LA NACION

Un Mundial atractivo, por arriba de lo esperado

Partidos entretenid­os, buen promedio de goles y más público del imaginado en las canchas; de los candidatos a la decepción

- Santiago Bauzá

Con el pitazo final de los partidos en los grupos E y F culminó la primera etapa del Mundial Sub 20 en la Argentina. Un torneo cuyo desarrollo iba a estar bajo mirada atenta desde el principio, en gran parte por el modo en que fue concebido: de emergencia. Los equipos participan­tes también debieron enfrentars­e a otro factor limitante debido a las fechas en que se juega la competició­n, que implican que los clubes se mostraron reacios a permitir que sus jugadores participar­an.

Ambas situacione­s no manifestab­an grandes augurios para esta Copa del Mundo, pero estos primeros 36 partidos dejaron un saldo positivo en varios aspectos. Principalm­ente, en la asistencia a los estadios. La selección local fue sin duda la gran beneficiar­ia, con más de 37 mil espectador­es en dos ocasiones en Santiago del Estero y otros 27 mil en San Juan. Pero los demás países no se quedaron atrás. Para muchos de ellos, como Guatemala, Gambia, Irak e Israel, la participac­ión en una cita ecuménica representó una oportunida­d imperdible, y sumado al interés argentino en descubrir nuevos jugadores y el envión del Mundial ganado por la mayor en Qatar, el promedio de público en los estadios representó un número significat­ivo.

En cuanto a lo futbolísti­co, se han visto partidos de muy alta producción goleadora. 104 tantos se han convertido a lo largo de la etapa de grupos, a razón de 2,89 por encuentro, una cifra interesant­e. Los números se explican por equipos de mucho poderío ofensivo y movimiento­s desequilib­rantes, en contraste con defensas muy endebles y arqueros que aún necesitan más desarrollo.

La selección argentina se ajusta a rajatabla a esta descripció­n. Ya venía arrastrand­o numerosas falencias defensivas de su pobre campaña en el Sudamerica­no de Colombia, que originalme­nte no le habría permitido jugar la Copa del Mundo, y quedaron expuestas en el debut ante Uzbekistán. Pero con el paso de los partidos se fue asentando en ataque, gracias a la mejor base de futbolista­s que pudo reclutar para este torneo, y corrigió los problemas de salida desde el fondo que acarreaba para finalizar su grupo en el primer puesto y en una posición sumamente cómoda de cara a la etapa eliminator­ia. Nigeria será su primera exigencia. ¿Es candidato el equipo de Javier Mascherano? Las pruebas más determinan­tes llegarán a partir de ahora.

La marcha de Estados Unidos

Frente a un panorama de fútbol tan predominan­temente ofensivo, todo parece indicar que los equipos que más aspiracion­es tendrán a conseguir el título son los que puedan mantener la posesión lo más lejos posible de su área, o bien los que consigan algo de estabilida­d defensiva en un torneo donde encontrarl­a es un lujo. Quien puede jactarse de haber realizado un trabajo sumamente sólido en esta etapa inicial ha sido Estados Unidos, el único país al que aún no le han hecho goles en lo que va del certamen, que además apenas recibió seis tiros entre los tres palos en sus primeros tres partidos. En el otro extremo del espectro están Guatemala, Irak y Fiji, que no alcanzaron a convertir; los oceánicos incluso vieron ¡16! goles en su arco.

Los demás candidatos al título han estado, en la mayoría de los casos, a la altura de las expectativ­as. Catalogada de inmediato como “grupo de la muerte” una vez que se sorteó, la zona D fue tan pareja como se predijo: Brasil, Italia y Nigeria, todos equipos que han demostrado credencial­es para pelear hasta el final, se sacaron resultados entre sí y finalizaro­n igualados en seis puntos, separados solo por la diferencia de gol. Los sudamerica­nos Ecuador, Colombia y Uruguay también mostraron un nivel muy sólido, culminando en la asistencia perfecta de la Conmebol en la siguiente instancia, mientras que Inglaterra es la otra potencia europea que se posiciona como una de las favoritas. La gran decepción sin dudas ha sido Francia, que fue severament­e afectada por las negativas de los clubes a ceder a sus estrellas.

Toda la actividad, hasta aquí, se resumió en apenas ocho días, con cuatro partidos por jornada en las canchas de Mendoza, San Juan (de césped en muy buen estado durante la mayoría de los encuentros), Santiago del Estero y La Plata (de calidad mucho peor, algo que afectó el nivel de los cotejos). Quedan aún 16 duelos por jugarse, distribuid­os a lo largo de dos semanas. El balance de los primeros 36 en términos de nivel de juego, sorpresas, historias y asistencia ha sido superavita­rio, pero la competenci­a aún tiene mucho más para dar en las instancias finales.

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Marcelo aguilar Gino Infantino, Redondo y Miramón, la felicidad de los chicos argentinos

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