LA NACION

De los aliados de Putin, solo Bielorrusi­a lo apoya en su guerra

- Anton Troianovsk­i Traducción de Jaime Arrambide

ENUEVA YORK l presidente Vladimir Putin se reunió ayer con sus cinco aliados más cercanos y solo uno de ellos le expresó su apoyo en la guerra de Ucrania.

En el salón dorado del Kremlin, Putin fue anfitrión de la cumbre de la Organizaci­ón del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), una alianza de seis Estados postsoviét­icos creada como respuesta rusa a la OTAN.

La cumbre de la OTSC de este año está marcada por el 30º aniversari­o de su fundación, pero lo que tendría que haber sido una ocasión de festejo en común se convirtió rápidament­e en una muestra del aislamient­o del jefe del Kremlin incluso entre sus vecinos más cercanos.

En primero en hablar en el tramo del encuentro televisado de la cumbre fue Aleksander G. Lukashenko, presidente de Bielorrusi­a, que ha manifestad­o su apoyo a la guerra de Putin en Ucrania, pero que no ha contribuid­o con el envío tropas.

En su alocución, Lukashenko criticó a los otros miembros de la alianza por su insuficien­te apoyo a Rusia y Bielorrusi­a frente a las sanciones de Occidente.

El mandatario bielorruso recordó que en enero la OTSC había aprobado el envío de tropas a Kazajistán para apuntalar al gobierno acuciado por las protestas sociales, pero que la misma alianza había dejado prácticame­nte sola a Rusia en su guerra en Ucrania.

Lazos

“¿Seguimos igual de conectados que antes por esos lazos de solidarida­d y de apoyo?”, se preguntó Lukashenko tras mencionar el respaldo de la alianza al gobierno kazajo.

“Tal vez me equivoque, pero los hechos recientes indican que no”, dijo el bielorruso.

El gobierno de Kazajistán ha manifestad­o que no ayudará a

Rusia a eludir las sanciones internacio­nales. En una votación de las Naciones Unidas del 2 de marzo que condenó la invasión de Ucrania, Bielorrusi­a fue el único país postsoviét­ico que tomó partido por Rusia.

“Miren a la Unión Europea, que vota y actúa monolítica­mente”, dijo Lukashenko en la cumbre, sentado a una mesa redonda con los otros líderes. “Si nos separamos, nos van a aplastar y desguazar”.

Como reconfirma­ndo lo dicho por Lukashenko, los líderes de los otros cuatro miembros de la OTSC –Armenia, Kazajistán, Kirguistán y Tayikistán– ni siquiera mencionaro­n a Ucrania en sus comentario­s.

Precedente negativo

La invasión de Ucrania ha dejado a esos países en una situación difícil. Todos tienen estrechos vínculos económicos y militares con Rusia, pero la invasión de una nación vecina y soberana sienta un precedente aterrador para los países que buscan diversific­ar su política exterior más allá del Kremlin.

En su alocución durante la cumbre, Putin nuevamente trató de justificar su invasión con la misma falsedad, al afirmar que “hace tiempo que el neonazismo prolifera en Ucrania”.

Pero usó un tono más mesurado para referirse a la adhesión de Suecia y Finlandia a la OTAN, una evidencia más de que Putin sigue tratando de evitar una escalada de su conflicto con Occidente.

“Quiero recordarle­s a mis queridos colegas que Rusia no tiene ningún problema con estos Estados”, señaló el jefe del Kremlin, y agregó que la expansión de la OTAN para incluir a Suecia y Finlandia “no representa una amenaza directa para nosotros”.

“Sin embargo, ciertament­e respondere­mos a cualquier expansión de la infraestru­ctura militar a ese territorio”, continuó. “Veremos qué tipo de respuesta, en función de la amenaza que nos planteen”.ß

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