El Congreso debatía el adelanto de las elecciones en Perú
La iniciativa además contemplaba el llamado a un referéndum de reforma constitucional
LIMA.– Con pocas posibilidades de que prospere, el Congreso peruano debatía anoche el proyecto de adelanto de las elecciones generales atado a un referéndum de reforma constitucional, mientras continuaban las protestas contra la presidenta Dina Boluarte.
El proyecto de ley para realizar elecciones en 2023, presentado por el partido de izquierda Perú Libre, contempla convocar a elecciones el 9 de julio de 2023.
El nuevo mandato presidencial comenzaría el 1º de octubre, mientras que el Congreso empezaría su período el 30 de septiembre.
La propuesta del bloque de izquierda contempla que también se haga un referéndum para consultar si se convoca una asamblea constituyente, que de ser aceptada deberá implementarse en un máximo de 90 días.
Durante la jornada previa, el Congreso había rechazado, una vez más, un proyecto de ley que contemplaba elecciones generales en 2023, una decisión que la presidencia de Perú lamentó y ante la cual presentó “inmediatamente” otra iniciativa para celebrar comicios en octubre de este año.
Esta propuesta presidencial será analizada hoy por una subcomisión parlamentaria.
En su calidad de vicepresidenta, Boluarte asumió el mando del país el 7 de diciembre último, tras la destitución y detención del izquierdista Pedro Castillo, quien había intentado disolver el Congreso y gobernar por decreto.
El mandato de Boluarte terminaría en 2026. Pero ante el estallido de protestas para exigir su renuncia pidió al Congreso anticipar los comicios.
El Poder Legislativo los adelantó para abril de 2024, pero la mandataria insta a que se realicen este año, en medio de crecientes manifestaciones, que ya dejaron 48 muertos.
Boluarte busca que para diciembre –en caso de una segunda vuelta– el país haya elegido presidente y parlamentarios.
Boluarte fue contundente ayer al afirmar que no renunciará. La protesta nacional no hará “bajar la cabeza ni la moral” al gobierno, sostuvo. “Estamos firmes para defender la democracia y defender la estabilidad del país”, dijo Boluarte durante un evento en Piura (noroeste), donde sugirió que “la violencia y el radicalismo” de algunas manifestaciones son dirigidos por el expresidente Castillo.
“Quiero hacer una exhortación a todos los sectores para que dejemos de lado nuestras diferencias y nos enfoquemos en trabajar juntos en este momento. Las peruanas y los peruanos piden acabar de una vez por todas con la confrontación y la polarización. Es hora de pensar en el Perú. No podemos sumir al país en la incertidumbre y la zozobra”, agregó la mandataria
“Mi renuncia no está en juego. No vamos a ceder al chantaje político”, aseguró luego en una conferencia de prensa, donde señaló que el adelanto de elecciones “está en la cancha” del Congreso.
Fisuras en el gobierno
No obstante, el gobierno mostró fisuras al conocerse la salida de Raúl Molina, el jefe de asesores de Boluarte, que le endilgó falta de “gestos políticos sustantivos” y que no se hayan “atribuido aún responsabilidades claras” por los fallecidos en la crisis.
“Señora presidenta, escuche a nuestra gente, a la gran mayoría que pide cambios”, reza la carta de renuncia de Molina, fechada el 1º de febrero y divulgada por la prensa ayer.
Boluarte, que declinó comentar las declaraciones de su exasesor, ya ha tenido que afrontar las renuncias de cinco de sus ministros desde que asumió las riendas del país, en diciembre pasado.
En este contexto, las protestas continuaron en diversas zonas del país, incluida Lima, donde durante la mañana decenas de pobladores de Puno y Cuzco (sudeste) se movilizaron a las puertas de los dos principales canales de televisión privada del país.
“No informan la verdad” y “prensa genocida” se leyó en pancartas de los manifestantes, que consideran que la cobertura de esos medios favorece al gobierno.
En el sur andino, región históricamente postergada, seguían los bloqueos de rutas.
Mientras en Junín, en el centro andino del país, decenas de ciudadanos mantienen bloqueada la carretera central, principal vía para la llegada de alimentos a la capital.
En Cuzco, la capital del imperio Inca, joya del turismo en Perú, también tenía lugar un paro de trabajadores y movilizaciones en las calles y la plaza central de la ciudad.ß