Verstappen y Pérez, luz y sombra en las calles de Mónaco
El neerlandés ganó la carrera de F.1 en el Principado; múltiples enredos del mexicano
primera pole, la segunda victoria. El Gran Premio de Mónaco 2023 se rindió ante Max Verstappen, que dominó la sexta fecha del calendario de la Fórmula 1: triunfo 39, el cuarto de la temporada, y un éxito que le permite aumentar la brecha con su compañero en Red Bull Racing, el mexicano Sergio Checo Pérez. Las espadas del equipo de Milton Keynes reflejaron los dos polos en las calles del Principado: el neerlandés desanduvo un fin de semana contundente, con el agónico registro del mejor tiempo en la prueba de clasificación y el manejo imperial de la carrera, que siempre lo tuvo como líder del pelotón. Los cambios de condiciones del trazado, después del aguacero que se desató promediando el gran premio, no influyeron en el manejo del neerlandés, que exprimió la fiabilidad de un auto que está destinado a ingresar a la historia.
Descubrir la pericia de los pilotos para sortear el intrincado dibujo de Mónaco, con su estrechez y las curvas sesgadas, es un ejercicio que resalta la jerarquía de quienes componen el Gran Circo. Sumar la lluvia como aditivo exalta la dificultad y observar que el Auto de Seguridad no salió a lo largo de toda la carrera resalta el manejo.
Entre todos, Verstappen resultó imbatible: siempre estuvo un escalón por encima del resto. En un circuito con características que le sonríen a su compañero Checo Pérez –un especialista en triunfar en los callejeros–, el bicampeón del mundo y puntero del actual curso demolió al mexicano y mantuvo a raya a Fernando Alonso, que se presentó como la amenaza más importante en la qualy y también en la grilla. El sábado lo dominó en el último intento de la Q3, con roce al muro incluido en la vuelta rápida, para imponerse por 84 milésimas. Cuando se apagaron los semáforos, aventajó al asturiano, que partió con el compuesto más duro, y la aceleración en la corta recta resultó determinante para el desarrollo: sin posibilidades de pulsearle la posición, Alonso observó desde lejos las prestaciones del modelo RB19 que terminó con 27 segundos de diferencia al cruzar la meta.
Red Bull Racing desarrolló dos carreras en el mismo gran premio. Una estrategia con Verstappen y otra, opuesta, para Checo Pérez, que el sábado en la clasificación protagonizó un accidente en la Q1 y largó desde el último lugar. Y así como MadMax condujo con guantes mágicos en una pista que con la lluvia se convirtió en un asfalto vidrioso, el mexicano tuvo un fin de semana de espanto: cinco ingresos en los boxes y culminar a dos vueltas de su compañero fueron un golpe demoledor para las aspiraciones del tapatío de incomodar al neerlandés en el Mundial de Pilotos. La primera detención en los pits, tras el primer giro fue una movida que ensayó el muro con Pérez para intentar una remontada de ensueño, pero la proyección empezó a perder consistencia y los roces con Lance Stroll (Aston Martin) y Kevin Magnussen (Haas) lo devolvieron al box.
Mientras Checo Pérez sumaba inconvenientes, Verstappen desafiaba la degradación de los neumáticos, una señal de las bondades de un auto que apabulla en velocidad, pero que también logra extender la vida útil del compuesto. Pirelli –proveedor de gomas de la F.1– proyectaba que los neumáticos medios tendrían capacidad para 41 vueltas. El neerlandés extendió el stint hasta el giro 54.
Ganadores con una magnífica estrategia con Checo Pérez en 2022, el nuevo curso tuvo a Red Bull Racing nuevamente en modo imperial pero con Verstappen como estandarte. Con su arrollador andar, el neerlandés se paseó por las glamorosas calles de Mónaco y con 16 grandes premios por delante tiene el cartel de favorito para la corona.