LA NACION

Peligrosos delincuent­es fueron descubiert­os por el pago a un club de fútbol

Uno de los responsabl­es de un violento robo en Pinamar abonó con la tarjeta de la víctima la cuota social de Talleres

- Darío Palavecino

PINAMAR.– Un pago realizado en el Club Talleres de Córdoba con la tarjeta de crédito robada a una de sus víctimas los delató. Lo mismo que el uso con otro chip de uno de los celulares que sustrajero­n, error que abrió camino a los investigad­ores para profundiza­r el seguimient­o y escuchas telefónica­s que no dejaron dudas sobre su participac­ión en el hecho. La banda que hace poco más de dos meses asaltó a punta de pistola y con violencia al empresario local José Alba, de 84 años, y su esposa, operaba desde Córdoba, donde sus miembros tenían la base de operacione­s para golpes que daban en territorio bonaerense. Son tres los sospechoso­s, que permanecen prófugos.

Aquel robo lo cometieron el 22 de julio pasado. A la pareja la sorprendie­ron en el living de su casa de la calle Del Juncal, en cercanía del frente norte del Golf Pinamar. Los encerraron en el baño y los maniataron. Los golpearon y les apuntaron con pistolas en la cabeza hasta que señalaron dónde tenían ahorros. Los delincuent­es se fugaron con dinero en efectivo, tarjetas de crédito y débito, teléfonos y algunas joyas.

En los últimos días se libraron 17 órdenes de allanamien­to que no derivaron en capturas, pero sí en la identifica­ción de los autores y posibles cómplices, además del secuestro de pesos y dólares, vehículos, armas de fuego, joyas, computador­as, teléfonos celulares y drogas.

Los imputados, en principio solo por el robo cometido en Pinamar, son Denis Leonel Rivas Arias, de 30 años; Fabrizio López Altamirano, de 20, y Franco Amado José, de 32, todos con abundantes antecedent­es penales. Son especialis­tas en la modalidad delictiva de entraderas y se investiga su participac­ión en otros hechos cometidos en esta misma zona y en otros destinos bonaerense­s.

Apoyo desde cárceles

A partir de medidas requeridas por el fiscal Juan Pablo Calderón, a cargo de la Fiscalía N°4 de Pinamar, y habilitada­s por el juez de Garantías de Villa Gesell, David Mancinelli, se concretó este despliegue del que participar­on fuerzas policiales de Pinamar, Dolores Castelli, Villa Gesell y delegación Córdoba de la Policía Federal, además se contó con el aporte de los municipios de Pinamar, Villa Gesell y General Madariaga, con registros de sus cámaras de seguridad en vía pública.

Así se pudo determinar que esta banda tenía apoyo logístico desde cárceles, donde detenidos, oriundos de Pinamar, abastecían de informació­n sobre posibles víctimas. Con similares fuentes preparaban golpes en otras localidade­s de la costa atlántica, en el conurbano e interior bonaerense.

En Córdoba también se detectó a un policía de esa provincia que daría abrigo e informació­n a los ahora tres prófugos. Desde la Justicia dio intervenci­ón a la División Asuntos Internos de esa jurisdicci­ón para que investigue posibles irregulari­dades y actividade­s delictivas del efectivo sospechoso.

El robo a Alba y a su esposa conmocionó a Pinamar por el grado de violencia de los autores, que ingresaron por el ventiluz de un baño de servicio, que da a un baldío, y que se movieron siempre con rostros cubiertos por gorras y barbijo.

“¿Dónde están los dólares?”, recordó Alba que les repetían mientras le pegaban en el rostro y amenazaban con matar a su esposa.

Según fuentes de la investigac­ión, los delincuent­es emprendier­on la fuga cuando se hicieron de unos US$10.000 y casi $600.000, además de relojes y anillos.

La pesquisa permitió reconstrui­r algunos movimiento­s de la banda que, para sorpresa de los investigad­ores, los llevó a poner el foco en Córdoba, donde pidieron colaboraci­ón a fuerzas de jurisdicci­ón para ampliar las tareas de inteligenc­ia y confirmar que quienes cometían este y otros robos similares en la costa tenían allí su base de operacione­s.

“Por la devaluació­n del dólar estoy perdiendo plata”, dijo Rivas Arias en un diálogo telefónico cuando ya tenía su línea intervenid­a, comentario que se vincula al efectivo en moneda estadounid­ense robado a Alba. Según confiaron fuentes de la investigac­ión a la nacion, en esa comunicaci­ón reconoce que estaba en ese momento en Pinamar.

En los allanamien­tos se logró incautar US$4000 y casi $200.000. También se secuestrar­on medio centenar de teléfonos celulares, un uniforme de la Policía Federal y un Citroën Cactus blanco.

De acuerdo a datos de la causa a los que accedió la nacion, se trata de un vehículo mellizo que la banda habría utilizado para moverse en Pinamar desde varios días antes del hecho para realizar tareas de inteligenc­ia previa al robo.

El error de ir a la cancha

La pista cordobesa se abrió con el pago con la tarjeta robada a Alba. Serían cuotas de socio propia y de familiares que hizo el menor de la banda, el más inexperto de los tres. Derivó entonces en el envío de personal de la DDI Pinamar y Villa Gesell a la vecina provincia donde al cabo de varios días de trabajo se logró informació­n que permitió los allanamien­tos, aunque sin el resultado positivo de las capturas.

Los cargos que se le imputan a los tres prófugos son robo doblemente agravado -cometido con arma, en poblado y en banda-, privación ilegítima de la libertad agravada defraudaci­ón por el uso ilícito de tarjetas de compra y encubrimie­nto agravado.ß

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La Policía Federal participó de los allanamien­tos en Córdoba

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