La Oficina Anticorrupción lleva un mes sin jefe y el Gobierno no tiene candidato
Tras la salida del fiscal Félix Crous, la Casa Rosada no encuentra un reemplazante para encabezar el organismo
La Oficina Anticorrupción (OA) lleva un mes sin titular. Desde la dimisión del kirchnerista Félix Crous, el 30 de diciembre pasado, el Gobierno aún no designó a su reemplazante. Tampoco tiene nombres en carpeta para encabezar un organismo cuyo funcionamiento está siempre bajo la lupa. El contexto tampoco ayuda: esta semana se conoció que la Argentina mantuvo el aplazo y no avanzó respecto de 2021 en el Índice de Percepción de Corrupción elaborado por la ONG Transparencia Internacional: sobre 100 puntos posibles, solo obtuvo 38. Un número que lo iguala a países como Marruecos, Etiopía, Brasil, Moldavia y Colombia.
A diferencia de lo que ocurre con Crous y la vacante en la Oficina Anticorrupción, la Casa Rosada sí nombró a los sucesores de los desplazados Victoria Donda, del Inadi, y Rodolfo Gabrielli, en la Casa de la Moneda, cuyas salidas se dieron a fines de diciembre pasado. En el caso del Inadi ingresó Greta Marisa Pena, y en la Casa de la Moneda, Ángel Mario Elettore.
La explicación ensayada por distintas fuentes del Gobierno apunta a que la salida de Crous los tomó por sorpresa, mientras que los desplazamientos de Donda y Gabrielli habrían sido planificados por el propio Poder Ejecutivo. Fuentes de la Casa Rosada explicaron a la nacion que de momento no hay nombres para reemplazar a Crous y que el organismo está en manos de Nicolás Gómez, quien secundó al exfuncionario en su paso por el organismo.
“Hay normal funcionamiento con su segundo hasta ahora”, dijeron en Balcarce 50 funcionarios cercanos al presidente Alberto Fernández.
Otras voces ubicaron en la conducción del organismo a los dos subsecretarios, Luis Villanueva y Federico Muraro. El nombre de Villanueva fue sugerido por el propio Crous como sucesor.
“Lo importante es que se siga la línea de prevención que se puso en marcha en estos tres años”, es uno de los conceptos que se repiten en el Poder Ejecutivo.
Crous despertó varias polémicas con decisiones que beneficiaron a Cristina Kirchner y sus hijos en expedientes como Hotesur y Los Sauces, entre otros hechos.
El nombre de Villanueva, excolaborador de la exprocuradora general Alejandra Gils Carbó, es asociado al desarrollo del Registro de Integridad y Transparencia para Empresas y Entidades (RITE), impulsado por la OA con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), para contribuir al desarrollo y mejora de los programas de integridad, el intercambio de buenas prácticas y la promoción de ambientes transparentes en negocios y mercados.
Se trata de uno de los pocos puntos señalados como positivos en el marco de la lucha local contra la corrupción. En su análisis sobre la situación de la Argentina a raíz del último informe de Transparencia Internacional, el titular de Poder Ciudadano, Pablo Secchi, señaló que “se podría destacar como positivo el avance en políticas de integridad del Ministerio de Obras Públicas, especialmente lo relacionado con el Mapa de Inversiones y el RITE”.
Las causas de Cristina
Militante de la agrupación kirchnerista Justicia Legítima, Crous asumió su cargo en enero de 2020 y durante su gestión al frente de la OA en el ámbito de los expedientes por corrupción se abocó a reducir al mínimo la función del organismo como querellante en las causas judiciales por corrupción, especialmente en los expedientes que involucran a la vicepresidenta.
A lo largo de estos tres años, la OA mostró un fuerte viraje en las causas Hotesur y Los Sauces, que fueron cerradas en 2021 sin que se hiciera un juicio oral y público.
La OA renunció a su rol como querellante en esos expedientes, en los que había intervenido con énfasis durante el gobierno de Mauricio Macri –mientras la titular era Laura Alonso–, donde también estaban procesados Máximo y Florencia Kirchner. Lo hizo con el argumento de que, como se investigaba el delito de lavado de dinero, correspondía que interviniera la Unidad de Información Financiera (UIF).
También justificaron desde el organismo haber desistido por “falta de recursos humanos”.
La OA es objeto casi permanente de críticas mutuas entre oposición y oficialismo, a lo largo de las distintas administraciones, respecto de la dependencia del poder de turno. “Fracaso coronado con la reciente salida de Félix Crous como titular de la Oficina Anticorrupción, en la práctica una institución dependiente del poder que se reduce a formalizar meras recomendaciones”, dijo en ocasión de que se conociera el informe de Transparencia Internacional el analista Marcelo Bermolén, director del Observatorio de Calidad Institucional y profesor de la Escuela de Política, Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Austral.
El Informe de Transparencia Internacional dejó mal parado al Gobierno. El último martes se conoció el ranking que dejó a la Argentina sin modificaciones en la percepción de corrupción.
Sobre 100 puntos posibles solo obtuvo 38. La única modificación fue en el puesto que ocupa el país, que pasó del 96 al 94, pero solo por cambios en otros países, no por mejoras propias.
De este modo, la Argentina se encuentra en una ubicación semejante a la de países como Marruecos, Etiopía, Brasil, Moldavia y Colombia. “Estamos absolutamente estancados y, como siempre, aplazados. No es una situación que sorprenda”, dijo a la nacion Delia Ferreira Rubio, presidenta de Transparencia Internacional.
Entre 2020 y 2022, la Argentina retrocedió 18 casilleros en el índice anticorrupción anual realizado por Transparencia Internacional y quedó ubicada en el puesto 96 entre 180 países.
A su vez, en 2020 ya había perdido 12 puestos en el ranking mundial, lo que significó una recaída luego de haber escalado durante los últimos años.
El índice, en el que la mejor puntuación es 100 y la peor, 0, califica a los países según el nivel de percepción de la corrupción en el sector público, construido a partir de datos de siete fuentes externas: encuestas y evaluaciones realizadas por varias instituciones que incluyen a especialistas en la materia, empresarios y consultoras.
A nivel global, el ranking es encabezado por Dinamarca, con 90 puntos, seguido por Finlandia y Nueva Zelanda, con 87 puntos cada uno. Las peores posiciones fueron de Venezuela, con 14 puntos, Siria y Sudán del Sur, con 13, y Somalia, con 12.
En este escenario, la OA sigue con su jefatura vacante y el Gobierno no tiene candidatos para reemplazar a Crous.ß