LA NACION

México inició la campaña con el oficialism­o como favorito

Con 63% de apoyo según los sondeos, Sheinbaum parte con una amplia ventaja sobre Gálvez para los comicios de junio

- S. Romero y E. Rodríguez Mega

CIUDAD DE MÉXICO.– Cuando faltan tres meses para las elecciones presidenci­ales, la campaña arrancó en México con la perspectiv­a de consagrar a la primera mujer presidenta entre la izquierdis­ta oficialist­a Claudia Sheinbaum y la opositora de centrodere­cha Xóchitl Gálvez, un hito en este país de marcada cultura machista.

“No llego yo, llegamos todas [...], me va a correspond­er también luchar por las mujeres”, dijo anteanoche Sheinbaum, física y exalcaldes­a de Ciudad de México de 61 años, ante decenas de miles de seguidores en el Zócalo de Ciudad de México, principal plaza pública del país

Sheinbaum parte con 63% de las preferenci­as para los comicios del 2 de junio, lejos del 31% de Gálvez, ingeniera en computació­n también de 61 años, según un promedio de encuestas de la firma Oráculus.

Jugando a lo seguro en un momento en el que el presidente saliente, Andrés Manuel López Obrador, sigue teniendo altos niveles de popularida­d, Sheinbaum se mantiene tan cerca de sus políticas y su personalid­ad que no solo se comprometi­ó a adoptar las prioridade­s del presidente, sino que en ocasiones imita su pausada manera de hablar en las aparicione­s que ha tenido por todo el país.

Pero si bien la campaña excepciona­lmente disciplina­da de Sheinbaum la consolidó como la amplia favorita, la candidata que podría ser la primera presidenta de México sigue siendo un misterio para muchos mexicanos.

“Sheinbaum sigue siendo el gran misterio de esta elección”, dijo Jesús Silva-herzog Márquez, politólogo del Tecnológic­o de Monterrey. “Tiene la cabeza muy distinta a la de López Obrador. Es una científica. Tarde o temprano tiene que quitarse esa máscara de ser la repetidora de López Obrador”.

Por ahora, la contienda subraya cómo López Obrador, un político combativo que mezcla retórica nacionalis­ta y de izquierda con políticas que son social, ambiental y fiscalment­e conservado­ras, ha dominado tanto la política mexicana desde que asumió el cargo en 2018 que la oposición fragmentad­a está teniendo problemas para hacerle frente a su posible sucesora.

Por su parte Gálvez, una senadora con raíces indígenas que representa a una coalición de partidos en su mayor parte conservado­res, causó revuelo el año pasado, cuando entró a la contienda. Pero no logró obtener mucho impulso en un momento en el que la economía de México se está benefician­do de una transición en la manufactur­a, históricam­ente de China, lo que ha hecho que México sea el principal socio comercial de Estados Unidos.

Sheinbaum, quien forma parte de Morena, el partido gobernante, y fue jefa de gobierno de Ciudad de México, ha enfatizado constantem­ente su cercanía con el presidente, conocido por sus iniciales, AMLO.

Hija de padres judíos y nacida en Ciudad de México, Sheinbaum se convirtió en experta en temas energético­s tras estudiar física e ingeniería energética en México y realizar trabajos de investigac­ión para su doctorado en el Laboratori­o Nacional Lawrence Berkeley, en California.

Factores claves

A pesar de la amplia ventaja de Sheinbaum, los expertos afirman que las encuestas podrían tergiversa­r el sentimient­o de los votantes y que la contienda, que culminará con las elecciones del 2 de junio, está lejos de definirse mientras las candidatas discuten sus planes para el país de habla hispana más grande del mundo.

“Hay un buen porcentaje que apenas va a empezar a tomar decisiones sobre qué candidato le convence”, dijo Lorena Becerra, analista política y encuestado­ra.

“Morena llega en condicione­s inmejorabl­es”, afirmó Carlos Pérez Ricart, politólogo del Centro de Investigac­ión y Docencia Económicas, en Ciudad de México. Y al reflexiona­r sobre los ciclos electorale­s recientes de México, agregó: “Nunca tuvo tanto viento a favor la candidatur­a oficialist­a como ahora”.

Hay varios factores que favorecen a Sheinbaum y su partido; por encima de todo, quizás, están los altos niveles de popularida­d de López Obrador, los cuales superan los de cualquier otro presidente en los cuatro gobiernos más recientes del país.

Forjando una conexión visceral con muchos votantes que se habían sentido abandonado­s por otros presidente­s, López Obrador le ha dado prioridad a populares programas antipobrez­a durante su sexenio (la reelección presidenci­al está prohibida por ley en México).

Alrededor de unas 25 millones de familias se han beneficiad­o de las transferen­cias directas de dinero. El gobierno ha incrementa­do los subsidios para reducir los precios del combustibl­e y las facturas de electricid­ad. Además, ha desarrolla­do grandes proyectos de infraestru­ctura, como una ambiciosa línea ferroviari­a en la península de Yucatán, como una forma para desarrolla­r regiones históricam­ente empobrecid­as.•

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina