LA NACION

Fernández respaldó a Guzmán y busca poner fin a la crisis

“Es un tema terminado”, enfatizó, pero Basualdo sigue en el cargo

- Santiago Dapelo

LISBOA (De un enviado especial).– El presidente Alberto Fernández ratificó ayer al ministro de Economía, Martín Guzmán, que enfrenta cuestionam­ientos del sector encabezado por Cristina Kirchner e intenta, por ahora sin éxito, desplazar al subsecreta­rio de Energía Eléctrica, Federico Basualdo, que resiste en el cargo con apoyo de La Cámpora.

“Es un tema terminado”, comentó Fernández, en la primera jornada de su gira por Europa. El Presidente se reunió ayer con su par portugués, Marcelo Rebelo de Sousa, para sumar apoyo en la renegociac­ión de la deuda con el Fondo Monetario Internacio­nal (FMI).

LISBOA.– Si hubo tensión y enojo, el Presidente intentó dejarlo en el pasado. Alberto Fernández dio por cerrada la última crisis que se originó en el Frente de Todos y respaldó ayer a su ministro de Economía, Martín Guzmán.

El Presidente acompaña cada paso que da el titular del Palacio de Hacienda, quien mantiene inalterabl­e su plan económico, al igual que el pedido de renuncia para el subsecreta­rio de Energía Eléctrica, Federico Basualdo, de La Cámpora.

Las últimas 24 horas así lo confirmaro­n. Hablaron durante un largo rato en el avión que los depositó ayer en la capital portuguesa y también en el hotel. Salieron a caminar por las calles de piedra que son surcadas por viejos tranvías y donde los colores se mezclan sin orden aparente, pero en total armonía. Y por la noche, cenaron juntos.

después del desgaste que sufrió Guzmán, Fernández ahora busca fortalecer­lo. “Es un tema terminado”, comentó el jefe del Estado frente a algunos testigos de la comitiva que lo acompaña en la gira por Portugal, España, Francia e Italia.

Con el viaje, el Presidente ratificó a Guzmán en una de las tareas más significat­ivas de su gestión, lograr un acuerdo con el Fondo Monetario Internacio­nal (FMI). Con esa premisa, el ministro armó una estrategia que dividió en tres: lograr respaldos presidenci­ales en la negociació­n con el Fondo, lograr un acuerdo con el Club de París para postergar el pago del vencimient­o –la Argentina tiene que abonar

2400 millones de dólares antes del

31 de mayo– y reforzar las relaciones bilaterale­s.

Lejos de Buenos Aires, Guzmán se muestra tranquilo y seguro de cada paso que está dando. Atrás quedó la peor semana para el discípulo del premio nobel de Economía Joseph Stiglitz, en la que soportó el asedio de La Cámpora tras la movida que protagoniz­ó para sacar del cargo a Federico Basualdo, un funcionari­o de tercera línea que responde al jefe del bloque del Frente de Todos en diputados, Máximo Kirchner.

Si bien no se impusieron tiempos, en la delegación que acompaña al

Presidente por el viejo Continente dan como un hecho la salida del subsecreta­rio de Energía Eléctrica.

La pelea de fondo tampoco quedó saldada para Guzmán. Es que, si bien se impuso la política energética que impulsa la vicepresid­enta Cristina Kirchner –solo permitir un incremento de las tarifas de servicios públicos de un dígito–, el ministro no da por terminada la discusión interna y sostiene la necesidad de aplicar un segundo aumento antes de fin de año para no compromete­r las arcas públicas en materia de subsidios.

Con la mira en el Senado

desde la comitiva que acompaña al jefe del Estado también buscaron bajarle el precio a la presentaci­ón que hizo el kirchneris­mo duro, con el ultracrist­inista Oscar Parrilli a la cabeza, para el Gobierno utilice los dólares que enviará el FMI entre julio y agosto para planes de transferen­cia directa y no para el pago de deuda.

Se trata de los DEG por 4400 millones de dólares que la Argentina cobrará como parte de la ampliación de capital que harán los principale­s accionista­s del organismo multilater­al de crédito.

“¡Es un proyecto de declaració­n!”, reaccionar­on cerca del Presidente cuando se planteó la diferencia con el Instituto Patria. “nosotros queremos lo mismo, que los dólares que ingresen fortalezca­n las reservas y respalden la emisión”, explicó uno de los hombres más cercanos al

mandatario en las últimas horas.

Así, tras los golpes que recibió, Guzmán se rearma y ordena su táctica. Por lo pronto, buscará cerrar los apoyos de los mandatario­s que visitará junto a Fernández, como ocurrió hoy con el portugués Marcelo Rebelo de Sousa. A él se sumarán Pedro Sánchez (España), Emmanuel Macron (Francia) y Sergio Mattarella (Italia).

También, según especulan desde el gobierno nacional, será muy importante el encuentro con el papa Francisco.

El viernes, en tanto, Guzmán compartirá un seminario con la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, que también podría reunirse con el Presidente. Y la semana próxima, por videoconfe­rencia, Alberto Fernández y Guzmán dialogarán con la canciller alemana, Angela Merkel.

Pese a los reproches por cómo manejo el pedido de renuncia de Basualdo, entre ellos del jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y el ministro del Interior, Eduardo de Pedro, Guzmán sostuvo su postura. Como dijo el último viernes, sin segmentaci­ón para el cobro de las facturas, algo que el ministro le reclamó al enviado de La Cámpora en Energía desde hace meses, el “sistema de subsidios energético­s que es pro rico”.

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El presidente Alberto Fernández fue recibido por su par de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, en el Palacio Nacional de Belén
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Presidenci­a

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