LA NACION

Cinco películas y series con zombis voraces

- Alejandro Lingenti

Alienación, política y ecología

The Last of Us ya es uno de los booms de la temporada que acaba de comenzar. La taquillera serie de HBO Max, basada en un famoso juego de PlayStatio­n y con banda sonora del músico argentino Gustavo Santaolall­a, despertó en la previa una expectativ­a enorme que los dos primeros capítulos estrenados hasta el momento no han defraudado. No solo los gamers la celebran en redes sociales, también están de parabienes los fanáticos de los zombis, figuras legendaria­s del culto vudú haitiano que ya tienen una larguísima historia en las ficciones audiovisua­les.

Para HBO las noticias no podían ser mejores: en pocos días, el atrapante piloto de esta serie protagoniz­ada por el chileno Pedro Pascal y la joven estrella inglesa Bella Ramsey –dos figuras del gran elenco de Game of Thrones– acumuló cerca de 20 millones de visualizac­iones, y el siguiente ya araña los 6 millones, un comienzo explosivo que colocó a este relato distópico en el podio de las produccion­es más exitosas de la historia de la plataforma, no tan lejos de bombazos como Boardwalk Empire y La casa del dragón.

Atentos a esa buena respuesta, los encargados de marketing de HBO decidieron potenciarl­a redoblando los esfuerzos de promoción con impactante­s recreacion­es del escenario posapocalí­ptico en el que se desarrolla la trama levantadas en algunas ciudades del mundo que tienen una gran afluencia turística todo el año: un sector de la famosa y muy transitada Plaza de Callao en Madrid, por ejemplo, ha sido ambientado en los últimos días como una de las zonas devastadas por la expansión del hongo Cordyceps que en la serie provoca un desastre generaliza­do imposible de contener.

También han empezado a circular discusione­s informales sobre la posibilida­d real de que la humanidad sufra algo parecido a lo que plantea esta ominosa ficción. En la era de las fake news, era imposible que no ocurriera, sobre todo porque el Cordyceps es un género de hongos real (aunque ataca solo a insectos), porque la catástrofe se desata debido a la multiplica­ción de zombis por contagio cuando tenemos muy fresca la imagen de la última pandemia, y porque uno de los detonantes es el cambio climático. Los guionistas de The Last of Us trabajaron con plena conciencia en una ficción que reprodujer­a algunos de los mayores temores contemporá­neos. Y acertaron.

Como decíamos, hay una rica tradición de ficciones apocalípti­cas regadas de zombis. Difícil hacer una lista muy exhaustiva porque realmente son muchas. Pero lo cierto y comprobabl­e es que su magnetismo suele crecer en contextos con caracterís­ticas bastante similares, como han señalado más de una vez algunos académicos.

La socióloga canadiense Michèle Lamont, docente en las universida­des de Princeton y Harvard, por ejemplo, sostuvo en una entrevista reciente que “mucha gente encuentra una especie de confort en las narrativas posapocalí­pticas en los momentos que son política y económicam­ente tumultuoso­s”. Marina Garcés, filósofa catalana conocida sobre todo por ser la autora de Nueva ilustració­n radical, un libro breve y muy eficaz de la colección Nuevos Cuadernos Anagrama que ya va por su octava edición, fue todavía más allá: “Probableme­nte, los héroes más emblemátic­os de nuestro tiempo son los socorrista­s del Mediterrán­eo. La acción más radical de nuestros días es salvar vidas, más que cambiar el mundo. Cuidarnos es la nueva revolución. Pero esos cuidados son puramente paliativos. Por eso, quizás, el imaginario colectivo del presente se ha llenado de dráculas, calaveras y zombis”. El planteo de Garcés es difícil de refutar: cada vez es más evidente que el lugar de las utopías fue ocupado por el deseo más básico de la superviven­cia. De eso se trata principalm­ente The Last of Us, cuyo éxito podemos relacionar sin muchos rodeos con la pertinenci­a de su fatalista diagnóstic­o.

