La ofensiva israelí en Gaza le pasa factura a Biden en un estado clave
El presidente enfrentaba la posibilidad de un fuerte voto protesta por su respaldo a Tel Aviv y en reclamo de una tregua; Trump se imponía entre los republicanos, pero no doblegaba a Nikki Haley
WASHINGTON.– Hasta ahora, el ciclo de elecciones primarias en Estados Unidos había transcurrido ampliamente como se preveía. Donald Trump se encamina a ser el candidato presidencial del Partido Republicano tras ganar con comodidad en los primeros estados que votaron, mientras el presidente Joe Biden avanza en busca de su reelección, sin grandes altibajos.
Pero ese panorama chocó, ayer, con la primaria de Michigan, una elección de alto impacto político en la cual el exmandatario y, sobre todo, el presidente norteamericano quedaron desnudos frente a sus desafíos.
La primaria de Michigan ofreció un primer termómetro del humor del electorado en un estado clave para las elecciones generales del 5 de noviembre. Michigan es uno de los estados “pendulares” del Rust Belt, el “Cinturón del Óxido” donde Trump construyó su meteórico ascenso a la Casa Blanca hace ocho años. Biden ganó el estado en la elección de 2020 por más de 150.000 votos, una de sus victorias más amplias en el grupo de estados que definió la elección.
Este año, Michigan ofrecía un desafío singular para Biden. El estado tiene una alta población árabe, y Dearborn, un suburbio de Detroit, mostró las protestas a favor de los palestinos más multitudinarias que se han visto desde que comenzó la guerra en la Franja de Gaza entre Israel y Hamas.
Rashida Tlaib, oriunda de Michigan y la única congresista palestinonorteamericana del Congreso, y una de las voces más críticas de la política exterior de Biden en el Partido Demócrata, lideró una coalición de líderes árabes en el estado que llamaron a votar “no comprometido” en la primaria para marcar el rechazo al respaldo de la administración demócrata a Israel.
Y los primeros resultados mostraban el éxito de esa campaña. El voto protesta, o “no comprometido”, superaba el 15% en la primaria demócrata, según los primeros datos, y, con un segundo lugar, detrás del mandatario, dejaba al descubierto la pérdida de respaldo que ha sufrido Biden debido a la guerra en la Franja de Gaza.
“Hoy me sentí orgullosa de entrar, sacar una boleta demócrata y votar ‘no comprometido’. Debemos proteger nuestra democracia. Debemos asegurarnos de que nuestro gobierno se centre en nosotros, en el pueblo”, dijo Tlaib en un video compartido por la campaña “Listen to Michigan”, en el que convocó al voto de protesta.
“Cuando el 74% de los demócratas en Michigan apoyan un alto el fuego, pero Biden no nos escucha, esta es la forma en que podemos usar nuestra democracia para decir ‘escuchen’. Escuchen a Michigan”, agregó.
La gobernadora demócrata de Michigan, Gretchen Whitmer, una aliada de Biden que en su momento llegó a ser considerada como una posible candidata a vicepresidenta, ya había anticipado que esperaba un voto protesta “considerable” en contra del mandatario.
“Creo que habrá una cantidad considerable de votos a favor del ‘no comprometido’”, dijo Whitmer. “Creo que toda persona tiene derecho a expresar su opinión sobre lo que es importante para ella”, agregó.
Cese al fuego
Un día antes de la votación, Biden adelantó ante una pregunta de la prensa mientras visitaba una heladería en Nueva York que pronto podría haber un cese al fuego en la Franja de Gaza, un reclamo que la comunidad árabe y quienes respaldan a los palestinos han llevado a las protestas –en las que se suele a acusar a Biden de “genocida”– desde el primer día del conflicto.
El proyecto de acuerdo ha sido mediado por Egipto, Qatar, Estados Unidos, Francia y otros actores, que buscan un alto el fuego de seis semanas y la liberación de rehenes israelíes retenidos en Gaza. El acuerdo también podría incluir la liberación de cientos de palestinos detenidos en cárceles israelíes.
La Casa Blanca trabaja intensamente en las negociaciones y mantiene latente la posibilidad de alcanzar un alto al fuego de hasta seis semanas, dijo John Kirby, asesor de Biden a cargo de las comunicaciones estratégicas en política exterior.
“Lo que esperamos hacer es conseguir una pausa prolongada en la lucha. Yo mismo lo acabo de llamar cese del fuego temporal. Eso permitiría varias semanas, esperemos que hasta seis, en las que no habrá combates para que podamos sacar a todos los rehenes. Aumentar el flujo de asistencia humanitaria con justicia para que no haya más víctimas civiles y no haya más daños a la infraestructura civil”, indicó Kirby.
La interna republicana
El desenlace de la interna del Partido Republicano está descontado: Trump volverá a ganar. Las encuestas le dan una enorme ventaja de más de 50 puntos respecto de su única rival en la interna, su exembajadora ante las Naciones Unidas y exgobernadora de Carolina del Sur Nikki Haley.
Para Trump, el desafío era conseguir una ventaja tan arrolladora que le diera un empujón a Haley para desistir de continuar con su campaña. Pero Trump volvía a mostrar su flanco débil: Haley obtenía más de un 30% de los votos en la interna republicana, según los primeros datos oficiales, exponiendo una vez más la falta de respaldo a Trump en un rincón del electorado republicano.
Haley prometió que seguirá hasta al menos el próximo martes, cuando se celebre el llamado “supermartes”, la cita más importante del calendario de primarias norteamericanas, en la que van a las urnas la mayor cantidad de estados.
Trump está ansioso por ser ungido como el candidato presidencial de los republicanos para enfocarse en la campaña hacia la elección presidencial y dirigir todo su arsenal de recursos contra Biden.
Pero Haley se mantiene en carrera apoyada en un cálculo: mostrar que Trump está lejos de aglutinar el respaldo de todo el electorado republicano y es un candidato relativamente más débil que ella de cara al duelo contra Biden, y esperar a que avance la saga judicial de Trump, que los abogados del magnate intentan atrasar todo lo posible.ß