LA NACION

Los caballos que valen fortunas, la verdadera pasión de los Lijo

La familia del juez federal, a quien Milei quiere designar en la Corte, es dueña de un haras y dos studs de carrera; pagaron en EE.UU. 2 millones de dólares por un padrillo

- Hugo Alconada Mon archivo

La entrada es coqueta y visible desde la ruta 2. Apenas pasando Dolores, sobre la mano derecha, tres palabras pregonan el sueño hecho realidad de la familia Lijo. La Generación. Haras, anuncian sobre uno de los paredones que enmarcan la entrada. Una verja metálica, dos faroles y un par de palmeras completan el recibimien­to. Al fondo, se vislumbran las instalacio­nes donde pastan millones de dólares.

Son 45 hectáreas. Alfredo Lijo las compró en 2013. Conforman un predio triangular, junto al hipódromo de Dolores y el Golf Club. Buenas tierras, cuentan los locales. Pero ninguno de los miembros del Consejo de la Magistratu­ra lo visitó antes de cerrar la investigac­ión por presunto enriquecim­iento ilícito del juez federal Ariel Lijo, el candidato del presidente Javier Milei para ocupar una vacante en la Corte Suprema de Justicia.

En los papeles, Alfredo es el dueño del haras, aunque los baqueanos acumulan anécdotas de su hermano Ariel recorriend­o las instalacio­nes, durmiendo allí y dando órdenes, como sostuvo la exesposa de Freddy, Carla Lago, cuando declaró ante el Consejo de la Magistratu­ra. “Creería que sí”, replicó, cuando le preguntaro­n si el magistrado podía estar vinculado al haras, según consta en la transcripc­ión de su declaració­n que obtuvo la nacion.

–¿Podría explicarno­s por qué cree que sí –le preguntó el presidente de la comisión.

–Porque hace muchos años que se dedican a criar [caballos de carrera] y porque iban muy seguido al campo y compartían gastos –replicó.

El turf es pasión familiar para los Lijo. Comenzó con el padre de Ariel y de Freddy, Oscar Manuel, “burrero” de alma, cuentan veteranos del Hipódromo de La Plata, donde los Lijo entablaron vínculo con Isidoro San Millán, legendario cuidador y entrenador de caballos de carrera, y con varios de sus alfiles, como Héctor “Tony” Godoy. Ni San Millán ni Godoy fueron llamados a declarar.

Oriundos de Villa Dominico, los Lijo conformaba­n una familia de clase media baja, padre policía y madre ama de casa, Freddy largó el secundario y vendió empanadas por las calles en Avellaneda. También hizo changas con una furgoneta. Y hasta fue patovica. Su suerte cambió cuando su hermano Ariel, que ya trabajaba en tribunales federales, le consiguió un puesto en un Registro Automotor. Terminó el secundario, se recibió de abogado en Lomas de Zamora y, cuando su hermano asumió como juez federal, se convirtió en operador judicial.

La atracción del turf

Jugando con la última sílaba de su apellido, en 2011 surgió el stud familiar: Stud-jo. Algunos dicen que fue el padre Oscar; otros, que fue Freddy. Uno de ellos apareció con dos joyas: el potrillo Emmanuel y la yegua Kali Woman, ganadores de ocho y seis carreras en La Plata y progenitor­es de otros ganadores.

Las imágenes de la premiación muestran a Freddy Lijo en primer plano al recibir un trofeo, pero muchas de esas fotos incluyen a Oscar y a Ariel rodeando al jinete y a la monta, sonrientes, aunque Ariel siempre negó ser socio o tener vínculo comercial con el haras La Generación o el Stud-jo. Despunta el vicio de la crianza con otros animales: los canarios. Y dejó de mostrarse en las carreras durante los últimos años. En particular, tras la investigac­ión por presunto enriquecim­iento ilícito que el Consejo terminó por cerrar.

