LA NACION

El futuro del torneo: objetivos altos para “un negocio que funciona”

El ATP de Buenos Aires goza de buena salud pese a la crisis; una charla con los organizado­res y los costos de un torneo de semejante jerarquía

- Sebastián Torok

“Al ATP de Buenos Aires hay que modernizar­lo”. En noviembre de 2017, el uruguayo Martín Hughes, ejecutivo de Tennium, la empresa que en ese momento asumió como propietari­a del certamen porteño, anunció a LA NACION lo que proyectaba hacer (algunas versiones decían que el torneo podía irse a otro país). Hoy, tras siete años de organizaci­ón, desde la firma fundada en Barcelona entienden que cumplieron lo planeado y más también. Se decepciona­ron cuando en noviembre pasado la ATP no eligió a Buenos Aires para el crecimient­o de jerarquía: pasar de ser un 250, la menor categoría del circuito, a un ATP 500. Aceptaron cómo funciona el mundo de los negocios y no descartan que el upgrade se concrete en el futuro.

Claro que este año, en la realizació­n 24 del Argentina Open, las vedettes del acontecimi­ento (además de la presencia de Alcaraz) fueron las obras en distintos sectores del Buenos Aires Lawn Tennis Club. Remodelaci­ones de infraestru­ctura que el torneo estaba urgido por hacer no sólo para aspirar a un salto de jerarquía, sino para cumplir con los requisitos del tour. La mística del Baltc y la tradición del tenis en el país ya no eran suficiente­s para sostener el certamen; las instalacio­nes estaban descuidada­s. En julio pasado, el Baltc y Tennium firmaron un vínculo por diez años (hasta 2033). El acuerdo impulsó obras: un nuevo ingreso en el estadio y el espacio de jugadores, vestuarios, el anillo perimetral del court central, un nuevo salón VIP...

“Había peticiones de la ATP, y están subiendo los estándares: infraestru­ctura, servicio al jugador... Suben los costos por el trabajo dela ATP en marketing, redes, promoción. Todo eso lo financiamo­s los torneos”, afirma el belga Kristoff Puelinckx, de Tennium.

¿Cuánto cuesta hacer un torneo como el ATP porteño? “Tres o cuatro millones de dólares por año. ¿Y cuánto invertimos en la obra? Eso es otra cosa. Nos costó un millón de dólares. ¿Y en traer jugadores? Es otra cifra. De capital total, la empresa ya ha movilizado, diría, cerca de 30 millones de dólares”, estima Hughes. Según versiones, la garantía que recibió Alcaraz para actuar en Buenos Aires fue de US$ 900.000. Este año, a diferencia del último, el torneo no contó con el patrocinio del Estado (lo había tenido con la campaña Visit Argentina, del Ministerio de Turismo y Deportes). Sí sumó un naming sponsor: IEB+ (Invertir En Bolsa), del Grupo IEB (por dos años).

“Éste es un torneo que genera dinero”, indica Puelinckx. Sin embargo, asevera: “Este año tuvimos la falta de apoyo del gobierno y fue un problema. Los deportes grandes tienen que ser apoyados por los gobiernos, son eventos de interés público. Esta semana abres cualquier sitio web o newsletter y sale Buenos Aires. ¿Por qué? Porque jugó Alcaraz. Y porque el deporte le da buena imagen al país. Es mucha publicidad”.

Hughes, nacido en Montevideo y presidente de la Asociación Uruguaya de Tenis, profundiza: “Cuando va a haber elecciones en un país, el gobierno que está congela su presupuest­o. Nos congelaron, nos dijeron que no podían compromete­rse a apoyar y que habláramos cuando se definiera. El Gobierno de la Ciudad, más o menos se mantuvo. Pero lo que hizo el gobierno nacional, como es sabido, nos duele y nos pega, aunque no lo hizo por algo coyuntural. En su momento volveremos a hablar, entenderán el valor, pero hoy lo que dijo el presidente [Javier Milei] fue «no hay plata». No para nosotros solos, sino para nadie. La Ciudad nos dio una ayuda económica simbólica, nos dio el espacio en la calle para ampliarnos por estos días y los permisos para que las cosas fluyeran, pero no somos un torneo cuyas finanzas están basadas en el apoyo de la Ciudad, claramente”. Una curiosidad: Karina Milei, secretaria General de la Presidenci­a y hermana del presidente, estuvo el sábado mirando la semifinal entre Alcaraz y Nicolás Jarry.

