Globo de oro
La cadena NBC confirmó que no televisará los próximos lauros, en medio de un boicot generalizado de la industria contra la Asociación de Prensa Extranjera de Hollywood
Netflix, Tom Cruise, Scarlett Johansson y Mark Ruffalo piden cambios y hacen boicot a la Asociación de Periodistas Extranjeros, que organiza los galardones
Poco más de dos semanas después del final de la temporada de premios de Hollywood más extraña de la que se tenga memoria, el centro de la industria del cine está en plena revolución. Y lo que se viene podría ser el fin de una de sus celebraciones más tradicionales: los premios Globo de Oro.
Por primera vez en sus 77 años de existencia, los galardones que entrega la Asociación de Periodistas Extranjeros de Hollywood (HFPA), ya no cuenta con el apoyo de Hollywood y la fiesta que solía inaugurar la temporada de alfombras rojas en Los Ángeles corre peligro de no realizarse en 2022.
En los últimos días, los responsables de Netflix y Amazon Prime Video, estrellas como Tom Cruise (se dice que devolvió los tres galardones que recibió de la Asociación en protesta), Scarlett Johansson, Mark Ruffalo y Reese Witherspoon, además de realizadoras como Ava Duvernay y Shonda Rhimes dieron a conocer su rechazo a las prácticas de la entidad, acusada de corrupción, racismo y sexismo.
Las promesas de reformas anunciadas por la plana mayor de la Asociación durante los últimos Globo de Oro fueron juzgadas como apenas eso, promesas “insuficientes” por ONG influyentes como Time’s Up. La HPFA fue intimada en términos mucho más tajantes de los que se acostumbran en Hollywood a poner en acción cambios sustanciales en relación a la diversidad e idoneidad de sus miembros.
“Es una organización que fue legitimada por gente como Harvey Weinstein en un intento por ganar fuerza para conseguir una nominación al Oscar. En el pasado participé de sus conferencias de prensa, lo que suponía enfrentarme a preguntas sexistas y a comentarios que bordeaban el acoso sexual. Es por eso que hace mucho dejé de asistir a sus conferencias”, explicó Johansson, cinco veces nominada a los Globo de Oro, en un comunicado que se dio a conocer
Sin los artistas de Netflix y Amazon, con el pulgar para abajo de Tom Cruise y sin transmisión televisiva, es muy difícil que la entidad logre superar esta crisis de imagen
anteayer. Unas horas antes, su compañero de elenco en Avengers, Mark Ruffalo, había escrito un comentario en Twitter en el que explicaba su decepción con la organización integrada por apenas 89 periodistas. “Honestamente, como ganador reciente de un Globo de Oro no me puedo sentir contento ni orgulloso de haberlo recibido. Es decepcionante ver a la asociación, que se benefició siempre con sus estrechos vínculos con realizadores y actores, resistirse a los cambios que se le están pidiendo de los grupos que siempre fueron ignorados por ellos y a dejar atrás una cultura construida sobre el secretismo y la exclusión”, escribió Ruffalo, ganador del premio a mejor actor de miniserie por su trabajo en I Know This Much Is True, de HBO.
La peor noticia, sin embargo, llegó ayer, cuando en un comunicado oficial la cadena NBC anunció que no transmitirá la ceremonia de entrega en 2022. “Seguimos creyendo que la HFPA está comprometida a realizar reformas significativas. Sin embargo, cambios de esta magnitud llevan tiempo y trabajo y sentimos que la Asociación necesita más tiempo para hacerlo bien. Por eso, NBC no transmitirá los Globo de Oro 2022. Suponiendo que la HFPA cumpla con su plan, tenemos la esperanza de poder emitir la ceremonia en enero de 2023”, afirma el comunicado de la cadena que tiene los derechos de transmisión para el año próximo.
Es casi una sentencia de muerte para los premios y para su organización, que cuenta con el dinero recaudado por la venta de los derechos de transmisión al resto del mundo para subsistir. La Asociación de Prensa Extranjera contestó la decisión presentando un calendario detallado de reformas (uno que incorporaría nuevos integrantes para agosto próximo) e instando a “nuestros socios en la industria a trabajar juntos en la reforma sistémica tan necesaria como postergada, tanto en nuestra organización como en la industria en general”.
Antes de este golpe de gracia de NBC, las declaraciones de Ted Sarandos -mandamás de Netflix- ya habían pintado un panorama oscuro para la supervivencia de los Globo de Oro y su (errónea) definición de “la antesala de los Oscar”. Horas después de que la Asociación diera a conocer su plan para promover la diversidad en sus filas y reorganizar sus cuentas internas además de transparentar el modo en que suma integrantes, Sarandos declaró que le parecía insuficiente y poco claro y advirtió que desde ahora la plataforma dejaría de participar de las actividades de la HFPA y de allanar el acceso a sus artistas para los periodistas que integran sus filas.
Está claro que sin los talentos de Netflix, la usina de contenidos más nominada y premiada en los Globo de oro en los últimos años, los lauros tienen pocas posibilidades de seguir adelante. El boicot de la plataforma se suma ahora al que ya habían anunciado más de cien agencias de representación de artistas de Hollywood, que prometieron no acercar a sus representados a ninguna proyección o ronda de entrevistas auspiciada por la entidad.
Sin canal de transmisión y sin las estrellas disponibles, el futuro inmediato de la Asociación y sus premios es incierto. Ya sin poder participar de la temporada 2022, sus posibilidades de resurgir el año siguiente son cada vez más escasas. Sin embargo, es Hollywood, y nadie ama más las historias de redención que la ciudad del cine.