De los aliados de Putin, solo Bielorrusia lo apoya en su guerra
ENUEVA YORK l presidente Vladimir Putin se reunió ayer con sus cinco aliados más cercanos y solo uno de ellos le expresó su apoyo en la guerra de Ucrania.
En el salón dorado del Kremlin, Putin fue anfitrión de la cumbre de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), una alianza de seis Estados postsoviéticos creada como respuesta rusa a la OTAN.
La cumbre de la OTSC de este año está marcada por el 30º aniversario de su fundación, pero lo que tendría que haber sido una ocasión de festejo en común se convirtió rápidamente en una muestra del aislamiento del jefe del Kremlin incluso entre sus vecinos más cercanos.
En primero en hablar en el tramo del encuentro televisado de la cumbre fue Aleksander G. Lukashenko, presidente de Bielorrusia, que ha manifestado su apoyo a la guerra de Putin en Ucrania, pero que no ha contribuido con el envío tropas.
En su alocución, Lukashenko criticó a los otros miembros de la alianza por su insuficiente apoyo a Rusia y Bielorrusia frente a las sanciones de Occidente.
El mandatario bielorruso recordó que en enero la OTSC había aprobado el envío de tropas a Kazajistán para apuntalar al gobierno acuciado por las protestas sociales, pero que la misma alianza había dejado prácticamente sola a Rusia en su guerra en Ucrania.
Lazos
“¿Seguimos igual de conectados que antes por esos lazos de solidaridad y de apoyo?”, se preguntó Lukashenko tras mencionar el respaldo de la alianza al gobierno kazajo.
“Tal vez me equivoque, pero los hechos recientes indican que no”, dijo el bielorruso.
El gobierno de Kazajistán ha manifestado que no ayudará a
Rusia a eludir las sanciones internacionales. En una votación de las Naciones Unidas del 2 de marzo que condenó la invasión de Ucrania, Bielorrusia fue el único país postsoviético que tomó partido por Rusia.
“Miren a la Unión Europea, que vota y actúa monolíticamente”, dijo Lukashenko en la cumbre, sentado a una mesa redonda con los otros líderes. “Si nos separamos, nos van a aplastar y desguazar”.
Como reconfirmando lo dicho por Lukashenko, los líderes de los otros cuatro miembros de la OTSC –Armenia, Kazajistán, Kirguistán y Tayikistán– ni siquiera mencionaron a Ucrania en sus comentarios.
Precedente negativo
La invasión de Ucrania ha dejado a esos países en una situación difícil. Todos tienen estrechos vínculos económicos y militares con Rusia, pero la invasión de una nación vecina y soberana sienta un precedente aterrador para los países que buscan diversificar su política exterior más allá del Kremlin.
En su alocución durante la cumbre, Putin nuevamente trató de justificar su invasión con la misma falsedad, al afirmar que “hace tiempo que el neonazismo prolifera en Ucrania”.
Pero usó un tono más mesurado para referirse a la adhesión de Suecia y Finlandia a la OTAN, una evidencia más de que Putin sigue tratando de evitar una escalada de su conflicto con Occidente.
“Quiero recordarles a mis queridos colegas que Rusia no tiene ningún problema con estos Estados”, señaló el jefe del Kremlin, y agregó que la expansión de la OTAN para incluir a Suecia y Finlandia “no representa una amenaza directa para nosotros”.
“Sin embargo, ciertamente responderemos a cualquier expansión de la infraestructura militar a ese territorio”, continuó. “Veremos qué tipo de respuesta, en función de la amenaza que nos planteen”.ß