Una parte del público se quejó de los precios de las entradas, considerán­dolas caras. Los propietari­os del torneo explicaron que hubo un efecto de manta corta. “A los jugadores top no puedo pagarles en pesos”, expresa Puelinckx. “Bajamos de nivel, para que los precios estén bajos, o no, mantenemos el nivel premium y el precio será igual. Algunos precios fueron altos, pero ha habido días y sillas accesibles. El jugador es caro. Y la contribuci­ón a la ATP hace subir el presupuest­o, y a ella le da igual si está en Alemania o en Argentina. Yo pago lo mismo en Amberes que en Buenos Aires. Los precios puestos por la ATP van subiendo en forma bastante agresiva y nadie dice: «Bueno, como están mal en la Argentina, que paguen la mitad». No, no, no. Y es todo en dólares. No había otra manera”.

Puelinckx impacta: “Cuando ven que invertimos un millón de dólares aquí, nos llaman «locos», tal como se percibe que está el país”. Y aclara: “Creemos en Argentina. El deporte aquí es increíble. Tenemos otros torneos (Barcelona, Amberes), pero éste es especial, la gente es especial. Seguimos apostando porque los negocios funcionan y es una apuesta a largo plazo”. En la semana, el ejecutivo belga recibió a Herwig Straka, miembro del Board de la ATP y representa­nte de los torneos de Europa. “Antes de irse me dijo: «Me sorprendió el torneo. Está mejor que muchos 250 en el mundo. No tiene nada que envidiarle­s a los mejores de Europa». Fue un buen cumplido”.

El mapa del circuito va moviéndose y la ATP muestra una intención de reducir la cantidad de torneos 250, como el de Buenos Aires. Es casi un hecho que el año próximo ya no se jugará el Córdoba Open, y Santiago de Chile, que cierra la gira sudamerica­na de cuatro estaciones, también estaría tambaleand­o. “Para los que se queden, el mapa será positivo, habrá más oxígeno, pero nos pone presión para seguir estando arriba”, dice Puelinckx. “Nuestra propuesta para fortalecer la gira con dos torneos 500 [Buenos Aires y Río] tuvo apoyo entre los jugadores y algunos miembros de la ATP. No es buena noticia que saquen torneos de Sudamérica, porque queremos una gira potente. Hay que seguir peleando para que el tenis se potencie en la región. Hay mercado, la gente juega al tenis más que en otros países”.

Para el ATP porteño, haber contado con Alcaraz durante dos años seguidos fue una bendición. El español jugó en Río en 2020, 22 y 23, también lo protagoniz­ará este año y se cree que regresará en 2025, con lo cual habrá una opción de que vuelva aquí. Pero más allá de esa chance, el Argentina Open ya piensa en otros nombres. “Siempre hablamos desde lo más temprano posible con los jugadores, buscando el mejor producto. Cuando estaba Nadal, hablábamos de él, y después pensábamos en el número 2, el 3... El foco seguirá igual”, dice Hughes. “Siempre intentarem­os traer a un top-top, como Carlos. Llegará un año en el que no vendrá”, reconoce Puelinckx. Y confía: “Pero si un año no viene, seguiremos teniendo un muy buen torneo. Eso, seguro”.ß

 ?? Manuel cortina ?? Carlos Alcaraz, la cara del torneo en los dos últimos años
Manuel cortina Carlos Alcaraz, la cara del torneo en los dos últimos años

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