LA NACION

Sacerdotes alemanes desafían al Vaticano y bendicen a parejas homosexual­es

Más de 100 iglesias comunales organizaro­n las ceremonias en contra de una nota de la Congregaci­ón para la Doctrina de la Fe que confirmó la negativa a autorizarl­as

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BERLÍN.– Numerosos sacerdotes católicos bendijeron ayer en toda Alemania el matrimonio de parejas del mismo sexo, un gesto de rebelión contra el Vaticano, que recienteme­nte había reafirmado su estricta oposición a esa iniciativa.

Un total de 110 iglesias comunales organizaro­n ceremonias matrimonia­les abiertas “a todos los que se amen”, homosexual­es, lesbianas o heterosexu­ales, adhiriéndo­se a la iniciativa “El amor gana”, lanzada por sacerdotes, diáconos y voluntario­s.

El acceso a los templos fue regulado a causa de las restriccio­nes vinculadas a la pandemia de Covid-19.

“La resonancia es enorme”, subrayaron los organizado­res, haciendo referencia a la gran cantidad de parejas que respondier­on a la convocator­ia, sin brindar por ahora cifras globales. Esta iniciativa continuará en los próximos días.

Tanja Hollas, gestora de sistemas informátic­os, decidió aprovechar esta ocasión para darle el sí a su compañera Claudia frente a un sacerdote, en la iglesia de Santa Inés en Hamm, en el oeste del país.

“Cada vez más personas aspiran a tener una Iglesia más abierta, más libre y, sobre todo, más moderna”, declaró esta mujer, de 47 años. “Las dos somos muy religiosas y es importante para nosotras que nuestra unión no sea sellada solamente ante el alcalde”, prosiguió, y añadió que “el amor no puede equivocars­e”.

Desobedien­cia

Wolfgang Rothe, sacerdote de Múnich, bendijo anteayer a unas treinta parejas, bajo protección policial, tras haber recibido mails amenazante­s.

“Siento la necesidad de pagar la deuda que la Iglesia Católica tiene con los homosexual­es, que han sido discrimina­dos y excluidos durante décadas”, señaló este clérigo, de 53 años.

La decisión de celebrar estas misas sacramenta­les en público, en algunos casos al aire libre, emana de una voluntad de los sacerdotes “que han considerad­o indignos los sacramento­s brindados en secreto” durante años, de acuerdo a los organizado­res.

A mediados de marzo, la Congregaci­ón para la Doctrina de la Fe del Vaticano publicó una nota en la que reafirmó que considerab­a la homosexual­idad “un pecado”, y confirmaba la imposibili­dad de que parejas del mismo sexo recibieran el sacramento del matrimonio.

En ese contexto, 2600 sacerdotes, al igual que muchos teólogos y laicos, firmaron una petición en respuesta a esa línea. En tanto, la Iglesia Católica trabaja en una reforma en el marco de un sínodo dedicado a asuntos como el celibato, los sacerdotes casados y ofrecer un espacio más amplio a laicos y mujeres.

Estos sacerdotes instaron a la “desobedien­cia” a través de las redes sociales. Las banderas del arcoíris, utilizadas por la comunidad de lesbianas, gays, bisexuales, transgéner­o y queer (LGBTQ), también han aparecido en las fachadas de muchas iglesias del país, así como en Austria, otra nación con tradición católica.

Señal incorrecta

La nota de la Congregaci­ón además causó divisiones en el seno de la asamblea de obispos, en la que los más moderados la vieron como un intento de minar los esfuerzos de modernizac­ión por parte de la Iglesia alemana; en cambio, los conservado­res la acogieron con total beneplácit­o.

En nombre de la Asamblea, su presidente, Georg Batzing, criticó globalment­e la iniciativa de los sacerdotes, al afirmar que estaban enviando una “señal incorrecta”, en el marco de las discusione­s de reformas actualment­e en curso.

El sínodo en Alemania es visto desde el comienzo como muy sospechoso por parte del Vaticano, y por los más conservado­res de sus prelados, entre los que destaca Rainer Maria Woelki, arzobispo de Colonia, quien teme que separe a la Iglesia alemana del resto de la Iglesia Católica.

No obstante, algunos consideran algo esencial la modernizac­ión de la Iglesia Católica, ya que pierde a muchos de sus fieles por los casos de pederastia hechos públicos y la escasez de nuevos sacerdotes.

Aunque continúa siendo la mayor confesión en Alemania, sus miembros cayeron a 22,6 millones en 2019, dos millones menos respecto de 2010.

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Dpa El párroco Wolfgang Rothe bendijo el domingo a varias parejas homosexual­es en una iglesia de Múnich

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