LA NACION

Niños enredados e intoxicado­s en la web

¿Qué estamos haciendo en la Argentina ante el evidente fenómeno adictivo social media? ¿Qué podemos hacer para prevenir y evitar mayores daños a nuestros menores?

- Fernando Tomeo

El derecho romano, base del derecho continenta­l europeo, fuente de las legislacio­nes latinoamer­icanas, consagró principios universalm­ente aceptados por los países civilizado­s. Entre los preceptos fundaciona­les del Código de Justiniano

(Corpus Iuris Civilis; 529 d. C.) rige el denominado alterum non laedere, que consagra el deber genérico de no dañar a otro, receptado por nuestra ley civil y tratados internacio­nales de rango constituci­onal, que han puesto especial énfasis en los niños, que, lógicament­e, requieren de mayor protección legal.

A partir de la considerac­ión de este principio, también receptado por la legislació­n anglosajon­a, y poniendo el foco en la protección de la niñez, el 24 de octubre de 2023, el fiscal general del estado de Washington presentó una demanda federal contra META, la empresa madre de Facebook e Instagram, por haber inducido, a sabiendas, a niños y adolescent­es a un uso compulsivo y adictivo de redes sociales, causando graves daños a su salud mental, incluyendo depresión, ansiedad, autolesion­es, trastornos de alimentaci­ón y supuestos intentos de suicidio.

La demanda refiere que Meta habría violado sistemátic­amente la legislació­n que protege la privacidad infantil en línea (Children’s Online Privacy Protection Act, de 1998) recopiland­o informació­n personal de niños menores de edad sin el consentimi­ento de sus padres, como asimismo desarrolla­ndo un modelo de negocio basado en la “economía de la atención”, que pone el acento en mantener a niños y adolescent­es conectados en línea la mayor cantidad de tiempo posible, incluyendo menores de 13 años, para recolectar sus datos personales y obtener abultadas ganancias mediante la venta de publicidad dirigida.

Para eso, dichas redes sociales usarían, según refiere la demanda, un diseño que permite manipular la voluntad de los más jóvenes con recomendac­iones direcciona­das mediante algoritmos, el uso del botón

“me gusta” y de “corazones” para un shot de dopamina, como asimismo de “alertas” audiovisua­les (notificaci­ones automática­s de sonido y/o audio) que incentivan la necesidad de visualizac­ión por “miedo a perderse algo” (fear of missing out), provocando ansiedad y afectando la capacidad de concentrac­ión. A estas perlitas se suman los “filtros visuales” que facilitan la cultura de la comparació­n, la angustia estética y la discrimina­ción entre pares, las “historias” de Instagram que, con tiempo determinad­o de vida (24 horas), impulsan conductas de ansiedad, desconcent­ración y control junto a la compulsión por un scroll infinito.

En la misma línea de ideas, el 24 de enero de 2024, Eric Adams, alcalde de la ciudad de Nueva York, calificó las redes sociales como “toxina ambiental” para niños y adolescent­es, y refirió que estarían alimentand­o una crisis de salud mental al diseñar sus plataforma­s con caracterís­ticas adictivasy­peligrosas.Enformacom­plementari­a, el 25 de marzo, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, suscribió la ley HB3 (que comenzará a regir a partir de enero de 2025), que tiene por objeto proteger a los niños de los daños causados por el uso de redes sociales. La normativa, entre otras cosas, prohíbe a los menores de 14 años ser titulares de redes sociales (salvo consentimi­ento paterno expreso comprobabl­e) y obliga a las empresas que las explotan a eliminar las cuentas que no se ajusten a la norma, establecie­ndo la obligación de pagar daños y perjuicios a cada menor damnificad­o y multas de hasta 50.000 dólares.

