Ciberespionaje y riesgos en el ejercicio del periodismo
De cada 100 asesinatos de periodistas, 87 permanecen impunes, según la Unesco
“El periodismo es una de las profesiones más peligrosas y en las que se da una mayor impunidad” en la resolución de crímenes y agresiones a comunicadores. En el marco de la 77a Asamblea de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), Ricardo Pérez Manrique, magistrado de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, se refirió hoy con estas palabras a los múltiples riesgos intrínsecos al ejercicio de la profesión.
La alarmante falta de regulaciones legislativas de protección al desempeño de la labor periodística preocupa al sector, que en ocasiones también es objeto de persecuciones, acciones de ciberespionaje y amenazas.
“De cada 100 asesinatos de periodistas en el planeta, 87 siguen impunes. Si no resolvemos esto, vamos a seguir manteniendo un círculo vicioso con más ataques”, advirtió con datos Guilherme Canelas de Sousa Godoi, jefe de la Sección de Libertad de Expresión y Seguridad de Periodistas de la Unesco.
“Las preocupaciones esencia les que manifiestan los periodistas en el continente son el recrudecimiento de la criminalización, con voces silenciadas, desplazamientos, boots con ataques a mujeres”, amplió Pérez Manrique.
“Hablar libremente es la base del trabajo de los periodistas”, recordó Estephanía Muñoz, de la Fiscalía Especial de la Unidad de Protección a Periodistas de México, una de las únicas en el mundo que trabajan frente a los crímenes contra la libertad de expresión. Como ejemplo de su función, la responsable citó la incorporación de un área de análisis de contexto en cada caso vinculado a asesinatos de profesionales de la comunicación.
La amenaza de las nuevas tecnologías de espionaje, entre ellas, el uso de software como Pegasus, y de la cibervigilancia ilegal sobre periodistas fue otro de los puntos abordados en la tercera jornada de la asamblea. Martha Ramos, de la Organización Editorial Mexicana (OEM), mencionó que, tras revelarse el caso de más de 50.000 teléfonos intervenidos años atrás, “las empresas telefónicas han mejorado sus sistemas de encriptación y de seguridad, pero no estamos protegidos al cien y se da el problema de los límites geográficos en la legislación en estas tecnologías”, remarcó.
Ronald Deibert, director de Citizen Lab, recordó que hay compañías dedicadas al análisis de datos, al rastreo de ubicación y en redes sociales, al reconocimiento facial y a otras acciones de control disponibles al servicio de los gobiernos. “Con el surgimiento de la Primavera Árabe todos nos maravillamos con movilizaciones que parecían haberse organizado a través de las redes, pero autócratas y dictadores de todo el mundo se fijaron en eso, así como en toda esa tecnología que reveló (Edward) Snowden y que estaba disponible para la seguridad de Estados Unidos”, indicó primero el experto. A continuación, Deibert mencionó las distintas formas de ataque del espionaje. “En diciembre presentamos un informe muy alarmante: descubrimos que había 36 productores y periodistas de Al Jazeera con teléfonos hackeados por Pegasus. Hay tecnología muy invasiva, pocamente regulada y muy insegura. Es un mercado fuera de control, y en manos de dictadores y autócratas, les damos herramientas que nunca se hubieran imaginado. Es la mayor crisis en las democracias liberales en el mundo porque no hay nada que lo controle y los gobiernos se benefician de esto y no quieren hacer nada, ya que sus agencias de seguridad están adictas a ese tipo de tecnología de espionaje o vigilancia”, advirtió.
La labor periodística durante los meses más críticos de la pandemia fue otro de los temas de debate. Florencia Fernández, periodista de la nacion, se refirió a la metodología independiente de las fuentes oficialistas adoptada por este diario a la hora de informar sobre las cifras de la pandemia en el país y la vacunación mundial frente al Covid. “En un momento de tragedia, cuando se contaban enfermos, camas de terapia intensiva y muertos, la pelea política no era constructiva, por eso la labor periodística fue dar las herramientas a la audiencia para la opinión. No ser replicadores de frases de políticos”, señaló primero la periodista. “También a la hora de hablar de vacunas acompañamos ese proceso con un especial sobre el tema y se armó un mapa general de las vacunas que se estaban desarrollando en el mundo. Fue una forma de ordenar el caos informativo, lo cual fue agradecido por las audiencias”.
Durante el período de crisis sanitaria global, “hemos encontrado ires y venires –a la hora de informar– dentro de organizaciones muy serias, incluso en la Organización Mundial de la Salud”, subrayó Carlos Fernández, de El Tiempo de Colombia. Y destacó: “Los periodistas somos traductores y en este caso convertimos la información técnica y científica dentro de un marco de rigor”.