Bizcochos, chimichurri y yerba. Costumbres argentinas en París
Uno de los efectos pos-mundial es el creciente interés de los franceses por degustar los productos nacionales que, por medio de programas, copan las góndolas de los supermercados
Chimichurri, turrones de maní y dulce de leche. Bizcochitos Don Satur, Chocolinas y cerveza Quilmes. En 10 supermercados de París se pueden conseguir cerca de 25 productos típicos argentinos. El GPS para encontrar los sabores locales en la ciudad de las baguettes se localiza en los barrios del oeste, en los distritos XVI o XVII y también en las zonas cercanas a la ciudad universitaria. El programa que desembarcó en las sucursales de una cadena de supermercados se encuentra en los pasillos indicados como “Produits du Monde” (productos del mundo) y se los reconoce de lejos: una gran bandera argentina anuncia que esas góndolas –tapizadas también de stickers celestes y blancos—contienen el kit básico para incursionar en el gusto argentino.
“Después de la Copa del Mundo hubo un impulso, muchísima gente se volcó a probar los productos. Al principio tuvimos miedo por la rivalidad pero salió todo muy bien”. El que habla es Gonzalo Cruz, argentino, principal importador y distribuidor de mercadería argentina en Francia. Hace 32 años vive en París y es el fundador de La Franco Argentina, que produce desde dulce de leche elaborado con leche del norte de Francia, crema de avellanas y chocolate.
Carmine es vecina del barrio. Nació en Lyon pero estudia Literatura en París y trabaja cerca del supermercado en un consultorio médico. Frente a la góndola de las yerbas argentinas googlea los atributos de las distintas marcas y compara precios. La caja de La Merced cotiza en 5.50 euros, mientras que la Taragüí alcanza los 3,99. En tanto, los saquitos de mate cocido Cruz de Malta se venden a 3,30. “Voy a empezar por acá, es lo más parecido a preparar un té. Y después si me acostumbro y me animo compro la yerba”, dice aún indecisa.
Pensado para clientes como Carmine, uno de los estantes ofrece kits completos: mate, bombilla, yerba CBSÉ y termo. Y un código QR para conocer más detalles de recetas, antojos y preparaciones. “Los jugadores argentinos tomaban mate durante el Mundial y esas imágenes recorrieron el mundo. Ahora todos quieren probar nuestra infusión”, reconoce Cruz, al frente también de Café El Sur, un bistró de carnes, empanadas y vinos argentinos ubicado cerca de Montparnasse, en 35 Boulevard Saint Germain.
Entre los artículos más vendidos de las tiendas figura un clásico, el dulce de leche Chimbote (7,75 euros), el chimichurri disecado (3,99 euros), y la yerba. En el ranking le siguen la cerveza Quilmes en botella, los alfajores (que vuelan de las góndolas y son difíciles de conseguir) y las galletitas. Además de Chocolinas también pican en punta las Criollitas y el pack de turrones de maní Arcor (3,90 euros las 10 unidades).
Rodeando la góndola y frente a un pequeño stand que reza “Gusto Argentino, la referencia de la gastronomía argentina”, propios y ajenos pasan la tarde degustando Chocolinas o Criollitas con dulce de leche, y probando alguno de los varietales nacionales.
Porque los vinos locales también convocan: Los Helechos (16,71 euros), Escorihuela Gascón Malbec, (a 13,30 euros) y Altas Cumbres Torrontés (8,91 euros). También, Altas Cumbres (9,28 euros) y Benjamin Nieto Senetiner Cabernet Sauvignon (6,56 euros) forman parte de la selección de uvas argentinas.
“Delicioso y muy enérgico. Ideal para este invierno”, valida Jérémie, de 36 años, y consulta –mate en mano– cuánto le duraría un paquete de yerba. “No sé si mis amigos van a acostumbrarse a compartir el mate, pero si es parte del ritual me parece un buen programa”, se anima el encargado de marketing digital de una firma de indumentaria.
Cada vez son más los puntos de venta donde el paladar nacional está ganando territorio a fuerza de tradición y ceremonias vinculadas a las costumbres argentinas, con acento francés.ß
“Los jugadores argentinos tomaban mate, ahora todos quieren probarlo”