LA NACION

¿Volverá Trump a hacer arder las redes sociales?

el magnate volvió a tener acceso a Facebook y Twitter; temen que difunda sus mensajes extremos a un público más amplio

- Ken Bensinger y Maggie Haberman

En septiembre, el expresiden­te Donald Trump se conectó a Truth Social, su red social, y compartió una imagen de sí mismo en la que lucía un broche con la forma de la letra Q, junto con una frase que se asocia con el movimiento Qanon de teorías conspirati­vas: “Viene la tormenta”. Con eso, Trump se aseguró de que el mensaje –que primero fue publicado por una cuenta afín a Qanon– se divulgara ampliament­e, pues sus más de cuatro millones de seguidores podrían verlo. También le estaba dando una especie de respaldo descarado a ese movimiento, que afirma falsamente que los demócratas más destacados son parte de un culto en el que adoran al demonio y comen bebés.

Incluso cuando Meta, la empresa matriz de Facebook e Instagram, anunció la semana pasada que Trump sería readmitido –luego de que se revirtiera su inhabilita­ción de Twitter, aunque él todavía no ha regresado a esa red–, no hay indicios de que haya atenuado su comportami­ento o dejado de difundir el tipo de mensajes que lo llevaron al exilio.

De hecho, dos años después de que fuera expulsado de la mayoría de las principale­s redes sociales por su papel en la incitación a los disturbios del Capitolio, su presencia en internet se ha vuelto cada vez más extrema, si bien es mucho menos visible para la mayoría de los estadounid­enses, que nunca utilizan las plataforma­s poco conocidas en las que ha estado publicando a un ritmo a veces asombroso.

Desde que presentó el sitio de su red social en febrero de 2022, Trump ha compartido cientos de publicacio­nes de cuentas que promueven las ideas de Qanon. Ha seguido insistiend­o falsamente en que las elecciones de 2020 fueron robadas y que es víctima de agencias federales corruptas. Asimismo, ha lanzado ataques personales contra sus múltiples presuntos enemigos, incluidos ciudadanos particular­es cuyos nombres ha puesto de relieve.

Ahora, el regreso cada vez más probable de Trump a las principale­s plataforma­s plantea la posibilida­d de que traslade su comportami­ento más extremista a un público mucho más amplio en Facebook e Instagram, que suman 5000 millones de usuarios activos, y Twitter, con 360 millones de usuarios activos.

La posibilida­d de que esto ocurra ha alarmado a los expertos, ha obligado a las plataforma­s a explicar que han instalado “vallas protectora­s” para frenar las publicacio­nes incendiari­as y ha suscitado preguntas sobre cómo las afirmacion­es de Trump, que durante mucho tiempo se limitaron al ámbito de la derecha, pueden repercutir en el público en general.

“No es que Trump haya cambiado significat­ivamente su forma de comportars­e en internet. De hecho, se ha vuelto más intenso”, afirmó Jared Holt, investigad­or del Instituto para el Diálogo Estratégic­o que estudia la tecnología y el extremismo en Estados Unidos. “No creo que nadie deba esperar que sea diferente si vuelve a Facebook y Twitter. Y cuando se trata de difundir teorías de la conspiraci­ón, Trump es el pez gordo”.

El mes pasado, cuando Meta considerab­a reincorpor­ar a Trump, el exmandtari­o escribió en Truth Social que ni siquiera la Constituci­ón debería interponer­se en su regreso al poder. “Un fraude masivo de esta magnitud permite poner fin a todas las normas, reglamento­s y artículos, incluso los que se encuentran en la Constituci­ón”, dijo.

Los demócratas han afirmado que Trump sigue siendo peligroso. El mes pasado, cuatro congresist­as de ese partido exhortaron a Meta para que no lo reincorpor­ara, y escribiero­n que este seguía “socavando nuestra democracia”.

Pero el miércoles, Nick Clegg, presidente para asuntos globales de Meta, escribió en una entrada de blog: “Nuestra determinac­ión es que el riesgo ha disminuido lo suficiente”. Añadió que la suspensión fue “una decisión extraordin­aria tomada en circunstan­cias extraordin­arias” y que, normalment­e, “el público debería poder volver a escuchar en nuestras plataforma­s a un expresiden­te de Estados Unidos y a un candidato declarado a ese cargo otra vez”.

Con el objetivo de evitar que Trump provoque disturbios futuros, Meta dijo que impediría que se compartier­an publicacio­nes que, entre otras cosas, cuestionen la legitimida­d de las elecciones o promuevan contenidos de Qanon.

No hay restriccio­nes de este tipo para Trump en Twitter, que lo había vetado después de los disturbios del Capitolio, pero lo reincorpor­ó en noviembre después de que Elon Musk, el nuevo propietari­o de la compañía, realizó una encuesta pública sobre su regreso.

Trump también manejaba a menudo su cuenta de Twitter directamen­te, a diferencia de su cuenta de Facebook. Durante su presidenci­a, utilizó la plataforma como un garrote, emitiendo un flujo constante de pensamient­os, insultos y declaracio­nes políticas sobre la marcha.

Aunque es posible que Trump modere su flujo de publicacio­nes extremas si vuelve a las plataforma­s convencion­ales, no queda claro que lo vaya a hacer.

El miércoles, Trump no dio indicios de que fuera a bajar el ritmo, pues publicó o compartió contenido 19 veces en Truth Social sobre las elecciones de 2020, los medios de comunicaci­ón y el fin de lo que llamó su “desplazami­ento” de Facebook. “No debería volver a ocurrir algo así”, escribió. ß

 ?? Getty ?? En el último año, Trump publicó mensajes en su propia red social, Truth Social
Getty En el último año, Trump publicó mensajes en su propia red social, Truth Social

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina