Preocupa la llegada de la cepa sudafricana
Una de las tres vacunas que se aplican pierde eficacia; sobre las otras dos no hay estudios
Ante el anuncio de que ya se detectó la variante sudafricana del coronavirus que causa Covid-19 en el país, hay profesionales que observan con cautela esa situación por dos motivos: la permeabilidad de los testeos en Ezeiza, la principal puerta de entrada que tuvo el virus hasta ahora, y el menú de vacunas por el que optaron las autoridades sanitarias nacionales.
Es que una de las principales características que los especialistas señalan de la variante 501Y.V2 (linaje B1.351) del virus SARS-COV-2 detectada en octubre del año pasado en la región sudafricana de Bahía Nelson Mandela es que puede escapar al sistema inmunológico, lo que la vuelve una “cepa” de preocupación para los sistemas de vigilancia epidemiológica.
“Esta variante tiene una mayor transmisibilidad, pero también posee una mutación (S_E484K) que le permite evadir el sistema inmune, algo que se demostró con sueros de convaleciente: se vio que se necesitan más anticuerpos para neutralizar la cepa. Lo que todavía está en debate es si tiene capacidad de causar más enfermedad grave y mortalidad, pero esto es algo que aún no se ha demostrado y también puede depender de la fortaleza que tengan los sistemas de salud”, explica Eduardo López, jefe del Departamento de Medicina del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez e integrante del comité asesor nacional para Covid-19.
En enero, la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó sobre la aparición de la variante en cada vez más países, principalmente durante la investigación de brotes asociados con viajeros. Francia, el Reino Unido, Finlandia, Estados Unidos, Japón, Suiza, Austria, Zambia y España están entre los que notificaron casos.
A mediados del mes pasado, las autoridades sanitarias de Puerto Rico detectaron el primer caso de la variante en la isla. Hasta ayer, se había detectado en 97 países, incluido solo Brasil en América del Sur, de acuerdo con el último informe del Proyecto PAIS de vigilancia genómica del SARS-COV-2. Y ayer se sumó la Argentina.
En febrero, el Ministerio de Salud de la Nación comunicó vía Twitter la circulación comunitaria de la variante de Río de Janeiro en el área metropolitana de Buenos Aires y la detección en viajeros de la variante de Manaos, que desde la Administración Nacional de Laboratorios e
Institutos de Salud (Anlis Malbrán) definieron como una “constelación de mutaciones de interés epidemiológico”.
Esos cambios la habían hecho más transmisible y ya se investigaba si también le habían conferido una mayor capacidad de causar enfermedad grave y reinfecciones. Una de esas mutaciones (E484K) la comparte con la variante de Sudáfrica.
Claudia Perandones, directora científico-técnica de Anlis Malbrán, comentó entonces a que la nacion en estudios preliminares sobre la mutación S_E484K se había detectado una reducción de la respuesta de anticuerpos neutralizantes, defensas que aparecen durante una infección o al vacunarse. Pero a la vez dijo que “se vio que esa respuesta aún sigue siendo eficiente para neutralizar el efecto viral”.
Roberto Debbag, especialista en vacunas y vicepresidente de la Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica, aclara que las únicas vacunas sobre las que hay información publicada frente a la variante de Sudáfrica son dos: la de Astrazeneca, con apenas un 10% de eficacia, y la de Pfizer, que mostró tener una disminución de la eficacia con respecto de otras variantes, pero que se mantuvo en un 50%.
“Por lo tanto, si esta variante empieza a circular en el país habría que hacer lo que se hizo en otros países: suspender la vacunación con las dosis de Astrazeneca y reorganizar la estrategia. De ahí la importancia de que la Argentina cuente con un menú de vacunas. Tampoco tenemos información sobre la eficacia de la Sputnik V con las variantes de Manaos o la andina, que también están circulando en el país”, sostiene.
E insiste en que la seguridad sanitaria frente a Covid-19 se logra con un “menú” de vacunas.
“Sin un menú ampliado y si empieza a caer la eficacia de las tres vacunas disponibles en el país, aumenta la inseguridad sanitaria –sostiene Debbag–. Esto demuestra una vez más la necesidad de que las fronteras estén adecuadamente controladas”.
Por ahora, esa “carta” de dosis que llegaron desde diciembre pasado incluye Sputnik V, Astrazeneca/covishield y Sinopharm. En total son 12.198.250 unidades de los tres productos, incluido el medio millón recibido ayer desde Moscú: 6.535.850 de Sputnik V, 4.000.000 de Sinopharm y 1.662.400 de Astrazeneca/covishield. La próxima partida confirmada por la Casa Rosada es de 861.600 dosis de Astrazeneca para dentro de nueve días y a través del sistema internacional Covax.