Tragedia en el Camino de los Remeros: murieron dos amigos
El conductor, de 19 años, tenía tres veces más alcohol en sangre que el límite permitido; él se salvó, al igual que otro joven, de 18
La secuencia captada por una cámara domo en el Camino de los Remeros, la ruta que corre junto al canal aliviador del río Reconquista y une el centro de Tigre con la localidad de Rincón de Milberg, son escalofriantes: el vehículo que aparece en escena como un bólido, que sale de pista y arrasa el guard-rail antes de salir del cuadro en pleno proceso de destrucción.
Las imágenes posteriores son aun más dramáticas, porque muestran el desolador resultado de aquel fortísimo despiste: una de las estructuras metálicas de la cartelería vial, derrumbada; las protecciones de la amplia banquina, arrancadas de cuajo, y el Audi A4 gris, aquel que había cruzado como una exhalación el registro de la cámara de videovigilancia, destrozado sobre el cantero de la última rotonda de la carretera que se une con la ruta 27 a la altura del hipermercado, camino a Santa María de Tigre y a Nordelta.
Cuatro jóvenes iban en el auto; dos de ellos, ambos de 18 años, murieron en el acto. Fueron identificados como Franco Rossi y Joaquín Alimando. Uno de ellos iba como copiloto y el otro, en el asiento trasero.
El conductor del vehículo, de 19 años, sobrevivió al impacto. Allí mismo, personal policial realizó el test de alcoholemia: dio 1,39 gramos por litro de sangre, casi tres veces más que el máximo permitido; en rigor, se considera que conducía en estado de ebriedad.
Esa circunstancia hizo que la fiscal de Benavídez, Laura Capra –una de las que investiga la muerte de Diego Armando Maradona– ordenó la aprehensión de urgencia del conductor, identificado como Joaquín Duhalde Bisi.
Además de él, sobrevivió al terrible impacto otro joven de 18 años: Mateo Lezama. Según confiaron fuentes del caso, sufrieron golpes, pero ninguna herida de consideración. No obstante, quedaron internados, en observación.
Bajo las farolas del Camino de los Remeros trabajaron los médicos de las ambulancias, los bomberos y policías para atender a los sobrevivientes y para resguardar la escena para el posterior trabajo de los peritos en Criminalística de la policía bonaerense, que realizaron las mediciones necesarias para establecer a qué velocidad iba el Audi A4 cuando se despistó. Será un dato crucial a la hora de la indagatoria del joven que conducía el vehículo de su padre.
La fiscal Capra necesita ese dato para decidir si acusará a Duhalde Bisi de doble homicidio culposo agravado o, incluso, por doble homicidio con dolo eventual.
Los jóvenes habían sido compañeros de la secundaria en el colegio Santa Teresa, del que habían egresado justo antes de que se desate la pandemia de coronavirus.
Los familiares de los jóvenes tenían entendido que los chicos se habían reunido en la casa de Duhalde Bisi. Pero el hecho de que él manejara es, para los detectives del caso, un indicador de que eventualmente habrían concurrido a una fiesta clandestina en la que, al menos quien fue al volante del Audi A4, tomó mucho más de lo que podía, según las leyes de tránsito vigentes.
El resultado de las autopsias se agregará al expediente y, luego, los cuerpos serán entregados a los padres de los dos chicos para que dispongan lo necesario para el último adiós.