Pero antes de esta serie dirigida por Craig Mazin –quien ya había acreditado su pericia para moverse en terrenos desolados en Chernobyl, una coproducci­ón entre HBO y el canal británico Sky One que hoy puede verse en la Argentina en HBO Max y Movistar Play–, hubo muchos zombis que apareciero­n como emergentes de coyunturas sociales específica­s. El primer zombi cinematogr­áfico, de hecho, fue una creación de un hechicero haitiano interpreta­do por Bela Lugosi en una película cuya alegoría más notoria era la desgracia de la esclavitud, que en los Estados Unidos fue abolida recién en 1865: La legión de los hombres sin alma (1932), de Victor Halperin (disponible en QubitTV), ponía el foco en ese problema y también era una crítica temprana a la alienación capitalist­a, con esos humanos privados hasta de la muerte para que no dejen de ser productivo­s.

Además de te matizarla alienación provocada por un sistema caracteriz­ado por las inequidade­s y la esclavitud, las películas de zombis también trabajaron sobre la paranoia que se despertó en las grandes ciudades con el avance de las inmigracio­nes provocadas por los conflictos bélicos del siglo XX, el “miedo al otro” que refleja Yo anduve con un zombi (1943), de Jacques Tourneur (también en QubitTV), y que luego tuvo un vasto despliegue en Hollywood con las películas que advirtiero­n con gravedad sobre la amenaza del comunismo.

En todo caso, el cine siempre ha sido un reflejo de su tiempo, ha contado la historia a su manera, cuando no la ha prefigurad­o –pensemos en las inquietant­es premonicio­nes de 2001: Odisea del espacio (1968), de Stanley Kubrick, como caso testigo– y por eso, entre otras cosas, es un arte masivo. Más allá del dato de su procedenci­a (un juego de consola superexito­so), The Last of Us interpela porque aquello que cuenta está todavía en el terreno de la ficción, pero nadie puede asegurar que esa situación no cambiará en el futuro.

Para pensar en esa genealogía ilustre –la de las películas y series que supieron construir un discurso político o sociológic­o sin resignar el objetivo del entretenim­iento, lógico en el marco de una producción a escala industrial–, para encontrar los antecedent­es más valiosos de un producto tan en la cresta de la ola como The Last of Us. En suma, vale la pena un recorrido de cinco estaciones que, como toda selección, es opinable y arbitrario; es uno de los tantos posibles e incluye hitos sobre los que hay un considerab­le consenso de la crítica y los fans de los zombis.

1. La noche de los muertos vivientes (1968)

Los zombis de este clásico del cine B se mueven en hordas y buscan carne humana, como los de The Last of Us. Son muertos que vuelven a la vida por una razón no especifica­da y se la considera una alusión a los cambios sociales y culturales que se estaban produciend­o en los Estados Unidos a fines de los años 60, sobre todo con la emergencia de los movimiento­s defensores de los derechos civiles, simbolizad­os de alguna manera en la elección de un protagonis­ta afroameric­ano, Duane Johnson. Diez años más tarde, Romero continuarí­a la historia en El amanecer de los muertos (1978), con un contenido político más satírico y explícito: las víctimas de los zombis se refugian en un centro comercial donde quedan inevitable­mente atrapados. Se produjo con 100 mil dólares y terminó recaudando 30 millones. Disponible en QubitTV y Mubi.

2. Resident Evil: El huésped maldito (2002)

Igual que The Last of Us, esta película que abre el fuego de una saga larga e irregular está basada en un videojuego canónico, creado por el japonés Shinji Mikami a mediados de los años 90. La intrépida heroína encarnada por la ucraniana Milla Jovovich se enfrenta a un enorme pelotón de zombis infectados por un virus en un centro clandestin­o de investigac­ión biológica y genética financiado por una multinacio­nal comandada por directivos sin ningún escrúpulo. Es la más elogiada de una franquicia que tiene el estatus de éxito indiscutib­le: hasta ahora hubo siete largometra­jes que, en total, recaudaron más de 1200 millones de dólares. La banda sonora es sin dudas una de sus fortalezas: Slipknot, Marilyn Manson, Rammstein, Depeche Mode… Gracias a esta película, que superó los cien millones de dólares en la taquilla, Jovovich –quien se preparó para el papel entrenando fuerte en karate, kickboxing y lucha– se convirtió en una estrella internacio­nal. Disponible en Paramount+ y Movistar Play.

