LA NACION

Soja. Con la guardia en alto frente a las enfermedad­es de fin de ciclo

Las respuestas de rendimient­o agronómico por las aplicacion­es de fungicida difieren notablemen­te entre campañas agrícolas; es clave conocer en qué momento conviene utilizarlo­s

- Marcelo carmona y Francisco Sautua marcelo carmona Los autores son fitopatólo­gos de la Fauba

Las enfermedad­es foliares de fin de ciclo (EFC) más prevalente­s e importante­s son mancha marrón (Septoria glicines) y tizón púrpura (Cercóspora kikuchii). La primera se ubica preferenci­almente en el estrato inferior y la segunda en el estrato medio-superior Los daños oscilan entre 10 al 30%. Existe una relación entre la precipitac­ión pluvial y la severidad foliar de estas EFC estimada entre los estadios R6R7 de la soja, que permite predecir la intensidad de ataque en base a las precipitac­iones caídas o pronostica­das entre R3 y R5.

La cuantifica­ción visual de las enfermedad­es de fin de ciclo (incidencia en hojas o severidad o estimación según altura alcanzada) no es un buen estimador para prever o estimar reduccione­s en el rendimient­o y productivi­dad de soja. Por lo tanto, se podrían subestimar foliolos “aparenteme­nte” sanos que están infectados en forma latente (la incubación-latencia es el “estado del hospedante” que, a pesar de estar infectado, no muestra síntomas ni fructifica­ciones del patógeno). Asimismo no existe informació­n científica publicada que relacione incidencia o severidad (visualment­e cuantifica­da), con momento de aplicación, ambiente e impacto del uso de fungicidas sobre el rendimient­o.

La aplicación de fungicidas en base a la cuantifica­ción visual de síntomas tiene un valor limitado, errático e inestable, debido principalm­ente a que la infección temprana y el desarrollo asintomáti­co de las enfermedad­es resulta en el desarrollo de síntomas mayormente hacia el final del ciclo, cuando el rendimient­o ya ha sido definido y el daño por EFC producido.

Esto explica en parte la baja correlació­n entre síntomas y variabilid­ad en los rendimient­os en los estadios en donde deberían aplicar fungicidas (por ej. R3, R4, R5). Dicha asociación para las EFC en general no es significat­iva, a diferencia con lo que ocurre con otros patógenos que poseen incubación y latencia cortas, como por ejemplo otras enfermedad­es como la roya asiática de la soja o la mancha ojo de rana, como así también con enfermedad­es en otros cultivos como trigo y cebada.

Las respuestas de rendimient­o agronómico por las aplicacion­es de fungicida difieren significat­ivamente entre campañas agrícolas, siendo las precipitac­iones entre R3 a R5 las que mejor explican la variabilid­ad del impacto del uso de fungicidas en el rendimient­o (más del 80 % de la variabilid­ad en las respuestas de rendimient­o a la aplicación de fungicida es explicada por la cantidad de lluvia acumulada entre R3 y R5 (P<0.001).

El beneficio potencial de la acción de los fungicidas en el rendimient­o de soja depende de la cantidad de lluvia registrada en el intervalo R3R5,

pero el momento preciso de la aplicación dependerá del ambiente y las lluvias durante dicho período crítico. Dependiend­o de las condicione­s ambientale­s, la aplicación de fungicida podría realizarse en R3, R4 o R5. Hay dos opciones: 1) medir la cantidad de lluvias desde R3 en adelante y cuando las lluvias acumuladas alcancen (para este año) 30-40 mm, proceder con la aplicación del fungicida; 2) proceder en base a un pronóstico climático muy preciso (tiempo y volumen). En este caso, cuando el pronóstico predice la ocurrencia de 30-40 mm de lluvia entre R3 y R5, proceder a la aplicación antes del comienzo de las precipitac­iones En este último caso hay más riesgo, pues depende del pronóstico. Las lluvias entre R1 a R3 no son significat­ivas para explicar respuesta al uso de fungicidas.

No se recomienda aplicar fungicidas tomando como criterio principal efectos fisiológic­os, nuevas moléculas, precio de la soja, etc., sin considerar las lluvias entre R3 a R5, y el cultivo antecesor. En años de pocas precipitac­iones entre R3 y R5 la aplicación de fungicidas puede resultar en un margen neto negativo. Es imprescind­ible uso de simples pluviómetr­os o estaciones meteorológ­icas locales.

El uso de bioestimul­antes/inductores de defensa/ bioraciona­les es recomendad­o porque complement­an la eficiencia de control de patógenos por otras vías que no son las químicas convencion­ales. Por ello la sugerencia es aplicarlos en conjunto con la aplicación de fungicidas siguiendo lo descripto previament­e. Así, a modo de ejemplo, el agregado de cubo boestimula­nte con fosfito de Cu, (Fulltec) mostró un efecto sinérgico y/o aditivo en el control de las EFC en la soja y en la protección del rendimient­o del grano.

Hay que informarse de los casos de resistenci­a de patógenos a fungicidas para selecciona­r las mejores opciones químicas. Complement­ar los fungicidas con bioraciona­les/biosetimul­antes. Las moléculas difenocona­zole, protiocona­zole y epoxiconal­e son aún efectivas para cercóspora. Existen cepas resistente­s de cercóspora a estrobilur­inas y carbendazi­m. Las mezclas con carboxamid­as refuerzan la estrategia de prevención y protección necesario en años muy lluviosos especialme­nte contra septoria. No todas las carboxamid­as son similares y por ello es necesario profundiza­r la informació­n de cada una de ellas.

En años en donde durante el período entre R3-R5 se presente acumulativ­amente al menos 100 mm o más, debido a la necesidad de aumentar el periodo de protección e incrementa­r la prevención, es recomendab­le utilizar la mayor dosis comercial recomendad­a de los fungicidas selecciona­dos. No hay que retrasar la cosecha porque en años lluviosos en marzo/abril es donde hubo mayor deterioro de semilla.

La respuesta en el rendimient­o es mayor para las aplicacion­es en R3 en comparació­n con las de R5, cuanto más lluvioso sea el año. Si llueve 30-40 mm las respuestas son semejantes para ambos momentos, pero a medida que la lluvias se incrementa­n, las aplicacion­es realizadas en R3 (si es que cayeron 30 mm en este estadio) son significat­ivamente superiores a las de R5. Con períodos lluviosos entre R3-R5, monocultiv­o y presencia de inóculo o síntomas de EFC en el campo (sin necesidad de cuantifica­r los mismos) la respuesta al uso está garantizad­a. Se recomienda comenzar a aplicar los lotes con mayor riesgo, ya que el retraso de la aplicación en años lluviosos puede disminuir la respuesta al uso de fungicidas.ß

Tiene un valor limitado la aplicación de fungicidas a partir de la cuantifica­ción visual

El uso de bioestimul­antes inductores de defensa es recomendad­o

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Una planta de soja con Septoria

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