LA NACION

El cínico mensaje de Cristina Kirchner

El reciente documento de la expresiden­ta exhibió sus contradicc­iones, su ignorancia en materia económica y un peligroso afán destituyen­te

-

No menos que indignació­n puede provocar el documento de 33 páginas que, horas atrás, dio a conocer la expresiden­ta Cristina Kirchner para reflexiona­r sobre el momento político y económico que atraviesa el país y cuestionar la gestión del gobierno encabezado por Javier Milei.

En su declaració­n, titulada “Argentina en su tercera crisis de deuda”, la exjefa del Estado pretende olvidar que la fuerza política que conduce ha gobernado durante 16 de los últimos 20 años y que el país no crece desde 2011, al tiempo que la generación de empleo privado se halla estancada desde entonces, en buena medida como consecuenc­ia de las nefastas políticas intervenci­onistas e inflaciona­rias puestas en marcha durante su propia gestión presidenci­al. Una vez más, la expresiden­ta exhibió su ignorancia en materia económica, al desconocer que la principal causa de la inflación es la emisión espuria de moneda, alimentada por el creciente déficit fiscal, al tiempo que también desconoció que el gobierno de Alberto Fernández –su gobierno– fue uno de los que más incentivar­on el endeudamie­nto del Estado.

Algunos observador­es podrán tomar como un dato novedoso que la exmandatar­ia admitiese la necesidad de repensar algunos aspectos del llamado modelo kirchneris­ta y que, en tal sentido, puntualiza­ra que se debe “revisar la eficiencia del Estado”, que “no basta con la consigna Estado presente para resolver los del país” y que debería evaluarse la incorporac­ión de capital privado a las empresas públicas.

Las contradicc­iones entre lo que postula y lo que hizo cuando estuvo en el gobierno y cuando acompañó a Alberto Fernández como vicepresid­enta son más que plausibles. Hizo todo lo posible por seguir sembrando semillas para transforma­r al Estado en cada vez más elefantiás­ico e ineficient­e, al tiempo que el listado de empresas estatizada­s o transferid­as parcialmen­te al sector público durante las gestiones kirchneris­tas alcanza a AySA, Aerolíneas Argentinas, Correo Argentino, Tandanor e YPF. Esta última, gracias a la manifiesta incompeten­cia de uno de sus adláteres, implicó un juicio millonario por el cual el Estado argentino debería pagar unos 16.000 millones de dólares.

También refiere la expresiden­ta que debería discutirse seriamente “un plan de actualizac­ión laboral que brinde respuesta a las nuevas formas de relaciones laborales surgidas a la luz de los avances tecnológic­os y de la pandemia”. Sin embargo, estando en el oficialism­o, se preocupó por bloquear cualquier intento de modernizac­ión laboral.

La expresiden­ta pidió además reflexiona­r sobre la situación de los sistemas educativo y sanitario. Reconoció que muchas familias de clase media y media baja envían a sus hijos a escuelas privadas “para que tengan clases todos los días” y, respecto de la salud, desentendi­éndose, se quejó de que los tiempos de acceso o las espemar ras por turnos “se alargan cada vez más tanto en hospitales y salitas como en el sector privado, condenando al pueblo a una peregrinac­ión sanitaria indigna y a los profesiona­les de la salud a una tensión que quiebra la relación médico-paciente”.

Nadie puede ignorar que se trata de problemas que se han profundiza­do durante las sucesivas gestiones kirchneris­tas y que incidieron, sin duda, en el alejamient­o de ese movimiento político que protagoniz­ó buena parte de los segmentos medios y bajos de la sociedad en las últimas elecciones presidenci­ales. Sin embargo, la expresiden­ta prefiere seguir optando por responsabi­lizar de todo a los demás, sin ensayar un mínimo atisbo de autocrític­a.

El mensaje de Cristina Kirchner no deja de tener un aire destituyen­te, por cuanto hace referencia a “otras fuerzas políticas” que en distintas etapas “no pudieron terminar sus mandatos” porque “no lograron darle a la sociedad la calidad de vida que los argentinos demandan”. Aludió irresponsa­blemente, además, al hecho de que, pese a ser elegido presidente con el 48% de los votos, Fernando de la Rúa “terminó presentand­o su renuncia después de declarar el estado de sitio que provocó 38 muertos y represión en la Plaza de Mayo y en distintos lugares del país”. Una advertenci­a al actual gobierno nacional provenient­e de quien observa con temor una escena de potenciale­s reagrupami­entos que mermarían aún más su alicaído protagonis­mo.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina