Cetogénica o Keto
¿En qué consiste?
Aunque hoy es una de las dietas más populares, su origen se remonta a 1920, cuando la “cetoterapia” fue introducida como forma de tratamiento de la epilepsia. Más recientemente, señala Aguirre Ackermann, “se ha utilizado para promover la pérdida de peso por la ventaja adicional de reducir el hambre. Es una dieta con alto contenido de grasas (mínimo 70% de la dieta), moderada cantidad de proteínas, y bajo contenido en carbohidratos”. Básicamente, prohíbe ciertos vegetales y frutas, las legumbres, las harinas, los cereales integrales y el azúcar.
“Normalmente se establece un consumo de hasta 50 gramos de hidratos por día, lo que es una cantidad muy baja si pensamos que una alimentación normal tiene alrededor de 200 gramos de hidratos”, dice Gómez. La glucosa que el cuerpo obtiene de los carbohidratos es la principal fuente de energía del organismo. “Así que la privación de carbohidratos resultante de la dieta cetogénica lleva al cuerpo a obtener combustible de otra manera”, explica Aguirre Ackerman. ¿Cómo? Recurriendo a los depósitos de grasa para producir los llamados “cuerpos cetónicos” que luego convertirá en energía. En síntesis, fuerza al organismo a quemar grasa.
¿quiénes pueden HACERLA y quiénes no?
Dejando de lado a las personas con epilepsia, en quienes esta dieta ha demostrado ser efectiva para reducir la gravedad y la frecuencia de las crisis, “se usa a veces en pacientes que están en un programa de descenso de peso, pero por un período corto y bajo un estricto seguimiento nutricional, ya que es una dieta con grandes deficiencias nutricionales”, dice Gómez. Al tener bajo contenido de fibra, vitaminas y minerales claves para una buena nutrición, esta dieta posee contraindicaciones claras: personas con hipertensión, enfermedad renal crónica, diabetes, gota u osteoporosis. También está contraindicada en edades avanzadas.
pros y contras
“Por su alto contenido en proteínas ofrece ventajas a corto plazo, porque aumenta la saciedad y el gasto energético. Por eso es más efectiva que un plan alimentario equilibrado bajo en calorías en el corto plazo (12-16 semanas), pero en el mediano y largo plazo (1-2 años) los resultados son los mismos”, cuenta Aguirre Ackerman, y agrega: “El problema es que es una dieta con una baja adherencia a largo plazo, en la que el exceso de proteínas y de grasa saturada aumenta el colesterol malo y el riesgo de numerosas enfermedades, como la cardiovascular, renal y hepática, entre otras”.
Gómez completa: “Es una dieta que no enseña a cambiar hábitos, porque elimina grupos enteros de alimentos que son saludables”. En síntesis, puede ser de cierta utilidad por un plazo breve, pero con estricto control nutricional.ß