Crece la tensión entre manifestantes palestinos y fuerzas israelíes
Los disturbios ya dejaron 300 heridos y son los más violentos desde 2017; un intento de desalojo fogoneó los incidentes
TEL AVIV.– Unas 300 personas –incluidos al menos 20 agentes de policía– resultaron heridas ya en los disturbios que se iniciaron el viernes último entre manifestantes palestinos y efectivos israelíes en Jerusalén, según informaron fuentes sanitarias. Los enfrentamientos, que causan preocupación internacional por la posible propagación de las tensiones, continuaron ayer.
La violencia alrededor de la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén –el tercer lugar más sagrado del islam, al que los judíos llaman Monte del Templo– y la Ciudad Antigua, principalmente de noche, es la peor que se ha visto desde 2017 y fue fogoneada por los planes de colonos judíos de ocupar casas de palestinos en Jerusalén Este.
Un vocero policial israelí informó de incidentes y de varias detenciones durante la mañana de ayer en la simbólica Puerta de Damasco, uno de los accesos a la Ciudad Vieja de Jerusalén. Los manifestantes palestinos arrojaron piedras, botellas y petardos a los uniformados, según la Policía. Los agentes respondieron con balas de goma, gas lacrimógeno y granadas sonoras, según la prensa israelí.
También por la tarde las fuerzas israelíes cargaron contra los palestinos, lo que habría producido al menos 120 heridos.
Más de 90.000 musulmanes se congregaron el fin de semana para rezar en la zona de la Mezquita de Al-aqsa, en coincidencia con el último fin de semana del Ramadán, el mes santo musulmán. El sábado se celebró la Noche del Destino o Lailat al Qadr, que conmemora la entrega del Corán al profeta Mahoma. En Israel se celebrara además el Día de Jerusalén.
El conflicto comenzó debido a las restricciones impuestas a las concentraciones por las autoridades israelíes debido a la pandemia, a pesar de la tradición de rezar en esos lugares instaurada por la comunidad musulmana.
La inminente decisión judicial sobre la expulsión de familias palestinas en el barrio de Sheij Jarrá contribuyó luego a multiplicar la tensión. En ese barrio, escenario de protestas diarias desde hace varias jornadas contra el posible desalojo de familias palestinas para instalar a colonos israelíes, los palestinos volvieron a lanzarse a la calle y arrojaron piedras a las fuerzas de seguridad, que afirman haber detenido a dos personas por usar “gas pimienta” contra sus agentes.
Ayer mismo, el Tribunal Supremo israelí anunció el aplazamiento de la decisión sobre el recurso presentado contra la expulsión de las familias palestinas. La solicitud de aplazamiento fue realizada por el fiscal general del Estado, Avichai Mandelblit.
Contra la violencia
El papa Francisco llamó ayer a la calma en la ciudad santa y sostuvo: “La violencia solo engendra violencia. Detengamos estos enfrentamientos”.
El primer ministro en funciones israelí, Benjamin Netanyahu, defendió la libertad religiosa en todo Jerusalén y advirtió que su gobierno no tolerará la violencia. Netanyahu realizó estas declaraciones durante un Consejo de Ministros especial por el Día de Jerusalén, aniversario que celebra la toma de Jerusalén Este por fuerzas israelíes durante la Guerra de los Seis Días de 1967.
Países como Turquía, Jordania, Bahrein, Paquistán o Emiratos Árabes Unidos han condenado ya la violencia excesiva de las fuerzas de seguridad israelíes. En particular, Jordania remitió una nota de protesta a Israel en la que se catalogan de inaceptables los intentos de “desalojo forzado” de los palestinos en esa ciudad. Amán ha subrayado que tales acciones suponen una violación del derecho internacional y los principios básicos de los derechos humanos.
Mientras tanto, ayer por la noche el Ejército israelí informó que fueron lanzados varios proyectiles desde la Franja de Gaza, zona controlada por las milicias del partido islamista Hamas, informó la prensa israelí.
En concreto, se habrían lanzado dos proyectiles en dirección a la ciudad de Ashkelon, que no reportaron víctimas. Uno de ellos fue interceptado por el sistema Cúpula de Hierro –el sistema de defensa móvil antiaéreo israelí– y el segundo habría caído en una zona abierta despoblada.