Un libro ahonda en los últimos días de Anthony Bourdain
trágico fin — “odio ser famoso”, escribió el chef, que mantenía una conflictiva relación con asia argento
Después de que Anthony Bourdain se quitó la vida en la habitación de un hotel francés en 2018, sus amigos cercanos, su familia y las personas que durante décadas le ayudaron a convertirse en una estrella de la televisión internacional cerraron filas ante la avalancha de preguntas de los medios de comunicación y guardaron silencio, en especial sobre sus últimos días.
Ese silencio continuó hasta 2021, cuando muchos integrantes de su círculo íntimo fueron entrevistados para el documental Roadrunner: A Film About Anthony Bourdain y para Bourdain:
The Definitive Oral Biography. Ambas obras mostraban una faceta más compleja de Bourdain, quien tenía cada vez más conflictos con su éxito y que en sus dos últimos años había convertido su relación con la actriz italiana Asia Argento en su principal preocupación. Sin embargo, ninguna de las dos abordaba directamente los trastornos que habían afectado su vida en los meses previos a la noche en que se ahorcó a los 61 años.
En breve, Simon & Schuster publicará un volumen que presenta como la primera biografía no autorizada del escritor y documentalista de viajes. Down and Out in Paradise: The Life of Anthony
Bourdain está repleta de detalles nuevos e íntimos, incluyendo mensajes de texto descarnados y atribulados de los días previos a la muerte de Bourdain, así como sus últimas comunicaciones con Argento y Ottavia Busia-bourdain, su esposa durante 11 años, quien, después de su separación en 2016, se había convertido en su confidente.
“También odio a mis fans. Odio ser famoso. Odio mi trabajo”, le escribió Bourdain a Busia-bourdain en uno de los mensajes de texto que le enviaba casi a diario. “Me siento solo y vivo en una incertidumbre constante”.
Con base en más de 80 entrevistas, archivos, textos y correos electrónicos del teléfono y la computadora portátil de Bourdain, el periodista Charles Leerhsen recorre la metamorfosis del chef viajero, quien pasó de ser un adolescente huraño en un suburbio de Nueva Jersey a un espadachín de la cocina adicto a la heroína que se volvió rico como escritor y se convirtió en un talentoso intérprete del mundo a través de sus viajes.
En una entrevista, Leerhsen señaló que quería escribir un libro sin ese brillo pulcro de lo que definió como “un producto oficial de Bourdain”. De hecho, retrata a un hombre que al final de su vida estaba aislado, se inyectaba esteroides, bebía hasta perder el conocimiento, visitaba prostitutas y prácticamente había desaparecido de la vida de su hija de 11 años. “Nunca tuvimos ese gran reportaje,
esa obra extensa que narrara lo que sucedió, cómo el tipo con el mejor trabajo del mundo se quitó la vida”, explicó Leerhsen, exeditor ejecutivo de Sports Illustrated y People.
El libro ya ha suscitado las críticas de la familia de Bourdain, de sus antiguos compañeros de trabajo y de sus amistades más cercanas. Su hermano, Christopher Bourdain, le envió a Simon & Schuster dos correos electrónicos en los que calificaba el libro como una ficción hiriente y difamatoria, y exigía que no se publicara hasta que se corrigieran los errores de Leerhsen.
Leerhsen aseveró que el círculo íntimo de Anthony Bourdain e incluso algunos de sus ayudantes y antiguos cocineros se negaron a hablar con él para la biografía, en parte porque la agente de Bourdain, Kim Witherspoon, les dijo que no lo hicieran.
Una persona cercana a Bourdain que no se ha opuesto al libro es su esposa, Busia-bourdain, que controla su patrimonio. El material más revelador del volumen procede de archivos y mensajes extraídos del teléfono y la computadora portátil de Bourdain, que forman parte del patrimonio.
Siempre será tema de especulación el estado mental de Bourdain en sus últimos días y horas. Pero no hay duda de que sus amigos estaban preocupados y sus últimos mensajes de texto arrojan algo de luz sobre lo que pasaba por su mente.
Cuando Bourdain regresó con un grupo de amigos de Friburgo esa noche a Le Chambard, un hotel boutique en Kaysersberg, Francia, su colega Eric Ripert, que se alojaba en la habitación contigua a la de Bourdain, preocupado pegó la oreja a la pared y, para su alivio, escuchó a su amigo roncar apaciblemente. Al día siguiente, dice el libro, Bourdain y Argento volvieron a pelear.
“Estoy bien”, le escribió él a ella. “No soy rencoroso. No estoy celoso de que hayas estado con otro hombre. No soy tu dueño. Eres libre. Como dije. Como prometí. Como dije sinceramente. Pero fuiste descuidada. Fuiste imprudente con mi corazón. Mi vida”. Lo único que le dolía, escribió, fue que el encuentro hubiera sucedido en el hotel de Roma que les encantaba a ambos. Le pidió piedad. Y ella le escribió: “No puedo soportar esto”. Ella le dijo que no aguantaba su posesividad y ya no podía seguir con la relación.
Luego de la filmación del día siguiente, según Leerhsen, Bourdain salió solo y comió y bebió mucho. Él y Argento intercambiaron sus últimos mensajes, que Leerhsen pone al principio de su libro: Bourdain: “¿Hay algo que pueda hacer?”. Argento: “Deja de romperme las pelotas”. Bourdain: “OK”. Esa noche Bourdain terminó con su vida.●