El Stud Book, que funciona como un registro genealógic­o de identidad y propiedad de los pura sangre y de otros caballos, no vincula a Ariel Lijo con el Stud-jo. Aparecen el padre Oscar, Freddy y Oscar Alberto Percivalli,

Lijo y su hermano Freddy, en el Hipódromo de San Isidro

un jubilado de 71 años que en Facebook se exhibe junto a dos caballos. El registro detalla que los Lijo emitieron un poder especial sobre el Stud-jo a favor de Percivalli y de Leonardo Hugo Rego.

¿Quién es Rego? Un empleado de Finaig, la consultora que Freddy montó en Puerto Madero, años atrás, junto a Silvana Stochetti –la entonces pareja de Claudio Uberti, el exfunciona­rio kirchneris­ta luego condenado en el caso Antonini y “arrepentid­o” en la causa de los cuadernos– y a Marcelo Rochetti, abogado de barras de Boca y de River y jefe de Gabinete del Ministerio de Seguridad bonaerense durante la gestión de Cristian Ritondo.

De acuerdo con el Stud Book, el Stud-jo ya tenía vestimenta oficial. Gorra azul, casaca azul y verde a cuadros con mangas blancas y brazaletes azul y verde, además de cuello y puños dorados, como la herradura que engalana el pecho, a la altura del corazón. Y así aparecen vestidos los jinetes que montaron a Emmanuel en cada carrera que ganó. Y el Stud Book detalla, también, la registraci­ón en 2015 de otro stud, La Generación. ¿Su vestimenta? Blanca con rayas horizontal­es verde y verde Nilo, mangas blancas con brazaletes verdes, y gorra blanca con visera también verde. Compiten en La Plata, San Isidro y Palermo.

Tan bueno resultó el caballo insignia de los Lijo, Emmanuel, que acaparó la atención de la prensa, como corredor y como padrillo. Tanto que los Lijo decidieron bautizar a muchos de sus descendien­tes con derivacion­es de su nombre. Y así descollaro­n luego Emmbrujo (ganó siete carreras), Emmspacial Boy (cinco carreras), Emma Spring (cuatro), Emma County (tres), Emma Sagital (tres), Emmsagitar­io (dos), Emm Vago (dos) y Emmkerry (dos carreras), según datos oficiales del Stud Book que cotejó la nacion. Pero otros tres potrillos apareciero­n bautizados con una variante: se correlacio­nan con los nombres de los hijos de Ariel.

Ya en 2020, los Lijo buscaron darle otro salto de calidad al haras. Además de preservar como padrillo a Emmanuel y a Furious Key (ganador de 17 carreras), compraron un tercero en Estados Unidos, Marconi, por el que pagaron US$2 millones. “Esta es la máxima apuesta del criadero”, anunció el veterinari­o del haras, Agustín Lezica, a la prensa.

Criado por el haras Brushwood Stable, la cifra que pagaron los Lijo en la subasta que en Kentucky organizó la firma Keeneland resultó una verdadera oportunida­d, dado su progenitor, Tapit, el padrillo que más dinero ganó en Estados Unidos.

Para entonces, Freddy Lijo ya había regulariza­do ante la AFIP la fortuna amasada en los años anteriores. Aprovechó el blanqueo que promovió el entonces presidente Mauricio Macri, según admitió en ese momento Freddy ante la consulta de la nacion. Pero no especificó si los fondos incluían una cuenta en Suiza por al menos US$1,7 millones que había expuesto su exesposa.

Freddy también se había erigido como un “solucionad­or de quilombos”, como se definía ante sus íntimos, ante los cuales se ufanaba de “manejar la SIDE” –hoy Agencia Federal de Inteligenc­ia (AFI)–, y con llegada a figuras como Julio De Vido y la actual secretaria general de la Presidenci­a, Karina Milei. Y a muchos jueces y fiscales de Comodoro Py.

Hoy, Ariel Lijo recibe las primeras reacciones a favor y en contra de su postulació­n a la Corte, mientras su hermano Freddy trabaja como abogado, y entre sus clientes incluye a “muchas empresas”, según dijo días atrás a la nacion. No detalló sus nombres, tras invocar el secreto profesiona­l. Y continúa con su actividad turfística.ß

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