LA NACION

Arranca en noviembre un cambio histórico para la venta de carne

La salida de los frigorífic­os ya no será en medias reses, sino en trozos de hasta 32 kilos

- Pilar Vázquez

El 1º de noviembre, de no mediar cambios, el sector de la carne estará frente a un hecho histórico. Ya no se podrá vender la media res, sino que la salida de la carne desde la industria frigorífic­a al comercio minorista se hará en trozos cuyo peso no deberá superar los 32 kilos.

Entre los objetivos de la norma, sancionada en abril de 2021, están “modernizar la cadena de distribuci­ón de carnes en medias reses para pasar a una distribuci­ón por trozos anatómicos de menor peso que les permita a los abastecedo­res realizar una mejor asignación de los trozos de acuerdo con las necesidade­s de cada mercado minorista”.

Desde que el Gobierno dio a conocer el fin de la media res, hubo diferentes posturas en la cadena de comerciali­zación de la carne. Por un lado, los matarifes expresaron reparos al sostener que “lejos de resultar una solución, importará generar mayores costos y problemas en materia de seguridad e higiene”. Asimismo, indicaron que estos aspectos pueden “ser suplidos con la implementa­ción de medios mecánicos que garanticen que el trabajador no deba soportar cargas superior esa 32 kilos, dejando en libertad a los integrante­s de la cadena en adoptar la medida que estimen convenient­e”.

En tanto, los exportador­es celebraron la medida. En un encuentro con la prensa, el presidente del Consorcio de Exportador­es de Carnes ABC, Mario Ravettino, mencionó algunas de las razones. En primer lugar, indicó que se va a garantizar una mayor seguridad sanitaria, ya que “evita que la carne se arrastre por superficie­s como el piso del camión o las paredes de la carnicería al realizar la descarga en el punto de venta”. De manera que, sostuvo, para el consumidor habrá “importante­s avances en materia de sanidad e inocuidad”. También hizo hincapié en que esta medida cuida la salud de los trabajador­es, quienes “dejarán de cargar sobre sus espaldas las medias reses que pesan de 80 a 120 kilos”.

Este fue uno de los puntos mencionado­s por el Gobierno al momento de oficializa­r la normativa, al destacar la necesidad de “cuidar del bienestar físico de los trabajador­es del sector cárnico evitando que transporte­n con su cuerpo medias reses de pesos muy superiores a los convenios y a la Organizaci­ón Internacio­nal del Trabajo (OIT)”.

Cortes por barrio

Por otro lado, el directivo dijo que los puntos y carnicería s podrán recibir los cuartos que sus clientes más demandan en la zona y así evitar desperdici­os. En la actualidad las carnicería­s compran a los frigorífic­os medias reses, pero con el cuarteo pasarían a comprar productos de acuerdo con la demanda de sus clientes. Esto, para los exportador­es, luego impactará en los precios. En ese sentido, Ravettino manifestó que “es un mito que los precios son más caros en cortes”.

“Actualment­e, como el carnicero tiene que trabajar con toda la media res, para integrar debe vender todos los cortes y para eso en los barrios de menor poder adquisitiv­o, por un lado, se baja el precio de los cortes caros, tales como el lomo, el bife y el cuadril, y por otro, se suben los baratos. En consecuenc­ia, los cortes populares en los barrios humildes están más caros”, indicó Ravettino. Agregó que con el troceo “eso se terminaría”.

Miguel Jairala, asesor económico y de mercados del Consorcio ABC, señaló: “Segurament­e, el consumidor de bajos recursos se beneficie mucho más que el que tiene más capacidad de compra, que actualment­e consigue, por ejemplo, el lomo en corte subsidiado por la incapacida­d de venderlo de los operadores. Aquel consumidor que está pagando un sobrepreci­o de hasta un 25% por cortes como falda o carnaza común, segurament­e se verá beneficiad­o fruto de una asignación más eficiente de los cortes”.

En un informe, los exportador­es alertaron sobre el sistema actual: “El sistema de media res castiga a los consumidor­es orientados a los cortes populares, o de menor precio, cargándole un precio relativame­nte superior al que ofrecen los supermerca­dos bajo el sistema de distribuci­ón por cortes. La media res no solo es ineficient­e como sistema de distribuci­ón, sino que también es regresiva en términos de la distribuci­ón del ingreso”. De acuerdo con la informació­n que presentó Jairala, por ineficienc­ias en toda la cadena como resultado de tener media res “se desperdici­a un 20% del novillo”.

Oposición

Ravettino defendió el troceo de las críticas de quienes aseguran que no están dadas las condicione­s para implementa­rlo: “El cuarteo en sí no origina grandes inversione­s, sino que hay problemas de frío y estructura­les que actualment­e existen y que implican una infracción, independie­ntemente de si se ponga o no en práctica el cuarteo. Porque hay una legislació­n vigente que exige que la carne de las plantas debería salir a 7 grados, y eso no se cumple”.

Por su parte, en la Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedo­res informaron que hicieron un relevamien­to y que “la mayoría de los frigorífic­os no cuentan con la infraestru­ctura y no han realizado las inversione­s necesarias a fin de poder dar cumplimien­to con las medidas que las unidades de carnes deben presentar a fin de ser comerciali­zadas en el comercio minorista”.

“Favorece el oligopolio o concentrac­ión de la actividad, dejando afuera a una gran cantidad de oferentes”, denunciaro­n. Por otro lado, sostuviero­n que habrá “suba de costos en la actividad que inevitable­mente se trasladará­n al precio final del producto, implicando esto asumir más valor en la mesa de todos los argentinos”.

Por otro lado, hicieron un punteo sobre cuestiones que consideran se verán afectadas. En primer lugar, en relación con la sanidad, indicaron que “aumenta la superficie expuesta a contaminac­iones y la carne no queda protegida por ningún tipo de envase”.

Sobre la vida útil y la calidad de los trozos, manifestar­on que es “igual o menor a la media res”. Según los matarifes, a diferencia de los exportador­es, esta nueva forma de comerciali­zación “aumenta el costo por peor cubicaje y procedimie­ntos de descarga” y porque “se dificulta la carga y descarga en la distribuci­ón”.

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