Biden y Trump ganan el “supermartes” y sus campañas ya apuntan a noviembre
Las claves de unas primarias definitorias La cita electoral más importante del calendario de las internas de Estados Unidos despejó el camino de los históricos dirigentes, que volverán a enfrentarse tras la victoria del demócrata en 2020
WASHINGTON.– El “supermartes” cumplió su cometido: zanjó la incógnita central de las elecciones primarias en Estados Unidos. El presidente Joe Biden y Donald Trump volverán a disputar la presidencia, tal como ocurrió hace cuatro años. Pero la cita más importante del calendario electoral norteamericano antes de las elecciones generales del 5 de noviembre dejó otros indicios.
1 La revancha de 2020
El “supermartes” terminó por demoler todas las especulaciones: salvo algún imprevisto, Biden y Trump volverán a competir por la Casa Blanca.
Trump volvió a destruir todos los desafíos a su liderazgo en el Partido Republicano. Una vez más, se enfrentó a más de una docena de rivales y les ganó a todos. Nikki Haley, la última candidata en pie, apenas se quedó con un estado: Vermont, un bastión demócrata, y en la mañana de ayer se bajó de la carrera (ver aparte). Ni la grieta en el Partido Republicano, ni el asalto al Congreso del 6 de enero de 2021, ni los 91 cargos penales que enfrenta hicieron mella en su popularidad.
Biden tiene las encuestas en contra, su salud es un lastre político y una abrumadora mayoría de los norteamericanos creen que el país va en el rumbo equivocado. Los demócratas no hacen ningún esfuerzo por esconder su ansiedad, y las confabulaciones tocaron lo irrisorio al imaginar, incluso, una candidatura de Michelle Obama. A los 81 años, Biden se prepara para encarar su última campaña, sin ninguna intención de dar un paso al costado.
2 La vejez de los candidatos La crisis en la frontera y la economía son los principales temas de la campaña. Pero hay otro asunto que ha ganado espacio en el debate político: Estados Unidos se encamina a elegir entre los dos candidatos más viejos de su historia, un hecho inédito en las elecciones presidenciales y un testimonio de la gerontocracia norteamericana.
La última vez que la vejez de un candidato fue un tema de discusión fue en 1984, cuando Ronald Reagan buscó su reelección. Reagan dejó una broma para los anales de esa campaña: “No haré de la edad un tema de esta campaña. No voy a explotar con fines políticos la juventud y la inexperiencia de mi oponente”. Este año, la vejez de los candidatos será un tema ineludible. Tanto Biden como Trump han tenido deslices y confusiones públicas, y ambos estarán bajo la lupa, aunque la vejez ciertamente parece ser un lastre mucho más pesado para Biden que para Trump, según sugieren las encuestas.
3 ¿MAGA es suficiente? Trump y su anillo de confianza han comenzado a ofrecer un nuevo mensaje últimamente: quiere un Partido Republicano trumpista, que adhiera de punta a punta al movimiento Make America Great Again. Trump dijo en un reciente discurso que su movimiento “representa al 96 por ciento, y tal vez al 100 por ciento” de los republicanos, rechazando las afirmaciones de que una fracción importante del partido no lo respalda. Trump les puso nombre a los moderados: apuntó al senador por Utah Mitt Romney, candidato presidencial en 2012. “Nos estamos deshaciendo de los Romneys del mundo”, dijo el magnate.
Pero ¿le alcanza a Trump con su movimiento para ganar la presidencia? La lectura convencional es que Trump y el Partido Republicano perdieron las últimas tres elecciones presidenciales o legislativas –2018, 2020 y 2022– justamente porque no han logrado conquistar al electorado moderado e independiente. “El alto mando del equipo de Trump debería preocuparse por unificar al Partido Republicano”, alertó Karl Rove, estratega del expresidente George W. Bush, a sabiendas del costo que la grieta interna puede acarrear.
4 Biden va por otro 2020 Biden y su campaña parecen tener el libreto listo: intentarán por todos los medios recordarle al país el enorme trauma que generó, para una porción, la presidencia de Trump. Basta, por caso, con leer la primera línea del mensaje que difundió su campaña al cierre de la votación: “Los resultados de esta noche dejan al pueblo estadounidense una opción clara: ¿vamos a seguir avanzando o permitiremos que Donald Trump nos arrastre hacia atrás, hacia el caos, la división y la oscuridad que definieron su mandato?”, dijo Biden.
El problema para Biden es que 2024 no es 2020, y la estrategia de convertir la elección en un referéndum sobre Trump, y no sobre su propia presidencia, puede chocar con la realidad. Hoy, Biden es más impopular que Trump, y los norteamericanos parecen mirar la presidencia del magnate con mejores ojos en el espejo retrovisor.
Biden y su equipo confían en que, al final, la coalición demócrata saldrá a votar para evitar el regreso de Trump, tal como lo hizo en 2020, y dejará en su casa sus preocupaciones por su vejez, su malestar por la inflación y la economía o su disconformidad por la guerra en Gaza. Y creen que Trump no podrá expandir su respaldo más allá de su leal base de votantes. Por las dudas, su campaña difundió algunos resultados de las primarias de este año de los estados donde Biden logró un mayor respaldo que Barack Obama en 2012, una señal de la confianza en el equipo del mandatario.
5 Una extensa campaña
En 2016, Trump fue ungido “presunto candidato” a principios de mayo, y Hillary Clinton, a principios de junio. En 2020, Biden logró quedarse con la candidatura a principios de abril, en medio de la pandemia, cuando Bernie Sanders puso punto final a su segunda campaña presidencial.
Este año, la primaria presidencial terminó bastante más rápido de lo habitual, y el camino hasta la elección general de noviembre será inusualmente largo: ocho meses completos de campaña presidencial.
La estrategia de demolición que han comenzado a desplegar Biden y Trump promete poner a prueba la resiliencia del electorado norteamericano para masticar y digerir lo que se avizora como una de las campañas más negativas de la historia moderna de Estados Unidos.ß