Economía abierta La estabilidad chilena sigue seduciendo a los inversores argentinos
Las mayores oportunidades están en negocios de importación y en el área de servicios
Chile atrae a emprendedores argentinos principalmente por su economía abierta. Hay unos 70.000 residentes (la cifra cayó desde 2019), aunque la mayoría son trabajadores en relación de dependencia. El país, aun con sus vaivenes de los últimos años, presenta estabilidad macroeconómica, facilidad para la apertura de empresas y un régimen tributario especial para las pymes. Empresarios argentinos radicados coincidieron ante la nacion en que hay “oportunidades”, en especial en el segmento de servicios.
El cordobés Guillermo Blanco lleva 22 años en Santiago de Chile, es dueño de una importadora y distribuidora de accesorios para autos. Plantea que es clave hacer un estudio de mercado y un análisis de la zona para la que se piensa el emprendimiento. “Estamos bien vistos los argentinos que venimos a dar trabajo, como emprendedores somos apreciados, porque el chileno, por naturaleza, es más conservador, va más a lo seguro -dice-. Es conveniente invertir en un par de viajes, no largarse sin conocer y adaptarse al mercado local. No querer hacer lo mismo que en la Argentina, porque no necesariamente funciona”.
Insiste en que, al comienzo, hay que ser “muy austero” en los gastos, porque si no, los recursos no rinden y, además, hay que informarse de las facilidades que ofrece el país: “Se puede abrir una empresa en 24 horas, de manera digital y estar operando a la brevedad. Prochile tiene líneas muy interesantes para las startups y no hay trabas para girar o recibir divisas”. Su empresa, por ejemplo, importa piezas de China, Rusia y Brasil. Blanco apunta que los acuerdos comerciales que tiene el país son una ventaja para su actividad.
Desde Montt Group, su presidente Santiago Montt Vicuña apunta que atienden “muchos” casos de la Argentina que tienen como principal objetivo avanzar en el encadenamiento productivo y establecer una empresa para comercializar internacionalmente. Es decir, quieren abrir una empresa en Chile para que compre a la “madre argentina” y revenda al mercado mundial.
El experto en temas fiscales enfatiza que lo mejor para los interesados es usar el régimen Pro Pyme, que es para empresas no financieras con ingresos de menos de US$3,2 millones. Permite una tributación del 12,5% en vez del 27% del régimen general, una depreciación instantánea de los activos fijos que se compran (en el general hay tablas para hacerlo entre 5 y 10 años) y se tributa sobre ingresos recibidos y gastos efectuados. Es “muy atractivo por la morosidad existente por la recesión”, puntualiza.
Montt Vicuña dice que hay una “amplia libertad” de acceso al mercado de divisas, que el precio del dólar se fija por la oferta y la demanda y que es “bastante estable”. Además, enfatiza que Chile tiene varios convenios de doble imposición. En Latinoamérica, es el único junto con Venezuela que tiene uno con Estados Unidos, lo que implica un régimen comercialización de servicios sin retención en la fuente.
A su vez, ratifica que la formación de una sociedad es “muy rápida, en tres días está creada”. Sobre el acceso a financiamiento, apunta que es más complejo, porque los bancos revisan “garantías y flujos, hay que tener historial”.
Respecto de los trámites migratorios, desde la misma consultora, el abogado Mario Cassanello señala que la visa de residencia temporaria requiere de documentación muy simple, como el certificado de antecedentes penales. Sale en unos cuatro meses, dura dos años y no tiene exigencia de arraigo.
Costos y ventajas
Germán Zaporta trabaja en una multinacional de tecnología desde hace 12 años en Chile. Dejó la Argentina porque la inflación le “comía el sueldo”. “Era bueno, pero caía y veía a mis colegas en Chile con un mejor estatus de vida, y a eso se le sumó la inseguridad”. Zaporta sostiene que, aunque el estallido social de octubre de 2019 marcó cambios, sigue siendo un país “abierto a inversiones”. “No se modificaron políticas de Estado”.
Un profesional que recién arranca puede cobrar, en relación de dependencia, unos US$1000, aunque alquilar en una zona buena de la capital se puede llevar hasta US$700.
“Hay una brecha importante en los ingresos de quienes tienen títulos y quienes no”, señala Zaporta. En barrios más baratos, se puede conseguir un departamento chico por unos US$350 mensuales.
Con 15 años radicada en Chile, Fernanda Hasper tiene una empresa que ofrece servicios de limpieza y da trabajo a unas 300 personas. Define al país como “sumamente amigable” para emprender, con “normas muy claras para contratar lo que hace que la gente se anime”. Advierte que en la coyuntura hay más inestabilidad.
“Hace años era más fácil, hoy está más parecido a las economías con algo de inflación, es más complejo, pero se mantiene el incentivo de ayuda del Gobierno y de instituciones al emprendedor, a los proyectos semillas -añade-. Siempre hay que rendir cuentas y se priorizan iniciativas con upgrade social”.
Oficina Virtual Ofirent lleva 12 años funcionando en la comuna de Las Condes, la compañía es de Marcela Reynoso, que ahora está en proceso de franquiciar la marca. “Hay menos burocracia que en la Argentina. Todos los contratos son online. El sistema financiero es menos costoso. Nacionales o residentes tienen facilidades”, menciona.
En sus instalaciones recibe a compatriotas que operan en el país. Si no tienen rut de inversionista (permite abrir cuentas bancarias, registrar propiedades, abrir empresas), pueden contratar a un representante legal. “Eso facilita -indica Reynoso-, pero hay que tener en cuenta que se debe chequear bien, ya que es un riesgo puesto que quedan autorizados para muchas operaciones”. A su entender todavía el sector de la gastronomía ofrece posibilidades y todo lo relacionado a servicios de atención al cliente.ß