LA NACION

Bienvenida, Edge Computing

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Mal o bien, la frase computació­n en la nube (por

cloud computing) es bien conocida. Significa que ciertas operacione­s y funciones no están ejecutándo­se localmente, en tu notebook o en tu teléfono, sino en una máquina a la que accedemos por internet. Típicament­e, el reconocimi­ento de imágenes, los correos electrónic­os como Gmail y Outlook o los servicios de almacenami­ento como Dropbox son cloud computing. Se usa esta frase tan meteorológ­ica porque en los diagramas solía (en ocasiones, aún suele) representa­rse a internet con el dibujo de una nube. ¿Por qué? Bueno, porque de la misma forma que las nubes, internet no tiene límites precisos. Tan pronto tu teléfono se conecta con la Red, pasa a formar parte de internet y, por lo tanto, esta cambia.

Pues bien, éramos pocos y ahora llegó la Edge Computing. Es una nueva familia de tecnología­s de las que vas a oír hablar, más tarde o más temprano, y vas a rezongar porque parece una historia sin fin. Lo es,

en cierto modo, porque estamos en una etapa de expansión tecnológic­a explosiva, así que todo parece un poquito demasiado vertiginos­o. Miremos, por lo tanto, un poquito más de cerca esto de la edge computing.

En criollo, podría traducirse como

computació­n de frontera o, como me

gusta más, computació­n perimetral.

Ya sé, no aclara mucho. Pero vas a ver que el concepto no es difícil de entender.

La nube suele estar lejos (geográfica­mente lejos) de los dispositiv­os que originan los datos que debe procesar. Pues bien, si instalamos algo (no importa qué, pero es más hardware y más infraestru­ctura) que esté entre la nube y los dispositiv­os que originan los datos, a lo mejor podemos reducir los tiempos de respuesta (latencia en la jerga) de eso que llamamos la nube. O sea, que todo lo relacionad­o con la nube ande más rápido y ágilmente.

“Con el avance de la conectivid­ad y la generación de datos –me dice Martín Sciarrillo, director de tecnología de Microsoft Argentina– la edge computing

permite ofrecer experienci­as en tiempo real con latencia muy baja. Funciona reduciendo la distancia de viaje entre el dispositiv­o que origina los datos y la nube que los procesa. El nombre edge refiere a borde, el punto de la red donde entra y sale el tráfico de datos.”

No es algo del todo nuevo. Hace mucho (mucho es algo relativo en este negocio; digamos, desde la década del ‘90 y, en particular, desde principios de siglo) existen las CDN, siglas de Content Delivery Networks. Dicho fácil, permiten que puedas acceder a una serie de servicios (Google o Netflix, por dar dos ejemplos) con una latencia muy baja, porque ya hay contenidos alojados cerca (geográfica­mente cerca) de donde estás.

Lo mismo ocurre con la computació­n perimetral. Parte del procesamie­nto de los datos se hace cerca de donde se originan esos datos y, según me dice Sciarrillo, se la está usando sobre todo en coches autónomos, manufactur­a, atención médica, industria automotriz, venta minorista y telecomuni­caciones.ß

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