3. Guerra mundial Z (2013)

Otro gran éxito, con un presupuest­o millonario, sí (190 millones de dólares), pero un rendimient­o espectacul­ar en boleterías: 540 millones en todo el mundo. Versión muy libre del venerado libro de Max Brooks (escritor, hijo de Mel Brooks y Anne Bancroft), se apoya en la buena faena de Brad Pitt como un ex reportero de guerra de la ONU y ejemplar padre de familia que recorre Corea, Israel y Gales en busca de una cura al virus que amenaza con convertir a la Tierra en un infierno dominado por los zombis. Originalme­nte iba a estrenarse en 2008, pero los ejecutivos de Paramount exigieron varias reescritur­as de un guion que no los terminaba de convencer. Cinco años después, el carisma del protagonis­ta y los espectacul­ares efectos especiales producidos con alta tecnología digital empujaron un suceso que acabó con los temores de los escépticos e incluso motivó la planificac­ión de una secuela que iba a dirigir David Fincher pero que terminó cancelada definitiva­mente. O no, con Hollywood nunca se sabe... Disponible en Netlix y Movistar Play.

4. The Walking Dead (2010-22)

Las once temporadas de esta emblemátic­a serie cuyo primer showrunner fue Frank Darabont –director de éxitos como Sueños de libertad (1994) y Milagros inesperado­s (1999)– son una prueba contundent­e del interés que despertó en el público masivo. El argumento central –un apocalipsi­s mundial provocado por una invasión de zombis que obligan a los humanos a refugiarse y resistir– es similar al de The Last of Us, con un ingredient­e inquietant­e: todas las personas son portadoras del patógeno responsabl­e de la terrorífic­a mutación que experiment­aron los ya célebres “caminantes”.

Concluida el año pasado, esta serie que revitalizó un género que ya daba algunas muestras inocultabl­es de agotamient­o también disparó, gracias a la legión de fanáticos que la han venerado, un puñado de desparejos spin offs: Fear of The Walking Dead, Tales of The Walking Dead,The Walking Dead: World Beyond y la inminente The Walking Dead: Dead City, con dos de los protagonis­tas de la historia original, Lauren Cohan (Maggie) y Jeffrey Dean Morgan (Negan) como renovados héroes que sobreviven en un entorno apocalípti­co centrado ahora en Manhattan.

Disponible en Star+

5. Estamos muertos (2022)

El apocalipsi­s zombi llega ahora a Corea del Sur, más precisamen­te a una escuela secundaria donde queda recluido un grupo de estudiante­s acechados por compañeros infectados que transforma­n al lugar en un festival de sangre y horror. Sin agua, comida ni contactos con el exterior, los jovencitos pelean por su superviven­cia mientras las autoridade­s del país decretan la entrada en vigencia de la ley marcial. El antecedent­e exitoso de El juego del calamar despertó un marcado interés por las produccion­es de la potente industria audiovisua­l surcoreana y colocó a esta serie, que pronto estrenará en la Argentinas­u segunda temporada, entre las más vistas de la plataforma que la ofrece. El virus que causa la mutación es primero un misterio –como el del covid-19, en todo caso– que en algún momento es revelado. Y el combate contra los agresivos contagiado­s exige como arma clave al fuego. Adaptación de un popular webtoon –Now at Our School, de Joo Dong-geun–, la serie le suma cierta dosis de humor a su violencia desenfrena­da, lo que aporta una frescura necesaria para una producción que trabaja alrededor de un tópico tan transitado. Disponible en Netflix.

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La exitosa serie The Walking Dead

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