LA NACION

El desgaste personal y la chance perdida para mediar en Venezuela

- Marina Gonçalves Traducción de Jaime Arrambide

ARÍO DE JANEIRO l recibir en Brasilia la visita oficial de Nicolás Maduro, el presidente Lula da Silva le imprimió un nuevo giro en la política exterior brasileña, optando por rehabilita­r al líder venezolano después de los infructuos­os intentos de los gobiernos de Temer y Bolsonaro para aislar al país vecino. Sin embargo, los especialis­tas señalan que el mandatario brasileño pudo haber equivocado el tono de su mensaje, que transmitió una imagen benevolent­e del gobierno de Caracas y de la situación en Venezuela, que adolece de falta de elecciones libres, problemas económicos y una diáspora de millones de venezolano­s en todo el mundo.

Para los analistas, Lula repitió la actitud que ya había adoptado cuando criticó a Europa y Estados Unidos por su rol en la guerra de Ucrania: tratando de mostrarse imparcial y conciliado­r, el presidente brasileño los responsabi­lizó por el alargamien­to del conflicto, comentario­s que generaron reacciones de la Casa Blanca y el bloque europeo. Esta vez, según los analistas, el problema serían las fuertes críticas de Lula a Estados Unidos por el embargo económico a Venezuela, cuando afirmó que las sanciones económicas son “peores que una guerra”, y calificó de “relato” las acusacione­s de que Venezuela no vive bajo un régimen democrátic­o.

Para Ju a ni taGoeber tus, directora para las Américas de Human Rights Watch, con estas declaracio­nes Lula “lamentable­mente perdió la oportunida­d de desempeñar un rol de mediador en la crisis venezolana”.

“Todos los esfuerzos diplomátic­os para defender el Estado de Derecho, los derechos humanos, y para restablece­r las relaciones bilaterale­s son bienvenido­s. Pero en ningún escenario las violacione­s a los derechos humanos y los crímenes de lesa humanidad cometidos por Maduro y documentad­os por la misión investigad­ora de la ONU son relatos construido­s, sino una realidad”, apunta Goebertus. “Negar esa realidad de Venezuela es casi lo mismo que condonar estos crímenes”.

Durante el encuentro bilateral, Lula también afirmó que le cuesta “concebir” que Brasil lleva tantos años sin diálogo con Venezuela y que le parecía “la cosa más absurda del mundo” el no reconocimi­ento de Maduro como presidente por parte de los “defensores de la democracia”. Se refería al líder opositor Juan Guaidó, quien fue reconocido como “presidente encargado” por Estados Unidos y otros 50 países, incluido Brasil, durante el gobierno de Bolsonaro.

Lula también afirmó que sigue habiendo “mucho prejuicio contra Venezuela” y calificó de “relato” la acusación de que el país vive una dictadura.

“Lula tiene razón cuando dice que hay mucho prejuicio contra Venezuela. Pero también debería admitir que hay muchas verdades incómodas, como las graves violacione­s de los derechos humanos, el fraude electoral y el creciente autoritari­smo, por nombrar solo algunas”, dice Daniel Zovatto, del Instituto Internacio­nal para la Democracia y la Asistencia Electoral. “Lula pasa por alto completame­nte el tema de las violacione­s de los derechos humanos y la investigac­ión que actualment­e lleva a cabo la Corte Penal Internacio­nal por crímenes de lesa humanidad”.

La periodista venezolana Luz Mely Reyes cree que con el tono de su discurso, Lula “le hizo un flaco favor a la democracia en el continente”.

“En un país como Brasil, donde todos se unieron para tratar de salvar la democracia frente al auge del populismo, me pregunto cómo Lula puede respaldar a un gobierno que da tantas señales de violacione­s a los derechos humanos”, dice Reyes.

“Desgaste innecesari­o”

De pie junto a Maduro en una declaració­n conjunta frente a la prensa, Lula también criticó duramente a Estados Unidos por su embargo económico al país vecino. “Maduro no tiene dólares para pagar sus importacio­nes. ¿Es su culpa? No. La culpa es de Estados Unidos y su desmesurad­o bloqueo comercial”, afirmó el mandatario brasileño.

Para Oliver Stuenkel, profesor de Relaciones Internacio­nales de la Fundación Getúlio Vargas, decir que las sanciones de Estados Unidos contra Venezuela son la principal y única razón de la crisis económica del país es una lectura “sesgada y simplista”.

“Básicament­e está repitiendo el relato oficial, que es claramente falso, ya que las sanciones comenzaron en 2016, cuando Venezuela ya se encontraba en una situación económica muy complicada”, dice Stuenkel.

Tiziano Breda, especialis­ta en América Latina del Instituto Internacio­nal Affari, también resalta el problema de retórica del presidente brasileño, el mismo error que cometió en relación con la guerra en Ucrania.

“En este caso, Lula tuvo el mismo problema que con el tema de Ucrania. No es que no entienda el problema o que le falten buenas intencione­s al tratar de impulsar la vía diplomátic­a, sino que su retórica a veces expresa una posición más cercana a una de las partes, en vez de la neutralida­d que él busca transmitir”, dice Breda. “No es tanto un problema de fondo como de modo de comunicar.”

Sin embargo, los analistas coinciden en que intentar aislar a Maduro fue un error estratégic­o, y aplauden el intento de Lula de tratar de resolver la crisis a través de la diplomacia. Maduro no visitaba Brasil desde 2015, cuando participó de la segunda asunción de la expresiden­ta Dilma Rousseff, destituida al año siguiente.

Maduro no podía poner pie en Brasil desde agosto de 2019, cuando un decreto del entonces presidente Jair Bolsonaro prohibió el ingreso al país del mandatario y otras autoridade­s venezolana­s . La estrategia de aislar a Maduro, sin embargo, no fue efectiva para resolver la crisis del país.

Para Stuenkel, en materia de política exterior Lula se expone a un desgaste innecesari­o.

“Llevo años estudiando los problemas que tiene Brasil en su frontera con Venezuela, y puede decir que no tener una relación diplomátic­a funcional con Venezuela nos ha traído problemas”, dice Stuenkel. “Para monitorear lo que pasa entre ambos países es fundamenta­l tener una embajada. Este paso pragmático no significa que Brasil se esté alineando ideológica­mente con Venezuela. Pero la forma en que se dio, con una postura pública tan pro-Maduro, fue un desgaste innecesari­o”.●

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Ap Arce, Maduro y Lula, ayer, antes de la foto de familia en Brasilia

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