El precio del trigo sigue en alza, pero no creen que incentive una mayor siembra en el país
En un mercado cuya firmeza es estructural, por la guerra en Ucrania, trepó 6% en Chicago tras el cierre de las exportaciones que dispuso la India; en la Argentina hay incertidumbre por el riesgo de una suba de retenciones
Luego de subir más del 6% durante la semana pasada, los precios del trigo volvieron a crecer con fuerza ayer en la Bolsa de Chicago y ganaron otro 6% tras la decisión del gobierno de la India de restringir las exportaciones del grano fino para preservar su oferta doméstica ante la ola de calor que está perjudicando los cultivos y que podría reducir el volumen de la nueva cosecha 2022/2023.
Al cierre de la rueda los contratos julio y septiembre del trigo reflejaron alzas de US$25,72 y ajustes de 458,38 y de 459,66 dólares por tonelada.
En el nivel local, las posiciones julio y diciembre del cereal en el Matba Rofex sumaron US$5,70 y 14,50, al terminar la jornada con valores de 385 y de 369 dólares por tonelada. Pese a ese correlato alcista, operadores del mercado coincidieron en advertir que el “ruido político” generado desde la Secretaría de Comercio, con la amenaza de mayores derechos de exportación y con la imposición de cupos, desalientan la chance de un incremento de la superficie destinada al grano fino.
En el mercado internacional, la decisión del gobierno de la India de limitar las ventas externas de trigo tuvo un fuerte impacto sobre los precios, más allá de que varios países, entre ellos Egipto –es el principal importador mundial y luego de muchos años acordó la compra de 500.000 toneladas–, advirtieron que sus compras estarán exceptuadas de las restricciones. Eso quedó en línea con lo dicho por las autoridades de la India, en cuanto a que no se frenarán las operaciones ya acordadas ni las que estén relacionadas con compras estatales que tengan por finalidad la seguridad alimentaria.
Si bien la India no es un tradicional exportador del cereal –en la campaña 2020/2021 negoció 2,56 millones de toneladas–, se había propuesto elevar sus ventas para aprovechar el espacio dejado por Ucrania luego de la invasión rusa. Esto lo está cumpliendo en el actual ciclo 2021/2022, en el que exportaría cerca de 8 millones de toneladas, pero de ahí estimaba saltar a algo más de 10 millones en la nueva temporada agrícola 2022/2023, con un objetivo de máxima de 12 millones. Sin embargo, estas aspiraciones chocaron con condiciones de tiempo seco y muy caluroso, que semanas atrás obligaron al gobierno a ajustar de 111,30 a 105 millones de toneladas su estimación sobre la nueva cosecha.
Entonces, la reacción alcista no es solo por la eventual salida de la India del comercio exterior, sino porque se trata de una restricción más de oferta en un mercado que ya tiene una firmeza que resulta estructural, porque se fundamenta en una demanda insatisfecha. Además, esta noticia llegó luego de que el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, en sus siglas en inglés) proyectó el jueves pasado una cosecha estadounidense 2022/2023 inferior a la esperada por los operadores y un volumen para las existencias finales mundiales de 267,02 millones de toneladas, que resultó el más
Tiempo para analizar
“El productor debería intentar aprovechar subas como las que se están dando, sobre todo si tiene poco vendido y cubierto, para concretar alguna operación de venta anticipada o para diseñar estrategias comerciales flexibles con el uso de las herramientas del mercado de futuros y opciones para fijar un piso lo más alto posible y para mantener la capacidad de usufructuar nuevas subas”, dijo a la nacion Sebastián Olivero, responsable de Commodities en la Argentina de StoneX.
Agregó que si bien esta suba de precios y algunas bajas que se dieron en las últimas semanas en los valores de algunos insumos podrían generar un replanteo de siembras, la posibilidad de que generen más interés por la siembra de trigo sería solo marginal. “La preocupación por los altos costos de los insumos persiste y a eso se agrega la gran incertidumbre que genera la intervención en el mercado por parte del Gobierno, por ejemplo, con los cupos para exportar”, destacó el especialista.
Una fuente del sector comercial que optó por preservar su identidad explicó a la nacion que el “ruido político” es hoy el principal condicionante para una mayor siembra de trigo. “Oírlo a Roberto Feletti –secretario de Comercio– amenazar con una suba de retenciones para bajar el valor del pan y para generar más ingresos para el Estado, cuando que los exportadores tienen registrados para su despacho y por ende con el nivel de derechos de exportación ya fijado más de 8 millones de toneladas de trigo nuevo, sobre los 10 millones autorizados por el Gobierno, no alienta la siembra, sino todo lo contrario. Lo único puede generar hoy un aumento de retenciones es una fenomenal transferencia de dinero para los exportadores, que hasta el momento compraron poco más de 3 millones de toneladas para cubrir todo lo registrado y que seguro les transferirán el descuento a los productores por algo que ellos ya tienen declarado y por lo que no pagarán un tributo mayor”, explicó. Y añadió: “El hartazgo por el cambio de reglas de juego es lo que los productores nos destacan como una de las razones centrales por las que en esta campaña limitarán la siembra de trigo.”.
En cuanto a la relación entre precios y acciones que el productor podría seguir, Adrián Seltzer, de la corredora Granar SA, destacó “que el valor actual del trigo es muy atractivo, pero también es cierto que recién se va a comenzar a sembrar y que aún no está claro cómo se comportará el clima a lo largo de la campaña, entonces, es normal que haya quienes no deseen asumir el riesgo de vender lo que no saben si podrán cosechar. Situaciones como la que vemos hoy con la fuerte suba de precios a lo que invita es a analizar expectativas y objetivos para tomar la mejor decisión comercial”. ß