El peor de los datos que pegan de lleno en el calendario electoral
El calendario se ha convertido en el peor de los enemigos con los que se enfrenta el Gobierno en este 2023 electoral. Pero si eso le pasa al oficialismo, los tiempos del ministro de Economía, Sergio Massa, son aún más exiguos.
Como sucede desde hace varios meses, el boletín de calificaciones del ministro consta de dos notas. Una, el precio del dólar blue, que aunque digan que no interesa igualmente se toman medidas para controlarlo. La otra, a diferencia de aquella, que es diaria, es mensual y aparece cuando el Indec publica el índice de inflación.
Justamente, el día apuntado desde principios de año para que se conozca el índice de precios al consumidor (IPC) de mayo es el 14 de junio, un día antes de la inscripción de las alianzas para competir en las primarias, y apenas 10 días antes de que se presenten las fórmulas. Y más allá de que ningún argentino necesita conocer el índice para saber cómo afecta su bolsillo la inflación, para el Gobierno, que postula que lo que no se publica no existe, será difícil de digerir.
Si las mediciones de la gran mayoría de los analistas se cumplen, los números estarán por encima de los de abril (8,2%) y dejarán el acumulado anual en poco más de 110%.
De ahí que Massa, ya retirado de la pelea contra la inflación, se dedique a buscar dólares, yuanes, reales o lo que sea para evitar una corrida cambiaria que aniquile las esperanzas de que el kirchnerismo, con él o no a la cabeza, llegue al ballottage.
Vale la pena repasar algunas cosas del último tiempo. Desde que se conoció el dato de abril, el Gobierno no ha tomado una sola medida antiinflacionaria. Es verdad que es difícil encontrar una en los cuatro mandatos del oficialismo, pero lo concreto es que en este tiempo de espanto inflacionario no hubo nada. Apenas se anunció una tímida advertencia de que iban a bajar precios con importación de alimentos a través del Mercado Central.
Tanto los operadores del predio como los funcionarios saben que ese remedio es de cumplimiento imposible, ya que apenas podría generar alguna oferta de ocasión en cierto producto, pero nada más. Pero igualmente varios burócratas de la AFIP llegaron con chaleco y ceño fruncido al lugar y se posaron enojados frente a algún cajón de papas, cebollas o tomates, la fruta que más irrita al Gobierno.
El dato de inflación será alto. Es difícil desacelerar los precios y que se note rápido. Tan difícil parece que el Gobierno no ha hecho nada. ß