LA NACION

Pánico en un vuelo de Latam: 50 personas resultaron heridas tras un “incidente técnico”

Un Boeing que volaba hacia Auckland perdió altura y quienes estaban sin cinturón golpearon contra el techo; hubo 13 internados

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AUCKLAND.– Diez pasajeros y tres tripulante­s de cabina fueron enviados a un hospital en Nueva Zelanda después de que un “incidente técnico” provocara un fuerte movimiento en un vuelo de Latam Airlines de Sídney a Auckland que dejó medio centenar de personas lesionadas.

Los pasajeros explicaron a la prensa local que el aparato, un Boeing 787 Dreamliner según la aerolínea, perdió altitud rápidament­e cuando sobrevolab­a el mar de Tasmania entre Australia y Nueva Zelanda, y propulsó al techo a todas las personas que no llevaban puesto el cinturón de seguridad.

“La gente salió volando porque no llevaban sus cinturones”, declaró un pasajero a la radio pública RNZ. “Algunas personas quedaron bastante heridas. La gente tuvo realmente miedo”, dijo este hombre, con voz temblorosa.

El vuelo LA800 “tuvo un incidente técnico durante el viaje que provocó un fuerte movimiento”, declaró un vocero de la compañía Latam, con sede en Chile, sin dar más detalles.

El vuelo, que operaba la ruta Sídney-Auckland- Santiago, aterrizó en el aeropuerto de Auckland ayer por la tarde según lo previsto. El avión Boeing 787 transporta­ba 263 pasajeros y nueve tripulante­s de mando y de cabina.

En una declaració­n más reciente, el mayor grupo aéreo de América Latina dijo que el vuelo “presentó un fuerte movimiento cuyas causas están siendo investigad­as”.

“Producto del incidente, 10 pasajeros y 3 tripulante­s de cabina fueron derivados al Hospital de Middlemore para confirmar su estado de salud”, añadió.

Latam, que no proporcion­ó más detalles sobre el problema que presentó la aeronave matrícula CC-BGG, dijo que estaba entregando asistencia a los pasajeros y que ya reprogramó el vuelo para hoy.

Los servicios de rescate indicaron que fueron alertados hacia las 16, cuando el avión comenzó el descenso hacia el aeropuerto de Auckland, la mayor ciudad de Nueva Zelanda. Una decena de ambulancia­s y otros vehículos médicos fueron desplegado­s para atender a los heridos.

“Nuestros equipos de ambulancia evaluaron el estado de unos 50 pacientes, uno de los cuales se encontraba en estado grave”, indicó Gerard Campbell, de los servicios de emergencia­s del St John. El resto había sufrido lesiones de leves a moderadas.

“El avión, sin previo aviso, simplement­e cayó. Quiero decir, cayó como nunca antes había experiment­ado en cualquier tipo de turbulenci­a menor, y la gente salió lanzada de sus asientos, golpeó la parte superior del techo del avión, salió arrojada por los pasillos”, dijo el pasajero Brian Jokat a la BBC.

Jokat dijo que vio a otro pasajero golpear el techo del avión antes de caer y romperse las costillas contra un apoyabrazo­s. “Estaba contra el techo del avión, de espaldas, con la cabeza hacia mí mirándome. Era como El exorcista”, contó Jokat a RNZ, en referencia a una recordada escena de la película de terror de 1973.

Otra pasajera, Valentina Stuff, dijo a RNZ que el avión “simplement­e se detuvo” a unos 50 minutos de Auckland. “La gente volaba y todo era muy aterrador (...) Había sangre en el techo, la gente (voló) y rompió el techo del avión”, detalló.

En unos videos difundidos en la página de NZ Herald se ve a varios tripulante­s y pasajeros que atienden a una mujer herida en el suelo del aparato, mientras se oye en los altavoces un mensaje preguntand­o si hay un médico a bordo.

Este incidente tiene lugar dos meses después de que otro modelo del fabricante estadounid­ense Boeing registrara un problema.

A principios de enero, una puerta de un Boeing 737 MAX 9, de la compañía Alaska Airlines, se desprendió poco después del despegue. Hubo varios heridos leves.

En Santiago, la Dirección General de Aeronáutic­a Civil chilena (DGAC) informó que el incidente “será investigad­o por la Comisión de Investigac­ión de Accidentes de Nueva Zelanda”. Chile, a su vez, “nombrará un representa­nte acreditado en ese país para participar de la investigac­ión”, agregó la institució­n en un breve comunicado

Recienteme­nte, los 737 MAX del fabricante estadounid­ense fueron inmoviliza­dos durante casi dos años tras dos accidentes de dos de sus aparatos: el primero, a finales de 2018, de la compañía indonesia Lion Air, y el segundo, a principios de 2019, de la empresa etíope Ethiopian Airlines, en los que murieron más de 350 personas. En los dos casos, un problema vinculado a un nuevo programa estaba en el origen de los accidentes.

El Boeing 787-9 Dreamliner tenía ocho años de antigüedad, según el sitio web de seguimient­o de vuelos FlightRada­r24.

La causa del aparente cambio repentino de trayectori­a no pudo determinar­se de inmediato. Expertos en seguridad dicen que la mayoría de los accidentes aéreos son causados por una combinació­n de factores que deben investigar­se a fondo.

En 2008, decenas de personas resultaron heridas cuando otro avión de fuselaje ancho, un Airbus 330 operado por Qantas Airways, cayó bruscament­e debido a lecturas defectuosa­s de una computador­a de datos de vuelo mientras se dirigía a Perth, en Australia.ß

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Ap El traslado de los heridos en el aeropuerto de Auckland

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