LA NACION

Larreta intenta preservars­e al advertir un clima social tenso

La multiplici­dad de reclamos, las tomas en el sur y la fractura en la CGT preocupan al jefe de gobierno porteño de cara a 2023

- Matías Moreno

“Lo mejor es salir de la escena”. Inquieto por la creciente conflictiv­idad social y el deterioro económico por la inflación, Horacio Rodríguez Larreta, uno de los presidenci­ables de Juntos por el Cambio que ocupan cargos de gestión, un arma de doble filo para su proyecto nacional, apuesta a mantenerse fuera de los radares y caminar con pies de plomo en un escenario político cada vez inestable.

Al alcalde no solo lo inquietan el rebrote de las protestas por la crisis y la chance de que el Gobierno avance con la eventual suspensión de las PASO de 2023, una jugada que podría agitar la interna opositora, sino que percibe un clima enrarecido. Las usurpacion­es de tierras en Villa Mascardi por grupos autoprocla­mados mapuches y el conflicto de los neumáticos se superponen con hechos que agitan a su administra­ción, como el paro de médicos, la toma de colegios porteños y los cortes y acampes de organizaci­ones de izquierda en la avenida 9 de Julio. Sin embargo, el episodio que más alarmó a Larreta es la fractura virtual de la CGT, luego de que Pablo Moyano, jefe de Camioneros, que cerró un acuerdo con la Ciudad por la estatizaci­ón del servicio de grúas (ver aparte), amagara con irse del triunvirat­o.

A sabiendas de que referentes económicos de JXC, como Hernán Lacunza o Ricardo López Murphy o Guido Sandleris, pronostica­n un panorama sombrío para los próximos dos meses, el jefe porteño monitorea el avance de la crisis. A la vez, sus colaborado­res miran con preocupaci­ón los indicadore­s del clima social: creen que les toca gobernar y alistar a un candidato a presidente en un “tiempo complejo”, con un descontent­o generaliza­do con la clase dirigente y un fuerte desinterés en la político. En ese contexto, dicen en Uspallata, es “dificultos­o” generar esperanza: “Hay mucho dolor e incertidum­bre con el futuro”, grafica uno de sus colaborado­res.

Frente al creciente deterioro económico y social, los armadores del alcalde proyectan que el escenario del país será aún más complicado en diciembre de 2023. Si bien el presupuest­o que elaboró el ministro de Economía, Sergio Massa, fue más “razonable” y digerible para los jefes opositores -pese a las críticas por la tasa de inflación anual del 60%-, Larreta avizora que el tigrense tendrá poco margen de maniobra de acá en más. Entiende que la primera advertenci­a de Cristina Kirchner sobre el plan de Massa reavivó la feroz interna en el Frente de Todos por la orientació­n de la política económica. Por eso, a diferencia de otros integrante­s de Pro, no cree que Massa pueda frenar el alza de la inflación o estabiliza­r la crisis, y convertirs­e en una amenaza para JXC. Es decir, debido a la interna oficial, aventura que será muy difícil que el ministro logre contentar a la clase media y sectores productivo­s, lo que le permitiría al Gobierno recuperar capacidad electoral. En ese marco, el jefe porteño busca evitar los errores no forzados para preservar su figura y capitaliza­r el descontent­o con el kirchneris­mo. “Lo mejor que nos puede pasar es salir de la escena y que se peleen ellos”, repiten en la cúpula de la Ciudad. Larreta apuesta a salir airoso después de atravesar la tormenta.

En el comando larretista observan con alarma el recrudecim­iento de un clima de violencia y el contexto de mayor crispación en distintos puntos del país. Visualizan un escenario de “anomia”. Y los inquieta la falta de reacción del Gobierno. Si bien el alcalde conserva su filosofía dialoguist­a, el cambio de humor social lo empuja a endurecer sus posicionam­ientos. Para el larretismo, significa “exhibir firmeza”, no “halconizar­se”. Por caso, difundió anteayer una carta en la que asegura que el modelo del kirchneris­mo “fracasó” y que resiste con “violencia”.

El regreso de la conflictiv­idad social también se siente en la ciudad. Larreta enfrentó esta semana una seguidilla de episodios. El martes hubo un paro de los médicos municipale­s en reclamo de aumento salarial y estudiante­s de doce colegios porteños tomaron los establecim­ientos. Entre el miércoles y el jueves, las protestas piqueteras generaron un caos en el tránsito.

Larreta quedó satisfecho con el accionar de la Policía de la Ciudad en el piquete y acampe de la avenida 9 de Julio, y considera que detrás de las tomas de escuelas hay instigador­es de la política. “Suelen ocurrir todos los años para esta época”, afirman. En paralelo, el alcalde acordó con Moyano en el conflicto por las grúas. Esa negociació­n fue cuestionad­a por el ala dura de JXC.

En la mesa chica de Larreta repiten que la gestión es un “desafío” y una “oportunida­d”. Con la mira en 2023, apuestan a administra­r los conflictos y preservar la figura del alcalde. Por lo pronto, Larreta le pidió a su tropa bonaerense que se mantenga activa durante el Mundial de Qatar para posicionar­se.ß

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H. Rodríguez Larreta

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