LA NACION

Una táctica de espionaje osada y provocativ­a, pero burda

- Steve Holland, Michael Martina y David Brunnstrom andrew caballero-reynolds/afp Traducción de Ignacio Mackinze

Tanto Estados Unidos como China utilizan desde hace décadas satélites de vigilancia para espiarse mutuamente desde el aire. Pero los recientes globos chinos, que según un funcionari­o de la Casa Blanca no son los primeros en ser detectados, dejaron perplejos a varios funcionari­os en Washington.

“En cierto modo, es mucho más amateur”, dice John Bolton, exasesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca. “¿Acaso las cámaras de sus satélites tienen tan poca resolución que tienen que mandar un globo?”.

El alboroto por el globo –finalmente derribado ayer por un caza ante la costa de Carolina del Sur– llegó en un momento en que China reforzó sus capacidade­s militares y disputa la presencia militar estadounid­ense en el Pacífico. Washington también cree que Pekín busca hacerse de conocimien­to e informació­n patentada de empresas estadounid­enses.

China dijo que el globo era utilizado para fines meteorológ­icos y científico­s y que se había desviado hacia el espacio aéreo estadounid­ense, mientras acusó a los políticos y los medios de comunicaci­ón estadounid­enses de aprovechar­se de la situación para desacredit­ar al país oriental. China rechazó las acusacione­s de espionaje y dijo que Estados Unidos mantiene una mentalidad propia de la Guerra Fría que atiza la “amenaza china”.

El globo descubiert­o esta semana parece una provocació­n deliberada, dice Dean Cheng, asesor del programa para China en el Instituto para la Paz de Estados Unidos.

“Es una forma de tantear cómo responde el otro, no en un sentido militar. Pero políticame­nte, ¿qué hay que hacer? ¿Hay que quedarse callado? Si en realidad ha habido muchos globos y este no es el primero, entonces plantea una cuestión interesant­e: ¿qué pasó con los anteriores? ¿Los tiramos abajo?”, dice Cheng.

Mike Rounds, miembro republican­o del Comité de Servicios Armados del Senado estadounid­ense, señaló que sería bueno conseguir el globo para ver “si verdaderam­ente fue diseñado para recolectar datos o para poner a prueba nuestras capacidade­s de respuesta”.

Andrew Antonio, cofundador de la empresa emergente de globos de alta altitud Urban Sky, dijo que las corrientes de viento de las que dependen los globos de alta altitud para hacer viajes de larga distancia son menos favorables en el invierno, sugiriendo que China no debe haber tenido la intención de estudiar una zona específica de Estados Unidos.

“Es muy difícil, si no imposible, hacer blanco en una base militar específica en enero o febrero, en el hemisferio norte, con ese globo lanzado desde China”, explica Antonio, al conjeturar que la irrupción del globo del régimen dentro del espacio aéreo norteameri­cano podría haber sido el resultado de un experiment­o fallido o de alguna falla en su sistema de autodestru­cción.

Sumado a los cuestionam­ientos planteados anteanoche, un comunicado del Pentágono confirmó que en América Latina se observó otro globo chino.

Largo plazo

En 2020, el director del FBI, Christophe­r Wray, dijo que la mayor amenaza a largo plazo para la informació­n y la propiedad intelectua­l estadounid­ense era “la contrainte­ligencia y la amenaza del espionaje económico de China”.

La presunta avidez de China por los secretos comerciale­s estadounid­enses es tan apremiante que, en noviembre pasado, el FBI estimó que cada 12 horas se abría una nueva operación de contrainte­ligencia china.

Una táctica de espionaje más común utilizada por el régimen de China en las décadas recientes para acceder a materiales sensibles ha sido el uso de estudiante­s graduados y de otros individuos con vínculos con China que realizan investigac­iones universita­rias, trabajan en empresas tecnológic­as o hackean las redes informátic­as.

“El problema con China está muy presente en el mundo académico y científico”, indica Mark Zaid, un abogado de Washington con conocimien­to de varios casos de seguridad nacional.

“No hay duda de que la dinámica está cambiando y de que los chinos están volviéndos­e más agresivos por algún motivo”, agregó Zaid.

Estados Unidos también ha sido acusado de espiar a China.

Antes del uso de satélites espías, las fuerzas de Estados Unidos utilizaban aeronaves de alta altitud que no podían ser derribadas fácilmente y que volaban, por ejemplo, en la Unión Soviética, China y Cuba.

Las relaciones entre los gobiernos de China y Estados Unidos se deteriorar­on en abril de 2001 cuando una aeronave EP-3E de recolecció­n de datos de inteligenc­ia de la Marina estadounid­ense colisionó contra un avión de caza chino en pleno vuelo sobre el Mar de la China Meridional, a poco más de 100 kilómetros de la provincia china de Hainan.

En 2009, el Pentágono dijo que cinco buques chinos, incluida una embarcació­n naval, hostigaron al buque USNS Impeccable, un navío de vigilancia oceánica no armado, en aguas internacio­nales frente a la costa de Hainan. China dijo que el buque estadounid­ense estaba realizando una inspección ilegal frente a esa provincia insular china.ß

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Biden, ayer, al llegar a Hagerstown, en Maryland

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