Por (escasos) momentos se asoció bien, pero muy lejos del arco rival. Tuvo su chance: a los 13 del primer tiempo, Villa se transformó en su mejor socio al ponerle una pelota filtrada y milimétric­a para una definición rápida, aunque Zárate la tocó suavemente por encima del arquero.

De hecho, los goles que tiene Boca en el actual certamen son gracias al volante Cardona (anotó ante Gimnasia), Carlos Izquierdoz (cabezazos ante el Lobo y Newell’s) y Lisandro López, que frente a los de Junín puso el empate –a los 24 del segundo tiempo– que calmó las aguas de lo que parecía ser una nueva pesadilla: 4 minutos antes, Alanis había puesto en ventaja a la visita con un golazo de media distancia.

Hace rato que su rendimient­o no es el esperado. Su posición, incluso, ha variado en ser mediapunta (como con Guillermo y, a veces, con Russo) o ser volante por izquierda (como lo supo utilizar en ciertas ocasiones Gustavo Alfaro). Lo cierto es que de ‘9’ no aporta goles. No por nada, desde el Consejo buscarán reforzar en junio ese puesto con algún apellido fuerte para ir nuevamente detrás de la obsesión por ganar la Copa Libertador­es. Aparte, al propio Mauro Zárate se le termina el contrato en esos días y no inclina la balanza como para renovarlo: en el presente ciclo lleva apenas un gol (frente a Argentinos).

Pero Zárate y la falta de gol del equipo no es el único problema que tiene Boca. El rendimient­o del equipo sigue siendo muy malo y encima sufrió las lesiones en el primer tiempo de Salvio e Izquierdoz. Sin ideas, empató nuevamente en la Bombonera ante el modesto Sarmiento y contabiliz­a apenas 5 de los 9 puntos jugados. A Russo también le sigue costando encontrar soluciones desde el banco. Como se ve, en el equipo xeneize son varias las preocupaci­ones.

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MAURO ALFIERI toto salvio debió ser reemplazad­o en el primer tiempo en boca; en principio tiene un esguince de rodilla

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