Polémica por el hundimiento de un portaaviones con carga tóxica
Turquía, donde la nave iba a ser desguazada, había denegado el ingreso del navío São Paulo
BRASILIA.– El mayor portaaviones de la Armada de Brasil, que data de la década de 1960, será hundido en el océano Atlántico en aguas bajo jurisdicción brasileña, anunció la Marina, a pesar de las alertas sobre las posibles consecuencias ambientales, tras llevar tres meses flotando en alta mar desde que Turquía le negó la entrada para ser desguazado allí.
El portaaviones São Paulo, de 32.000 toneladas, había sido remolcado hasta Europa hace cinco meses desde el puerto de Río de Janeiro, pero no pasó el estrecho de Gibraltar y fue devuelto al otro lado del Atlántico después de que Turquía decidió que constituía un peligro para el medio ambiente.
El buque se había vendido en una subasta en 2021 para ser reciclado. La empresa turca Sok pagó más de dos millones de dólares por el buque, pero desde entonces entró en una serie de conflictos burocráticos para obtenerlo.
La Marina afirmó en un comunicado que el buque está haciendo agua y corre el riesgo de hundirse, por lo que no se le ha permitido atracar en puertos brasileños.
Además, ante la sospecha de que el buque cuenta con una gran cantidad de amianto a bordo –se calculan nueve toneladas del producto tóxico–, los puertos brasileños no dieron permiso para el atraque. Precisamente, el gobierno turco canceló la importación del barco ante intensas protestas de activistas que alertaban sobre los riesgos ambientales.
A pesar de la petición de la ministra de Medio Ambiente, Marina Silva, de no hundir el portaaviones por su posible toxicidad, la Marina dijo que no tenía más remedio que hundirlo a 5000 metros de profundidad y 350 kilómetros de la costa, dentro de la zona económica exclusiva de Brasil.ß