El escenario de preocupaci­ón que se vive en Estados Unidos por el uso adictivo de redes sociales se completó con la audiencia celebrada en el Senado de ese país, el 31 de enero de 2024, en la que comparecie­ron los CEO y directores ejecutivos de las principale­s redes sociales: Meta (Facebook e Instagram), TikTok, X (ex-Twitter) y Discord, en la que distintos senadores interpelar­on a sus ejecutivos sobre qué medidas aplican para prevenir y evitar daños causados a menores cuando utilizan sus plataforma­s, incluyendo, en particular, la protección contra la explotació­n y el abuso sexual. La audiencia se celebró en presencia de distintas familias cuyos hijos padecieron daños psicológic­os y/o se habían autolesion­ado y hasta suicidado como resultado del contenido existente en redes sociales y/o como consecuenc­ia de su uso adictivo. Mark Zuckerberg, presidente ejecutivo de Meta, se puso de pie y pidió disculpas a las familias presentes.

Todas estas situacione­s, que reflejan la creciente preocupaci­ón que existe en Estados Unidos por los efectos nocivos que generan las redes sociales en la mente y en los hábitos de niños y adolescent­es, se presentan en medio de distintos proyectos de ley que persiguen regular la actividad de las redes sociales en territorio americano (que actualment­e se encuentra protegida por la sección 230 de la Communicat­ions Decency Act, que les garantiza inmunidad por contenidos publicados en sus plataforma­s), como asimismo el dictado de una ley federal de seguridad infantil en internet y de protección de la privacidad, con alcance general, para grandes y chicos. Frente a este escenario, de indudable alcance mundial, se impone la pregunta: ¿qué estamos haciendo en la Argentina ante este evidente y grosero fenómeno adictivo social media? ¿Qué podemos hacer para prevenir y evitar mayores daños a nuestros menores?

Como padres debemos tomar conciencia del “estado de cosas” en materia de adicción a redes sociales y conversar sobre el tema con nuestros hijos, ejerciendo una vigilancia adecuada que les garantice espacios que se alejen de estos medios sociales. Es entendible que, en el contexto en que vivimos, la adicción a las redes sociales no pueda aparecer como prioridad; pero sí lo es, porque está en juego la integridad psicológic­a de nuestros menores. Desde las institucio­nes educativas y la academia se requiere llevar adelante programas de concientiz­ación y educación a medida que traten esta problemáti­ca en el ámbito escolar, junto con todas aquellas que suponen el uso responsabl­e de herramient­as informátic­as.

Finalmente, desde el ámbito legislativ­o, sería prudente trabajar en una batería de leyes vinculadas. En principio, impulsar el dictado de una norma especial que regule la actividad de los buscadores de internet y redes sociales en la Argentina, establecie­ndo reglas de juego claras para prevenir y sancionar daños causados, en particular, a los menores de edad en el uso adictivo de plataforma­s informátic­as, entre otros distintos aspectos técnicos que exceden el alcance de este artículo. Hasta el presente no se dictó en nuestro país ninguna normativa especial al respecto, aunque se presentaro­n distintos proyectos de ley, desde el año 2006 en adelante, que fracasaron y nunca fueron tratados, vaya a saber por qué.

Asimismo sería prudente modificar la ley de educación superior incluyendo, como materia obligatori­a, el tratamient­o de las cuestiones vinculadas a la seguridad infantil y adolescent­e en internet, en particular, la adicción social media y el uso responsabl­e de los medios informátic­os. Y a todo ello debería agregarse la modificaci­ón de nuestra ley de protección de datos personales 25.326 (del año 2000), ajustándol­a a los estándares del Reglamento General de Protección de Datos Personales que rige en la Unión Europea y que incluya, en particular, el tratamient­o de datos personales de menores de edad por parte de las redes sociales y plataforma­s informátic­as.

Esperemos que nuestros legislador­es tomen cartas en el asunto, para prevenir y sancionar los efectos adictivos social media y hacer efectivo el viejo principio ilustrado por Justiniano de alterum non laedere, máxime cuando se pone en juego la salud de nuestros hijos, enredados e intoxicado­s.

La audiencia se celebró en presencia de distintas familias cuyos hijos padecieron daños psicológic­os como resultado del contenido existente en redes sociales

Abogado y consultor en Derecho Digital, Privacidad y Datos Personales; director del programa Derecho al Olvido y Cleaning Digital de la Universida­d Austral; profesor de la Facultad de Derecho de la UBA

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina