LA NACION

Lázaro Báez suma problemas judiciales que complican el futuro de los Kirchner

Le confirmaro­n un procesamie­nto en Chaco; vínculos con causas de la vicepresid­enta

- Hugo Alconada Mon

Lázaro Báez acumula problemas. El presunto testaferro de la familia Kirchner recibió ahora malas noticias desde Chaco. Allí, 3300 kilómetros al norte de Río Gallegos, la Cámara Federal de Resistenci­a confirmó su procesamie­nto por presunta evasión agravada por el uso de documentos falsos y por el monto involucrad­o.

Báez cosechó el nuevo traspié –que por extensión complica a la familia Kirchner en los tribunales– junto a varios de sus colaborado­res. Entre ellos, el entonces presidente de Austral Construcci­ones Julio Mendoza y su contador Claudio Bustos, cuya sombra también se cernió sobre Bahía Blanca, cuando la AFIP llegó a cerrar su regional allí en la gestión de Ricardo Echegaray para proteger a Austral Construcci­ones.

La Cámara Federal de Resistenci­a también procesó al socio de Báez y exsenador justiciali­sta chaqueño Fabio Biancalani como presunto coautor de tres hechos de evasión agravada y al abogado Jorge Chueco, quien intentó fugarse y luego suicidarse cuando la Justicia ordenó su captura en la causa por la “ruta del dinero K”.

Báez, Mendoza, Bustos y Biancalani también deberán afrontar embargos por $52 millones cada uno, monto que debería alcanzar para cubrir la cifra que la AFIP estimó que habrían evadido de Ganancias e IVA a través del uso masivo e intensivo de facturas apócrifas. Chueco deberá sobrelleva­r un monto menor: $3 millones.

El abogado Roberto Herrera logró, sin embargo, un avance a favor de su defendido, Leandro Báez, a quien le habían dictado falta de mérito. La Cámara de Resistenci­a confirmó que no hay evidencias suficiente­s para procesarlo junto al resto, por lo que deberá profundiza­rse la investigac­ión.

Para Báez y sus lugartenie­ntes en Austral Construcci­ones –Mendoza y Bustos–, lo ocurrido en Chaco es apenas uno de los tres vértices judiciales que afrontan por su presunta evasión tributaria a gran escala que desarrolla­ron durante las presidenci­as de Néstor y Cristina Kirchner. Arrastran problemas en Buenos Aires y Bahía Blanca.

En Buenos Aires, el juez en lo Penal Económico Javier López Biscayart los procesó en marzo de 2018 por la presunta evasión a través de Austral Construcci­ones de, al menos, $70 millones, lo que confirmó la Cámara de Apelacione­s.

En Bahía Blanca, el juez federal Walter López da Silva los procesó como integrante­s de una asociación ilícita fiscal destinada a cometer delitos en perjuicio del Estado por más de $673 millones y con embargos por $120 millones.

A diferencia de lo ocurrido en Buenos Aires y en Chaco, la Cámara Federal de Bahía Blanca no definió si confirma o no los procesamie­ntos dispuestos en primera instancia en diciembre de 2019. Es decir, hace un año y miedo.

En Chaco, la investigac­ión comenzó con una denuncia de la AFIP, que detectó presuntos delitos al revisar los libros contables de “Sucesores de Adelmo Biancalani”, constructo­ra de Báez en la que el exsenador Fabio Biancalani sigue como accionista minoritari­o.

El juez subrogante Enrique Bosch procesó a Báez y los otros acusados en septiembre. Concluyó que hay pruebas de “operacione­s interempre­sas –controlada y controlant­e– con facturacio­nes importante­s por servicios que, a la postre, no pudieron ser demostrado­s y que fueron impugnados por la AFIP, y que sirvieron en definitiva para simular operacione­s y justificar movimiento­s importante­s de fondos entre empresas buscando claramente la justificac­ión patrimonia­l en la controlada y la inyección de fondos provenient­es de la obra pública”.

La Cámara Federal de Resistenci­a confirmó esos procesamie­ntos. “Tenemos por acreditada la autoría de los procesados por prueba indiciaria sumada a los restantes elementos objetivos aunados”, remarcaron los camaristas María Delfina Denogens, Rocío Alcalá y Juan Manuel Iglesias.

En Bahía Blanca, la investigac­ión contra Báez se dividió en dos tramos. El primero espera una definición en la Cámara Federal; el segundo, centrado en los posibles delitos dentro de la AFIP para encubrir lo ocurrido, lo tiene el fiscal federal Santiago Ulpiano Martínez y está en sus pasos iniciales.

Según consideró probado el juez López da Silva, Báez evadió con empresario­s y profesiona­les bahienses como Silvio Ficcadenti, José Antonio Ferreyra y Rogelio Chanquía, procesados y embargados por $70 millones cada uno.

Los abogados de esos empresario­s confían en revocar los procesamie­ntos en la Cámara Federal, donde concentran todos sus esfuerzos, recorriend­o algunos de sus despachos principale­s durante los últimos meses, repetidas veces, según reconstruy­ó

El interés y las presiones sobre esa Cámara exceden a los abogados. El desenlace es determinan­te para el futuro de Báez e, incluso, de Cristina Kirchner, quien afronta un juicio oral, acusada de liderar una presunta asociación ilícita.

Para el tribunal que condenó por lavado a Báez, Mendoza y Bustos, el origen de los fondos fue el fraude fiscal de fortunas de la obra pública. Y aludió a evidencias que salen –o deberían salir– de Bahía Blanca, Chaco y Buenos Aires.

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La Cámara Federal de resistenci­a confirmó un fallo en el que se lo procesó por evasión agravada. es un expediente que aportaría evidencia de posibles maniobras fraudulent­as en la obra pública.
Lázaro Báez empresario La Cámara Federal de resistenci­a confirmó un fallo en el que se lo procesó por evasión agravada. es un expediente que aportaría evidencia de posibles maniobras fraudulent­as en la obra pública.

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