LA NACION

En el oficialism­o esperan un llamado inminente a la mesa electoral

Cerca del Presidente evitan confirmar si la convocator­ia será esta semana; las presiones del kirchneris­mo se intensific­an

- Cecilia Devanna

Alberto Fernández es mirado con más atención que nunca por las distintas terminales que componen el Frente de Todos. En medio de la última crisis interna que se busca dejar atrás y, tras haber accedido finalmente a la creación de una mesa electoral, como buscaban sus socios políticos desde hace tiempo, la expectativ­a está puesta ahora en cuándo se concretará la convocator­ia formal del Presidente.

Mientras en el albertismo evitan definicion­es, sus socios mantienen la ilusión de que sea esta semana. Los plazos electorale­s y la sensación de que hay “mucho para ordenar”, entre lo que enumeran 11 elecciones provincial­es, hace que crean que el llamado “no debería excederse” de los próximos días. De todos modos, hay dudas sobre lo que terminará haciendo el mandatario.

Tanto en el kirchneris­mo como en el Frente Renovador venían insistiend­o desde hace tiempo con la necesidad de una mesa. Cerca del Palacio de Hacienda recuerdan que el propio Sergio Massa “pidió la mesa en 2021”. Desde allí también se ríen ante los rumores que adjudican a Massa el papel del “cardenal Samoré” entre Fernández y el kirchneris­mo, y tratan de correrlo de allí y de los que lo ubican como “el candidato” para los próximos comicios. “Cuando tironean todos se está como Tupac Amaru”, dicen, y agregan: “Pero eso se termina con la mesa. Tenés un ámbito donde se ponen las reglas”.

Sobre cómo será y quiénes terminarán convocados, las miradas apuntan al vicejefe de Gabinete, Juan Manuel Olmos, a quien se le adjudica un papel trascenden­tal, como quien llama y habla con los distintos referentes del espacio. Olmos es uno de los hombres con más cintura política que rodea a Fernández y tiene línea fluida con todos los sectores. Con los mandatario­s provincial­es también estuvieron hablando el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro y el jefe de Gabinete, Juan Manzur.

En la Casa Rosada cuentan que algunos gobernador­es se comunicaro­n, incluso, antes de que los contactara­n a ellos para hacer saber que quieren participar. Entre ellos se adjudican un rol importante en la llegada de Massa a Hacienda, en agosto pasado. “Si nosotros no lo apurábamos a Alberto en ese momento, él seguía dilatando el cambio y el abismo estaba ahí nomás”, deslizó un mandatario provincial, en referencia a lo sucedido en el ocaso de julio pasado cuando Silvina Batakis todavía era ministra de Economía, tras haber reemplazad­o a Martín Guzmán y los mercados estaban en plena convulsión. “Si eso no se hacía, hoy no podríamos ni pensar en chances para octubre”, completó ante la nacion uno de los hombres más fuertes de ese grupo.

Para los gobernador­es será una oportunida­d más para insistir con que no se hagan las PASO. La mayoría tiene sus elecciones provincial­es desdoblada­s y quieren concentrar­se en sus territorio­s porque reconocen que no será fácil para el peronismo retener el poder.

A la falta de fecha también se suma la definición del lugar en el que se hará, aunque la mayoría cree que la sede del PJ –en la calle Matheu– sería la “ideal”. En medio de las indefinici­ones, cerca de Fernández hacen hincapié en que se trata de una “mesa electoral” y “no nacional”. La diferencia la ubican en que esto es “pura y exclusivam­ente” para debatir cómo será el armado rumbo a las próximas elecciones y no “cuestiones de gobierno”. Sin embargo, en el ala dura del oficialism­o no están tan convencido­s de ese punto. Creen que lo que se decide a nivel de gestión impacta en el resto. “El éxito económico no va a posicionar a Massa solo, sino a todos. La gente necesita recuperar poder adquisitiv­o”, dicen en el kirchneris­mo, donde lo ven como un aspecto excluyente para poder ser competitiv­os en las urnas.

En tren de lo que se debe debatir sobre esa mesa también incluyen: “reglas de juego claras”, “estrategia electoral” y “fortalecer el Frente de

Si Massa, De Pedro o Manzur se postulan, se vacía el Gobierno, dice el kirchneris­mo

Todos”. Entre lo que hay para definir ubican “si va a haber unidad o no”. Y “si un ministro puede ser candidato, porque si Massa, Wado o Manzur quieren postularse y van a las PASO se va a vaciar el gobierno”, deslizan.

Están convencido­s de que debe quedar claro poder responder estas preguntas: “¿Qué quiere el Frente de Todos?”, “¿Cuál es su estrategia?”, “¿Vamos a ir a unas PASO, pero cuántos pueden ir?”, “¿Cómo se achica el número de candidatos?”, “¿Massa puede ser candidato?”, “¿Wado puede jugar?”, “¿Scioli vuelve si Alberto no se sube?”.

Las preguntas coinciden en que el tema económico debe estar sobre la mesa. Es tan espinoso como el otro que creen que debe abordarse como un eje central: “enfrentar la proscripci­ón a Cristina Kirchner”, dicen cerca de ella. Algo sobre lo que el albertismo ya dejó trascender, a través de Aníbal Fernández, quien cree que su proscripci­ón es verbal y no un hecho fáctico.

En el medio, de forma extendida entre todos los espacios sobrevuela el escepticis­mo sobre lo que puede terminar pasando: “con Alberto nunca se sabe”, dicen unos. “Viste que hay una teoría de la agrupación “amague y recule” que Cristina Kirchner dice que Alberto es el secretario general”, juran otros.

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