Los negocios en dólares en el automovilismo del amigo de Fernández
Héctor Martínez Sosa, el bróker de seguros investigado por los contratos durante el gobierno kirchnerista, fue sponsor de un corredor del Indycar; el flujo de recursos desde el Estado
Las decenas de millones en comisiones a partir de la intermediación de seguros en el Estado le aportaron la liquidez financiera necesaria al productor de seguros Héctor Martínez Sosa, amigo de Alberto Fernández y esposo de su secretaria de 30 años, para darse varios gustos. Uno de ellos, llegar a ser uno de los auspiciantes de un auto del Indycar, la principal categoría de autos de Estados Unidos y una de las más televisadas del planeta. El logo de su aseguradora fue estampado en los laterales del auto negro y verde del corredor argentino Agustín Canapino, que disputó 14 carreras de la temporada pasada. De hecho, en el evento más importante de la categoría, las 500 millas de Indianápolis, el deportista participó con un auto con los colores de la bandera argentina y el logo de Martínez Sosa. Era uno de los más visibles del vehículo en la mítica carrera, donde los auspicios cotizan en miles de dólares.
Canapino dejó la Argentina el año pasado para dedicarse al automovilismo en Estados Unidos. Firmó un acuerdo con el equipo de otro compatriota y expiloto, Ricardo Juncos, que junto con un socio fundaron Juncos Hollinger Racing.
Según fuentes conocedoras del acuerdo entre ambas partes, el contrato era escaso para Canapino y, por ello, se le otorgaron además dos lugares para publicidad propia en su ropa y vehículo, a fin de que pueda utilizarlos para financiar su vida en Estados Unidos. Canapino le cedió uno de esos lugares a Martínez Sosa y el otro al Grupo Prieto. Es decir que, de acuerdo con lo que pudo saber la nacion, el equipo Juncos Hollinger no era el que recibía el dinero de estos auspicios.
La relación entre el piloto y el productor de seguros no es reciente. En una conferencia de prensa realizada en 2021, Martínez Sosa dijo conocer a Canapino desde que tenía 19 años (ahora tiene 34) y acompañarlo con su empresa desde hace 13. “Foto con Héctor Martínez Sosa, a quien le estaré toda mi vida agradecido, confiando en mí desde el 2009 y la persona que me ayudó en todo desde que perdí a mi viejo”, publicó en sus redes sociales Canapino hace dos años.
Martínez Sosa era sponsor, hace más de 10 años, de un equipo de la categoría Top Race llamado Sport Team, que contrata a Agustín Canapino cuando era muy joven. Fuentes conocedoras del vínculo explican que la buena relación que construyeron generó que se convirtiera prácticamente en su mánager.
Cuando, en 2019, Canapino salió tercero en Termas de Río Hondo, se dio una anécdota particular. Debido a un problema durante la carrera, después de la entrega de premios se decidió que una serie de puntos iban para otro corredor, Mariano Altuna, por lo que la copa que había recibido debía ser cedida. El problema surgió cuando Martínez Sosa, que tenía el trofeo en su mano, se negó a devolverlo.
La publicidad en el automovilismo carga con la sospecha de sobrefacturación para reducir pago de impuestos o bien para blanquear dinero en el exterior, según reconocen conocedores del mercado. Canapino tiene una sociedad constituida en la Argentina que tiene como objeto principal la comercialización de tiempo y espacio publicitarios. En enero del año pasado, cuando se mudó a Estados Unidos, tuvo un pico en movimientos crediticios que alcanzaron los $2,5 millones, pero en agosto de 2023 declinaron sustancialmente, por debajo de los $500.000. En octubre y noviembre prácticamente no hubo actividad.
Aquella incursión criolla en la categoría de autos de carrera más importante de Estados Unidos fue financiada, enteramente, con dólares argentinos, que se pagaban al cambio oficial. Los auspicios que lubricaron el equipo –que, hay que decirlo, tuvo resultados deportivos por encima de lo esperado– fueron todos cercanos al poder kirchnerista.
En mayo del año pasado, mientras la Argentina negociaba dólar por dólar con el Fondo Monetario Internacional, se conoció otro de los aportes que llegaban al equipo del piloto. “Visit Argentina”, una marca desarrollada por la entonces Secretaría de Turismo, aparecía siempre estampada en el buzo del piloto, así como también en el auto negro y verde. la nacion pudo confirmar que no solamente invirtió en la publicidad de Canapino, sino también en la otros pilotos de Juncos Hollinger, como Callum Illot, de origen inglés.
El pago se hizo público mediante la decisión administrativa 356, del 2 de mayo del año pasado y que lleva la firma de los entonces jefe de Gabinete, Agustín Rossi, y ministro de Economía, Sergio Massa.
“Es menester modificar el presupuesto del Instituto Nacional de Promoción Turística (Improtur), ente del Sector Público Nacional actuante en el ámbito del Ministerio de Turismo y Deportes, incrementando los gastos corrientes en compensación con las aplicaciones financieras para la atención de acciones promocionales correspondientes al Campeonato de Indycar 2023”, se leía en uno de los considerandos de la norma. “El monto de las acciones de promoción es de US$93.750 dólares por carrera. Por el momento se ejecutaron cuatro carreras. La televisación del Indycar alcanza a 142 países, a través de 32 cadenas televisivas internacionales de África, Medio Oriente, Asia, Australia, Nueva Zelanda, Canadá, Europa, América del Sur, América Central, Caribe y Estados Unidos”, informaron entonces en el ministerio.
Cuando salió aquella autorización del pago, el equipo Juncos Hollinger, cuyo titular es el argentino Ricardo Juncos, aún no había recibido ninguno de los pagos. Posteriormente llegaron varios, pero al día de hoy, no se terminaron de cancelar y aún existe una deuda del Estado con los dueños del auto del Indycar. Eran épocas de cepo cambiario y enormes restricciones para todo el comercio y la industria para acceder a los dólares.
Entre tanto, el juez federal Julián Ercolini ordenó ayer obtener los registros migratorios de Fernández, su secretaria María Cantero, y otros imputados del caso en el que se investigan irregularidades en la contratación de seguros de dependencias estatales. ß