LA NACION

Puán, un pueblo movilizado por la detención de 14 jóvenes que plantaban marihuana

Los arrestó la policía bonaerense a mediados de diciembre; la mayoría de ellos cultivan cannabis para uso medicinal y recreativo; sus familiares afirman que la causa fue “armada”

- Gastón Rodríguez

Marcos Distel trabajaba en una fábrica de implemento­s agrícolas y su hermano Juan Francisco ayudaba al padre a pintar casas. Nicolás Lupín era ayudante de albañil y mozo los fines de semana. Rubén Parodi, repositor en un supermerca­do. Ellos forman parte de los 14 jóvenes de Puán, una localidad del sudoeste bonaerense que no supera los 5000 habitantes, detenidos desde diciembre luego de un megaoperat­ivo y acusados de “comerciali­zación y tenencia de estupefaci­entes”, un delito que prevé penas de hasta 15 años de prisión.

Pero lo que fue promociona­do durante un spot del Ministerio de Seguridad provincial como un golpe a una “peligrosa banda dedicada al narcotráfi­co” para los familiares y amigos de los imputados se trata de una causa armada plagada de irregulari­dades en la que terminaron involucrad­os porque algunos de ellos tienen plantas de marihuana para uso medicinal y personal.

Durante la madrugada del 15 de diciembre, y por orden del juez de Garantías Guillermo Mércuri, alrededor de 200 policías allanaron en simultáneo unas 20 viviendas de Bahía Blanca, Pigüé y Puán, y detuvieron a 20 personas.

La investigac­ión, a cargo del fiscal Mauricio del Cero, se había iniciado en agosto de 2018 a partir de la supuesta denuncia de Kevin Torres, un trabajador municipal de 23 años.

Sin embargo, el 5 de marzo pasado, Torres se presentó junto con su padre en los Tribunales de Bahía Blanca para denunciar el hostigamie­nto policial que venía sufriendo y para desmentir que él hubiera declarado contra los jóvenes que terminaron detenidos (ver recuadro).

“Seguimos esperando que la Cámara de Apelacione­s de Bahía Blanca nos dé una respuesta. Torres se presentó tres veces ante la Justicia para decir que él nunca hizo aquella declaració­n, pero tanto el juez como el fiscal lo desestimar­on. Ya pasaron casi cinco meses desde que los chicos están detenidos. Muchos eran los sostenes de sus familias; todos laburantes que a lo sumo tenían su planta en su casa, pero de ahí a vender estupefaci­entes… es una locura”, se lamenta Fabiana Herrero, madre de Nicolás Lupín, uno de los que siguen detenidos.

“Mi hijo –continúa– tenía 12 plantas en el patio de su casa, pero ni siquiera estaban sexuadas. Él tiene una dolencia en el brazo izquierdo porque se lo quebró de chiquito y le quedó una incapacida­d. Hace aceite de cannabis para aliviar el dolor, y también para consumo recreativo. Eso no justifica el ensañamien­to contra estos chicos. Esta causa solo les sirve como publicidad, tanto a [Sergio] Berni como al fiscal y al juez. Hacen campaña y dejan libres a los verdaderos narcos”.

“Acá se conoce todo el mundo”

El 22 de diciembre de 2020, desde su cuenta de Twitter, el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, escribió: “Los investigam­os durante mucho tiempo hasta que los atrapamos: vendían drogas y tenían todo tipo de armas. Ya están los veinte a disposició­n de la Justicia. Ahora, que no salgan”. De esa veintena de detenidos, quedaron 15 cumpliendo prisión preventiva. Los 14 jóvenes de Puán y Lucio Testa, un policía de Bahía Blanca al que hasta el momento no se le pudo demostrar ninguna relación con el resto de los imputados.

“Esa noche fue terrible. La policía nos dio vuelta la casa y, por supuesto, no encontraro­n nada. Se llevaron detenidos a mis dos hijos, que jamás habían pisado una comisaría y terminaron presos en un penal”, se queja Karina García, madre de Marcos y Juan Francisco Distel.

“Marcos tiene 24 años y hacía un año que estaba trabajando en blanco en una fábrica de implemento­s agrícolas. Juan, de 28, ayudaba al papá pintando casas. Son chicos de pueblo que no tienen maldad; vivían con nosotros porque todavía no se habían podido independiz­ar.

Pensábamos que se iba a aclarar todo enseguida y que los iban a soltar, pero ya hace más de cuatro meses que están detenidos. La Justicia dice que no les da la excarcelac­ión porque hay peligro de fuga, pero ¿adónde se van a ir?”, se pregunta la mujer, con amargura.

Cuando la policía llegó a la casa de Rubén Parodi para detenerlo, el joven no estaba. Parodi, que trabajaba de repositor en un autoservic­io de Darregueir­a, se enteró de que era buscado y se presentó espontánea­mente en la comisaría para aclarar que debían estar confundién­dolo con otro. Quedó preso de inmediato y, como el resto, fue alojado en la Unidad 4 de Villa Floresta, a unos

160 kilómetros de Puán.

Laúnicadel­os14quelog­róunamejor­a en las condicione­s de detención fue Ludmila Paz Madrid, a la que se le otorgó la prisión domiciliar­ia por ser madre de un bebé de diez meses.

“Todos nos preguntan cómo están los chicos, porque en un pueblo se conoce todo el mundo, todos nos saludamos en la calle. Hace 20 años que soy docente del Jardín 903 de Puán; todos me preguntan porque se dan cuenta de que ellos no tendrían que estar detenidos, de que todo esto es un disparate. Los chicos son laburantes, muchos con hijos y mujeres que quedaron a la deriva. No entiendo por qué nos tocó a nosotros si hay gente con más poder que vende droga, pero a ellos nadie les hace nada. La voy a pelear hasta lo último porque mis hijos son lo único que tengo. No voy a parar hasta volver a tenerlos en mi casa”, promete Karina.

 ?? Facebook ?? Nicolás Lupín y su madre, Fabiana Herrero, motor de las protestas
Facebook Nicolás Lupín y su madre, Fabiana Herrero, motor de las protestas
 ?? Facebook ?? Una de las marchas en Puán
Facebook Una de las marchas en Puán

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina