Grabois ahondó las críticas kirchneristas contra el plan alimentario
Opinó que la tarjeta Alimentar es “una política estúpida” y se plegó a los cuestionamientos de Pérsico; ambos pesan en el Ministerio de Desarrollo Social
En los movimientos sociales aliados al oficialismo se desató un fuerte cuestionamiento a la Tarjeta Alimentar, una política social que el Gobierno lanzó a principios de 2020 como una gran apuesta y que el viernes amplió su alcance. La crítica interna comenzó con Emilio Pérsico, líder del Movimiento Evita y secretario de Economía Social en el Ministerio de Desarrollo Social, y ayer la profundizó Juan Grabois, dirigente social con presencia en el Gobierno y cercano al Papa Francisco, al punto que recientemente fue designado en un cargo en el Vaticano.
Grabois definió como “política estúpida” la Tarjeta Alimentar. Si bien rescató que, “finalmente, el gabinete económico definió romper el chanchito, que parecía reservado exclusivamente para Kristalina Georgieva”, reprochó: “El problema es que se decidió aplicar los recursos a una política que solo puedo calificar con una palabra. Es una política estúpida”. Explicó que usó ese calificativo porque “está guiada por sentimientos nobles, pero carga un enorme desconocimiento de la realidad”.
En una columna que publicó en el sitio Eldiarioar, el dirigente social fue muy crítico del Gobierno, en el cual su agrupación tiene participación en puestos como la Secretaría de Integración Socio Urbana del Ministerio de Desarrollo Social, a cargo de Fernanda Miño.
“Vemos con tristeza cómo nuestro gobierno comete errores permanentes por una incomprensible ceguera”, aseguró Grabois. “La Tarjeta Alimentar es una decisión un tanto improvisada que definió un conjunto de funcionarios encerrados en una oficina”, subrayó el dirigente social, también referente del partido Patria Grande.
Grabois, que lidera el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), fue designado el mes pasado miembro del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, “ministerio” social del Vaticano.
Entre otras definiciones, Grabois indicó que la Tarjeta Alimentar “es ejemplo de asistencialismo puro”. En esa línea, profundizó: “Nadie tiene la receta para resolver las injusticias sociales que padece la Argentina, pero hay algo seguro: masificar el asistencialismo no es el camino. La Tarjeta Alimentar es eso”.
Remarcó que la considera “una política ‘focalizada’ de cuño neoliberal porque no consagra derechos permanentes, no crea puestos de trabajo, no genera bienes sociales durables, no promueve el desarrollo humano integral”.
Grabois también señaló que la tarjeta no resuelve problemas de malnutrición ni llega a los pueblos originarios. “En la región del Chaco salteño, donde se nos mueren literalmente los pibes por enfermedades asociadas a la malnutrición, no hay posnet, solo desmonte y contaminación”, remarcó.
Tras sostener que la tarjeta “promueve el consumo de alimentos industrializados que se producen en grandes cadenas de comercialización” con perjuicio para “los pequeños comercios barriales”, señaló que la “salida es el trabajo, remunerado y con derechos laborales”.
El presidente Alberto Fernández anunció, el viernes, la ampliación de la Tarjeta Alimentar. El plan alcanzará a los niños de hasta 14 años (era para los de hasta seis años). Los beneficiarios reciben mensualmente $6000 (un hijo), $9000 (dos hijos) o $12.000 (tres o más hijos).
Grabois rescató en su columna de ayer planteos de Emilio Pérsico, que también criticó el nuevo impulso al plan oficial. “La Tarjeta Alimentar nos puede incluir como consumidores, pero eso no es inclusión social. La única inclusión es el trabajo. No resuelve el problema de la inflación, porque se la come la inflación. Esa tarjeta es pan para hoy y hambre para mañana”, afirmó Pérsico en un video que difundió entre su militancia, el sábado.
“La plata de la Tarjeta Alimentar alcanzaría para generar un millón de puestos de trabajo y 260.000 viviendas por año”, subrayó Pérsico.
Por su parte, el ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, defendió ayer la ampliación del plan alimentario. “Es la ampliación de una política social más grande que se ha dado en el gobierno de Alberto Fernández. Es un esfuerzo económico claro, que se financia reordenando el presupuesto”, afirmó Arroyo, en declaraciones a CNN Radio. “Mi tarea este año es transformar planes sociales en trabajo”, añadió el funcionario.
“Nadie tiene la receta para las injusticias de la Argentina, pero hay algo seguro: masificar el asistencialismo no es el camino. La tarjeta Alimentar es eso”