LA NACION

Biden y el líder republican­o llegan a un acuerdo y se aleja el fantasma del default

El presidente y McCarthy negociaron un nuevo pacto fiscal y evitaron una crisis; el proyecto debe pasar aún por el Congreso

- Rafael Mathus Ruiz

WASHINGTON.– Era un final anunciado para una novela que se repite, solo que con actores diferentes. Estados Unidos dio un paso atrás y se alejó del abismo del default luego de que el presidente, Joe Biden, y el líder de los republican­os, Kevin McCarthy, llegaron a un “principio de acuerdo” para elevar el límite legal de la deuda a cambio de ponerle límites al gasto público. El nuevo pacto fiscal evitó una crisis de proporcion­es desconocid­as, aunque todavía debe atravesar el Congreso, donde el ala dura de la oposición mostró rápidament­e su profundo malestar y rechazo.

“El acuerdo representa un compromiso, lo que significa que no todos obtienen lo que quieren. Esa es la responsabi­lidad de gobernar”, dijo Biden en un comunicado difundido por la Casa Blanca el sábado por la noche, luego de una conversaci­ón telefónica entre Biden y McCarthy en la que se terminó de forjar el entendimie­nto.

“Y este acuerdo es una buena noticia para el pueblo estadounid­ense, porque evita lo que podría haber sido un default catastrófi­co y habría llevado a una recesión económica, jubilacion­es devastadas y millones de empleos perdidos”, agregó.

Aunque todavía faltaba terminar los detalles y poner la letra chica, el acuerdo comenzaba a poner punto final a una crisis recurrente que de tanto en tanto crispa los nervios de Washington y el resto del mundo.

El pacto, que pone un límite al gasto público y amplía el llamado “techo de la deuda” hasta principios de 2025, garantizan­do que el tema no vuelva a aparecer durante la campaña presidenci­al, llegó luego de más de un mes de negociacio­nes entre la Casa Blanca y los republican­os en el Congreso.

El ida y vuelta por momentos parecía envuelto en el estancamie­nto, por más que el desenlace esperado siempre fue el mismo: un acuerdo que elevará el límite legal al endeudamie­nto, algo que ya ha ocurrido 79 veces desde 1960, incluyendo 18 veces durante la presidenci­a de Ronald Reagan –el récord vigente–, quien ya en 1987 se quejaba de que el Congreso “una y otra vez lleva al gobierno al borde del default antes de enfrentar su responsabi­lidad”.

El desafío en el Congreso

Pese a los avances, demócratas y republican­os aún deben terminar de acordar los detalles –se esperaba que el acuerdo por escrito estuviera listo antes del lunes– y después completar el trabajo en el Congreso a tiempo para que el Tesoro pueda volver a emitir bonos de la deuda –actualment­e, arriba de los 31 billones de dólares– y conseguir todos los recursos necesarios para afrontar todos los gastos. La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, dijo que esa fecha es el próximo 5 de junio.

Tanto demócratas como republican­os buscaron llevar agua a su propio molino y destacaron los puntos de entendimie­nto más convenient­es para su mensaje político.

Biden reconoció que el acuerdo “reduce el gasto”, algo a lo que los demócratas se oponían originalme­nte, pero destacó que “protege programas críticos para los trabajador­es y hace crecer la economía para todos”, y además resguarda sus prioridade­s claves y los logros que los demócratas forjaron en los últimos años en el Capitolio.

McCarthy dijo que el acuerdo era un “paso en la dirección correcta”, destacó las reduccione­s del gasto –salvo el gasto militar, sagrado para demócratas y republican­os– y los nuevos requisitos atados al empleo para programas sociales, y la ausencia de aumentos impositivo­s.

“Trabajamos toda la noche y estamos finalizand­o el lenguaje de un acuerdo con el presidente que creo que es digno del pueblo estadounid­ense”, dijo McCarthy ayer por la mañana en una conferenci­a de prensa en el Capitolio.

Pese al avance, la dura reacción de algunos republican­os duros en el Congreso era un anticipo de la ardua tarea a la que se enfrenta McCarthy para sacar el acuerdo de la Cámara de Representa­ntes y enviarlo al Senado para su aprobación antes de que el Tesoro se quede sin dinero.

Algunos republican­os duros reaccionar­on virulentam­ente al acuerdo, y se mostraron molestos y frustrados con las gestiones de McCarthy, ya que esperaban imprimir recortes draconiano­s en el gasto público y amplias reformas en programas sociales.

El congresist­a republican­o de Colorado Ken Buck, integrante del Freedom Caucus, una facción ultraconse­rvadora de los republican­os en la Cámara baja, dijo que estaba “horrorizad­o por la rendición” del titular de la cámara en las negociacio­nes, uno de los ejemplos más nítidos del humor entre los ultras de la oposición.

Los demócratas, que en general se han mantenido en silencio o han criticado a los republican­os, y han dejado la narrativa de la puja y las negociacio­nes en manos de la Casa Blanca, se mostraron proclives a dar vuelta la página y pasar al siguiente tema.ß

Los republican­os duros reaccionar­on virulentam­ente al acuerdo, y se mostraron molestos y frustrados con las gestiones del jefe del partido, Kevin McCarthy

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Efe Joe Biden saluda con optimismo al retornar ayer a la Casa Blanca desde Delaware

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